lunes, 30 de abril de 2012

CARIDAD CRISTIANA; POR JESÚS RODRÍGUEZ ARIAS.


 (PUBLICADO EN INFORMACIÓN EL DOMINGO 29 DE ABRIL DE 2012). 


            Estamos viviendo intensamente y llenos de plenitud el tiempo Pascual, con la plenitud que nos ha dado Jesús al Resucitar de entre los muertos. Él nos ha llenado de vida, Vida Eterna, y todos los sufrimientos han quedado compensados y adquieren otro significado. Los cristianos acogemos todos nuestros pesares, desasosiegos, desesperanzas y la cargamos a nuestra cruz para portarla con alegría porque en ella va impreso nuestro particular camino hacia la salvación.

            Una vez manifestada mi alegría por vivir en esta eterna Pascua de Resurrección quiero haceros partícipes de una serie de reflexiones sobre la caridad en su sentido y término más absoluto, desprendido y desnudo del mismo.

            Que estamos en crisis no hace falta ni decirlo, que estamos padeciendo la crisis tampoco, que vivimos en crisis, eso ya es otra cosa. Porque padecer los estragos que generan las crisis que están instaladas en nuestra Nación, la económica, la de valores, la de creencias, está convirtiéndose en lo más normal del mundo, pero decir que la vivimos puede resultar totalmente contraproducente para nosotros. Quiero creer que la de valores y creencias no nos deben afectarnos, tanto en cuanto, somos personas de fe y Dios hace todos los días que no sucumbamos a las mismas. Todo dependerá de una vida espiritual bien  alimentada con la oración y con la Eucaristía.

            La crisis económica está destruyendo todo por donde pasa. Es como la lava del volcán que destroza todo cuanto coge a su paso. Todos la estamos padeciendo, pero algunos más que otros. No debemos olvidarnos nunca de nuestros hermanos que se han quedado sin trabajo, que en sus casas no entra ningún tipo de ingreso económico, que no pueden vivir de la mínima pensión de los padres, el que los tuviere, y están siendo desalojados de todos sus bienes por no poder hacer frente a ellos. Hay cientos de miles de personas que lo están pasando muy mal, demasiado mal y que a estas alturas su horizonte es tan corto como la ceguera en la que tienen inmersa el alma. Ahí, es donde debe entrar con toda su fuerza el sentido de caridad cristiana que podría llamarse solidaridad para aquellos que no tienen la suerte de creer en un Dios que es Padre y Bueno.

            Por mucho que insulten y menosprecien los “pseudoprogresistas” de la izquierda de este país, que se vuelve a llamar España,a la Iglesia Católica es esta la que sustenta a cientos de miles de personas, aliviándole un poco la pesada carga de la pobreza de recursos económicos que conlleva a un vacío en lo emocional y en lo psicológico. Cáritas está desbordada y, gracias a Dios, son muchas las personas que ayudan para dar lo que otros necesitan más.

            Quiero traer aquí a otra Institución como es la de los Caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista que tienen como finalidad principal el ejercicio de la caridad cristiana a los más necesitados, desfavorecidos y marginados por esta sociedad que lleva demasiado instalada en un consumismo, materialismo y un relativismo atroz.

            Dar cobijo a quien no tiene techo, dar de comer y beber al que pasa necesidad, curar y atender al enfermo, vestir al que no tiene para nada, visitar a los presos que también necesitan de una palabra de consuelo, una mano amiga que le ayude a volver a caminar, dar cristiana sepultura al que ha muerto y rezar, rezar mucho para que Dios nos de fuerzas para que sigamos haciendo su voluntad a través de los que más necesitados están,  se ha convertido en una auténtica obligación para todo cristiano, para todo católico que sea mínimamente coherente con sus creencias.

            En tiempo de crisis tenemos que ser muy resolutivos, dejar la pereza y hastío a un lado, y ponernos en marcha porque estamos obligados a socorrer a muchos de nuestros hermanos y estaremos cumpliendo el más grande de los mensajes y de los dictados que nos dejó Jesús Resucitado: El de amarnos los unos a los otros como Él nos amó.




PARA MEDITAR.


No todos los días son iguales, ¿Verdad? 
Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles. 
Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás angustiado, no te oprimas. 
Será preciso correr, vivir, angustiarse; la vida es todo eso; pero en todo momento habrá que tener presente la moderación en todo; para todos es la regla de oro que debe regir nuestros actos. 
Cristo dijo que Él es Camino, la Verdad y la Vida. 
Si vas por ese Camino, no te extraviarás; si aceptas y vives esa Verdad, no caerás en el error; si penetras en esa Vida, te alejarás de la muerte. 
El dijo también que es la Luz del  mundo; no te alejes de Él y caminarás seguro, bañado por su luz. 

XI FORO DE MANOS UNIDAS EN SAN FERNANDO.


COMPROMETIDOS CONTIGO; POR AGUSTÍN DOMINGO MORATALLA.


