jueves, 22 de diciembre de 2011

DIERON CON EL HOMBRE EQUIVOCADO.




  • PERSONAJES
    Luciendo con orgullo su gorra agrícola de John Deere, el ‘jefe’ del condado de Henderson (Texas) no está dispuesto a quitar el belén con que los vecinos celebran la Navidad. “Quien viene a mi casa buscando pelea la encuentra”, asegura. Es un artículo de Carmelo López-Arias.
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    De lunes a viernes, de siete de la mañana a tres y media de la tarde, Joe Hall atiende las necesidades de su pueblo y toma las decisiones correspondientes como primer comisionado del condado de Henderson, al noreste de Texas.
    Es un próspero rincón de la América profunda donde viven 78.532 personas, un 86% de raza blanca y de voto tradicionalmente conservador. La capital, Athens, presume de dos cosas: de cosechar una de las mejores variedades de habitas del mundo, y de que fue allí donde Fletcher Davis sirvió a finales del siglo XIX las primeras hamburguesas en bocadillo, que en 1904 llevó con éxito a la feria de St. Louis.
    Los doce mil habitantes de Athens celebran la Navidad desde hace treinta años colocando un gran belén junto a los tribunales. Jamás ha habido una queja. Así que es fácil imaginar la sorpresa del ‘jefe’ Hall cuando el 1 de diciembre abrió el correo y se encontró una carta que le conminaba a retirarlo inmediatamente, por considerar “anticonstitucional” la presencia del Misterio en un lugar público.
    Inconstitucional
    La sorpresa se tornó en indignación al comprobar que el remitente no era un vecino. La misiva venía de Madison, Wisconsin, una ciudad universitaria de más de doscientos mil habitantes situada junto a los Grandes Lagos, 1.338 kilómetros al norte.
    Por si fuera poco para soliviantar a Joe, que encima de su mesa tiene siempre la Santa Biblia, la urbanita y prepotente exigencia venía de la fundación Freedom From Religion (FFR), que en traducción libre sería Libertad ante la Religión.
    Este grupo, que en teoría pretende “proteger el principio constitucional de separación entre la Iglesia y el Estado”, en la práctica a lo que se dedica es a soliviantar pacíficas costumbres locales, a protestar contra el Día Nacional de Oración, a fomentar el ateísmo y oponer “la razón” a la religión... y a celebrar en estas fechas -eso sí es constitucional- el solsticio de invierno, como encima sugerían a los de Athens.
    Cuentan con el apoyo del millonario progre George Soros y de prominentes ateos oficiales como Richard Dawkins, pero eso no vale mucho contra la fe sencilla y la determinación de los ‘paletos’, a quienes desprecian dándoles instrucciones a distancia.
    Un tipo de pueblo
    En cuanto Joe leyó la misiva, no lo dudó un minuto. Se calzó su gorra de John Deere, el legendario fabricante de maquinaria agrícola, para que quedase bien claro que no se avergüenza de quién es, y recibió a la cadena News 8 para explicar su posición en la que los medios ya bautizaban como “guerra de la Navidad”.
    “Mire”, le dijo al periodista con voz serena y mirada firme, “yo soy un tipo de pueblo chapado a la antigua. Quien viene a mi casa buscando pelea la encuentra. Y se lo digo desde el fondo del corazón”.
    Y tanto. Quitarán el belén “cuando el infierno se hiele... y eso no va a pasar”, auguró con una media sonrisa, añadiendo que si nunca en su vida había dado un paso atrás, no iba a hacerlo ahora.
    A Hall le ha caído este tema, además, justo al final de su último mandato, cuando ya no tiene que quedar bien con nadie sino actuar en conciencia. Hace meses anunció que no se presentaría a la reelección en 2012, que tenía ganada porque es una persona apreciada por su gestión.
    No se trata de un empecinamiento personal. Más de setenta representantes de todas las comunidades cristianas convocaron una nutrida manifestación en apoyo del belén justo una semana antes de Nochebuena.
    Y un artículo en el portal conservador American Thinker comparaba los diecisiete mil miembros que tiene FFR en todo el país con los casi ochenta mil de Henderson, como una muestra del intento de una minoría radical de imponerse sobre la voluntad de la mayoría cristiana y acabar con sus tradiciones más hermosas.
    En cuanto al máximo intérprete de la ley allí, el juez del condado Richard Sanders es muy sincero: “Honestamente, no entiendo a qué viene esto. Los residentes en el pueblo no han elevado ninguna demanda en ese sentido”. Ni siquiera ha habido peticiones de otras confesiones religiosas para un trato similar.
    De hecho, el belén no es propiedad pública, sino de Keep Athens Beautiful, un grupo de voluntarios que promueven acciones similares para que la ciudad luzca lo más hermosa posible.
    En los últimos años los grupos ateos han conseguido algunas victorias con campañas como la emprendida contra este pequeño pueblo de Texas. Normalmente, porque no han tenido enfrente a un Joe Hall poco amigo de bromas con las cosas sagradas.
    Como titulaba una cadena de televisión norteamericana al repicar la noticia: “Dieron con el hombre equivocado”.
    Alba


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