domingo, 20 de noviembre de 2011

VIAJE DEL PAPA A BENÍN





  • El papa Benedicto XVI en el Estadio de la Amistad

    El Papa dice que la ganancia fácil y el poder no son los objetivos de la vida

    20 NOV 2011
    Benedicto XVI lanzó hoy un mensaje de paz y esperanza para África desde Benin y exhortó a los fieles a anunciar el Evangelio "a aquellos cuya fe es débil y piensan que la búsqueda del bienestar egoísta, la ganancia fácil o el poder es el objetivo final de la vida humana".

  • Ante varias decenas de miles de personas, que llenaban el estadio "La amistad", de Cotonú, el Papa ofició una misa durante la cual entregó la exhortación apostólica del Sínodo de Obispo de Áfricacelebrado en 2009 en el Vaticano a los presidentes de las 42 Conferencias Episcopales de África, último acto de su visita a Benín.
    Acogido con canciones típicas benineses y con muchas mujeres con vestido multicolores estampados con el retrato del papa, Benedicto XVI infundió "ánimo" a los africanos y les dijo que la Iglesia existe para anunciar el Evangelio y que después de más de 2000 años de historia todavía hay muchos que aún no lo han escuchado.
    "Hay también muchos que se resisten a abrir sus corazones a la Palabra de Dios y son numerosos aquellos cuya fe es débil y su mentalidad, costumbres y estilo de vida ignoran la realidad del Evangelio, pensando que la búsqueda del bienestar egoísta, la ganancia fácil o el poder es el objetivo final de la vida humana", denunció.
    El Pontífice recordó que para Jesús "reinar es servir" y que lo que pide a los fieles es que sigan ese camino "para servir, para estar atentos al clamor del pobre, el débil, el marginado".
    El Papa Ratzinger subrayó que Cristo tomó el rostro de los hambrientos y sedientos, de los extranjeros, los desnudos, enfermos o prisioneros, de todos los que sufren o están marginados.
    "Acostumbrados a ver los signos de la realeza en el éxito, la potencia, el dinero o el poder, tenemos dificultades para aceptar un rey así, un rey que se hace servidor de los más pequeños, de los más humildes, un rey cuyo trono es la cruz", añadió.
    Benedicto XVI agregó que el bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle incluso a la muerte, pero que con su resurrección introduce a los hombres en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad.
    "También hoy son tantas las ataduras con el mundo viejo, tantos los miedos que nos tienen prisioneros y nos impiden vivir libres y dichosos. Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo y accedamos a un mundo nuevo donde la justicia y la verdad no son una ilusión, sino un mundo de libertad interior y de paz con nosotros mismos, con los otros y con Dios", dijo el Papa.
    En medio de cánticos y música al son de instrumentos de percusión, el papa mostró su solidaridad con los que sufren, los enfermos, los aquejados de sida, a todos los olvidados de la sociedad.
    "¡Tened ánimo!. El papa está cerca de vosotros con el pensamiento y la oración. Cada enfermo merece nuestro respeto y amor, porque a través de él Dios nos indica el camino hacia el cielo", afirmó.
    Benedicto XVI recordó que este año se cumple el 150 aniversario de la llegada de los primeros misioneros a Benin y destacó la labor de estos "obreros apostólicos", como les llamó.
    El Papa exhortó a los benineses a llevar el evangelio por el mundo y les recordó que el cristiano es un "constructor incansable de comunión, de paz y solidaridad".
    "¡Sed testigos ardientes, con entusiasmo, de la fe que habéis recibido!. Haced brillar por doquier el rostro de Cristo, especialmente ante los jóvenes que buscan razones para vivir y esperar en un mundo difícil", afirmó el Papa.
    A la misa, en la que se usaron las lenguas africanas bariba, mina, yoruba y dendi, asistieron fieles procedentes de otras naciones centroafrianas, como Togo, Burkina Faso, Níger, Ghana o Nigeria. Doscientos obispos de toda África y un millar de sacerdotes asistieron al rito, en el que también participa el presidente de Benin, Thomas Boni Yayi.
    La misa fue el último acto de la visita de tres días a Benín. A primeras horas de la tarde, el papa regresa a Roma.


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