domingo, 26 de febrero de 2012

CUANDO FRANCO QUISO APLICAR AL PAPA LA LEY ANTITERRORISTA.


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    Iglesia | La Gaceta
    El Papa Pablo VI. / Getty Images
    DOCUMENTOS INÉDITOS

    Cuando Franco quiso aplicar al Papa la ley antiterrorista

    25 FEB 2012 | Juan E. Pflüger
    Ante el discurso de condena del Papa Pablo VI por las ejecuciones de etarras de 1975.

  • En 1975, el Régimen se disponía a ejecutar a cinco terroristascuando recibió una llamada de la Santa Sede: el Papa Pablo VIsolicitaba clemencia para con los reos. Y la solicitó hasta en tres ocasiones. Franco, sin embargo, se negó a revocar la orden. Desde El Vaticano no se tomaron bien este desplante del Jefe de Estado español, y la reacción de Pablo VI no se hizo esperar: ante los medios de comunicación, hizo pública su repulsa por “represión tan dura” que se estaba llevando a cabo en España. Al informar el presidente del Gobierno Arias Navarro a Franco sobre el discurso papal, el Jefe del Estado preguntó: “¿No cree usted que está incurso en la Ley Antiterrorista?”
    Lo que refleja esa frase no era sino el resultado último de un desencuentro diplomático que a punto estuvo de provocar una ruptura entre España y el Vaticano. Eran las últimas semanas del franquismo y muchos obispos se habían alineado abiertamente con la oposición.
    El 26 de septiembre de 1975 el parte de Radio Nacional de España, en su última emisión que se radiaba a las 10 de la noche, comunicaba las últimas decisiones del Consejo de Ministros. Entre ellas, destacaba la confirmación de la condena a muerte de cinco terroristas. Según el informe confidencial elaborado por los Servicios Secretos del régimen que reproduce LA GACETA, el ex ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Giménez, iniciaba una rápida ofensiva para desacreditar a Franco valiéndose de la Santa Sede.
    Sirviéndose de sus buenas relaciones en El Vaticano, donde había sido embajador de España entre los años 1948 y 1951, consiguió que el Papa, Pablo VI, se pusiera en contacto con el Gobierno español para intentar parar las ejecuciones por fusilamiento. El tiempo apremiaba para Ruiz-Giménez, ya que una vez que se producía el enterado, es decir, el acuerdo del Ejecutivo con la condena, esta debía cumplirse en un plazo máximo de cinco horas.
    Según el documento calificado como "SECRETO", el político español habló personalmente con el Papa y le pidió que interviniera personalmente para solicitar a Francisco Franco el indulto de los "cinco activistas del F.R.A.P. o de la E.T.A. a los que se trataba de aplicar implacablemente la Ley Antiterrorista".
    Durante la conversación telefónica que mantuvieron Pablo VI y el general Franco, este le explicó al Sumo Pontífice que la negativa al indulto se debía a que los asesinatos cometidos por los terroristas habían sido cometidos de forma "fría y siniestra" contra agentes del orden público. Cuando el Sumo Pontífice insistió en su solicitud de clemencia para con los asesinos, Franco, según el informe, lo rechazó nuevamente de forma "suave, pero firme".
    Condena del Papa
    La respuesta de Pablo VI no se hizo esperar. Al día siguiente, en la alocución a los peregrinos, criticó con dureza el régimen de Franco: "Deploramos la serie de atentados que han enlutado aquella nobilísima y a Nos siempre querida nación", para acto seguido lanzar una "vibrante condena de una represión tan dura".
    Luego desveló sus conversaciones con el general señalando: "Incluso Nos habíamos solicitado tres veces clemencia; y precisamente anoche, después de haber conocido la noticia de la confirmación de las condenas, hemos suplicado nuevamente a quien compete, en nombre de Dios, para que se eligiese, en lugar de la mortífera vía de la represión, aquella de la magnanimidad y la clemencia. Desgraciadamente, no hemos sido escuchados". El disgusto de Su Santidad no acabó en la Plaza de San Pedro desde donde hablaba a los peregrinos congregados.
    Ofensiva en la radio
    Desde los micrófonos de la emisora de radio oficial del Vaticano, durante todo el día de las ejecuciones, el 27 de septiembre, estuvieron lanzándose consignas de rechazo a la actuación del Gobierno de España. "Condena y reprobación por la violencia de cualquier parte que esta proceda". "Toda forma de violencia, tanto la que se consuma contra las legítimas instituciones, como la ejercida por quien ostenta el poder ...". "Una represión que ha permanecido sorda incluso ante el último e insistente llamamiento que Pablo VI ha dirigido personalmente esta noche al generalísimo Franco".
    Todos los informativos se iniciaban con frases de reproche a la actuación de España y la decisión del Gobierno de no indultar a los terroristas condenados por asesinato. Aquel día el Régimen de Franco se encontraba más solo que nunca, rodeado de críticos que hasta hacía poco habían sido amigos, y de enemigos acérrimos que llevaban décadas intentando desacreditar a España.
    Llamar a consultas
    La Secretaría de Estado del Vaticano continuaba con la ofensiva contra España. El embajador español, Gabriel Fernández de Valderrama, recibió una llamada del organismo vaticano para que se abstuviera de participar en una visita de miembros de las instituciones españolas.
    La respuesta de Franco fue la de llamar al embajador a consulta y retirar temporalmente la representación diplomática del Vaticano.
    Las relaciones entre ambos Estados, que se habían restablecido hacía dos décadas, apuntaban a un enfriamiento que distaba de reflejar el espíritu del Concordato firmado en el año 1953. l

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