domingo, 25 de diciembre de 2011

¡HOY TENEMOS QUE CELEBRAR LA NAVIDAD!

Hace ya algunos años que no celebro la Nochebuena de la forma más consumista y materialmente hablando. Esa noche la dejo como celebración, más en  los espiritual, más íntima, más de uno con los demás.

Hoy, Hetepheres y yo, nos hemos levantado muy temprano, a las siete ya estábamos despiertos gracias a pitufino que lleva fatal su reciente castración, nos hemos arreglado y nos hemos ido a celebrar la Navidad mediante la Santísima Eucaristía de una forma, poco común en esta parte de España, especial. Hemos asistido a la Misa de la Aurora a La Cartuja de Jerez con las Hermanas de Belén. En un silencio sepulcral, solamente roto por las voces angelicales de las monjitas de clausura hemos vivido una celebración litúrgica y espiritual única del Misterio de la Navidad.

Cuando entras en la Iglesia, que está en penumbra debido al claroscuro de los albores de la mañana, solo hay dos puntos iluminados, dos guías de referencia: El Sagrario y un pesebre en el que reposa el Niño Jesús, que ha nacido esta madrugada, al cual vamos a ver y adorar como aquellos primeros pastores en Belén.

La Misa en La Cartuja adquiere otra dimensión, va a otro ritmo, se vive de una manera inaudita y sumamente intensa. Allí se reza degustando cada frase, cada palabra que compone la oración. ¡SE VIVE LA EUCARISTÍA! 

Todo ello roto por los cantos de bellas voces de unas monjitas, bastante en número, que están entregadas por completo a Jesús Sacramentado, son bellas y fieles esposas de Cristo al que adoran y veneran sobre todas las cosas. Para ellas el mundo no es el que vivimos día a día, sino que su MUNDO es Dios y para Dios. Viéndolas sumisamente entregadas a su vocación, debo reflexionar que tenemos que tomar ejemplo de ellas porque, en demasiadas ocasiones, somos intoxicados por las fuerzas del mal que actúan sobre nosotros y que muchas veces no repelemos como deberíamos.

Al final de la Misa, se expone a Su Divina Majestad que luce esplendoroso ante nuestras atónitas miradas. Solo Él puede lucir de esa manera, sólo Él nos hace sentir tan bien y restaña todas las heridas que tenemos en el alma y en el corazón. Jesús da sentido a nuestra vida porque Él es el sentido de nuestra vida.

¡Señor, cuando te miro pienso y medito como está el mundo! Hemos querido construir nuestro mundo olvidándonos de Dios ¡Y mira cómo nos ha salido el experimento! Estamos acuciados por crisis que nos acechan por todos los flancos de nuestro día a día, no sabemos ni qué hacer ni como debemos hacerlo. Sólo Dios nos puede ayudar si nos ponemos en Sus Benditas Manos para que actúe con todas las consecuencias, que siempre serán las necesarias para nuestras vidas.

Ya ven, la Eucaristía en La Cartuja de Jerez con las Hermanas de Belén ha durado poco más de una hora aunque les puedo decir que se ha pasado en un suspiro.

Ahora, después de desayunar, nos ponemos a trabajar porque hoy celebramos el Nacimiento de Jesús con un almuerzo en casa al cual vienen como invitados: LA FAMILIA. No estaremos todos unidos, la vida y los senderos que cogemos algunas veces hacen que sean imposible ciertas cosas. ¡Todo se andará! ¡Dios dirá para el año que viene!

Disfrutad del Día de Navidad, disfrutad y alegraos de que nos ha nacido Jesús, el Hijo de Dios, y que nos esperan junto a María y José en los portales que tenemos cada uno en nuestro corazón.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

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