Sección - Marinero en tierra

Comprometidos contigo      

Dentro de unos días, los populares en la Comunidad Valenciana celebrarán un congreso importante para su historia como formación política. Su importancia no estará sólo en la cantidad de compromisos personales, cálculos estratégicos de las agrupaciones y guiños a la Ejecutiva Nacional para transmitir la consigna de un partido fuerte y cohesionado. Con las baterías de recortes que se están poniendo en marcha y el apretado calendario de movilizaciones que se están preparando, el partido debería renovar su narrativa para responder de una manera coherente a las expectativas de sociedades líquidas y vulnerables.

La renovación de una narrativa política es una tarea complicada. Se consigue cuando se está en la oposición y se destroza cuando se está en el gobierno. A finales de los noventa los populares construyeron una narrativa atractiva con la que consiguieron destronar un lermismo que parecía imbatible. No sólo se ganó porque la oposición estaba llena de familias que perseguían el porvenir sino porque se consiguió canalizar inquietudes de la sociedad civil, de colectivos profesionales, de ciudadanos independientes y de votantes descontentos.

Durante estos años de gobierno, los populares no sólo han conseguido mantener sus mayorías sino que las han incrementado cuantitativamente. Unos atribuyen este éxito a los sucesivos descalabros de los fugaces líderes de la oposición, otros a liderazgos personales indiscutibles en determinadas agrupaciones. Pero el éxito político es fugaz y despiadado, sobre todo si no se ha construido una narrativa ideológica potente que vertebre personas y grupos, emociones y razones, votos y argumentos, tradiciones e ilusiones.

En tiempos turbulentos no habría que despreciar las mejores ideas ni los mejores profesionales. Algo complicado en la renovación generacional de un partido que se ha ido descapitalizando de ideas, de profesionales, de ejemplaridades políticas y de argumentaciones coherentes. Si Robert Michels levantara la cabeza vería cómo la ley de hierro de las oligarquías se ha cumplido de una manera implacable.

Convertido en maquinaria electoral despiadada y seducido por el tuiteo de las redes, el partido se ha llenado de estimación sin discrepancia, en pura marca que administran peritos de apariencias. Como maquinaria y marca, le ha dado la espalda al sufrimiento de muchos militantes que creían en valores, que confiaban en tradiciones y que soñaban con un proyecto de sociedad abierta. ¿Dónde quedaron los valores del humanismo cristiano, del regionalismo liberal, del tradicionalismo valencianista o del liberalismo social?


Agustín DOMINGO MORATALLA
Para el viernes 27 de Abril de 2012, en LAS PROVINCIAS. GRUPO VOCENTO

UNA CONVERSACIÓN AL MARGEN; POR ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ.


Una conversación al margen


El ceremonioso alcaide de la fortaleza-prisión, don Antonio de Figueroa y de Vilallonga, fue muy serio a hablar con él, aprovechando una tediosa descripción de la campiña primaveral durante una puesta de sol lentísima, que teñía las nubes de un púrpura incandescente. Juan Martínez recibió la reprimenda con una inalterable sonrisa en los labios. Lo malo es que el ceremonioso alcaide le afeaba precisamente esa sonrisa inalterable o, mejor dicho, alterada: cada vez más amplia.
—Así, muchacho, no podemos seguir —le reconvenía don Antonio— estamos dentro de un novelón decimonónico, entiéndelo, y aquí pasan muchas cosas muy gordas y, en concreto, tu papel, siento decírtelo con crudeza, es de los menos lucidos de todo el libro. Tendrías que tener cara de angustia y de terrible humillación. Ten en cuenta que eres el preceptor privado de la bella marquesita de Luja y que te has enamorado perdidamente de ella y que, aunque en un principio fascinada por tus lecciones de sintaxis latina y la suavidad de tus maneras, parecía que te daba esperanzas, enseguida entró en razones (las razones, en concreto de sus padres, los duques de Montoro) y se comprometió con el hijo del barón de Tacochuelo. Pero, buen hombre, ¿me estás escuchando? ¿Por qué sigues riéndote entonces, como si nada?
—Me río, ilustrísimo don Antonio, como si todo, en realidad.
Doña Margarita de Sandoval, marquesa de Luja, abrió sus húmedos labios carnosos y con un temible destello azul en la mirada, terció:
—La idea es que los hombres caigan rendidos a mi paso, Juan. Pero tú me ves, me miras a placer, y, a pesar de mis ásperos desdenes, enseguida te pones a sonreír. ¿Dónde está, dónde, oh, dónde el desgarro que ha de producirte mi belleza cegadora? Así me desconcentras y además rompes la virulencia del contagio mimético, que es esencial para la buena marcha del argumento de la novela (además de para mi autoestima, dicho sea entre paréntesis y con perdón por el anacronismo). Si no todos me desean desesperadamente, qué se hace, qué, de la espiral de lujuria y ambiciones que se supone que debe provocar mi paso por las páginas de la novela.
Juan se disculpó con una perfecta reverencia y, todo hay que decirlo, con una franca sonrisa.
—Yo te deseo, faltaría más, y cómo, y bien lo sabes —dijo casi riéndose. Y luego explicó que nunca jamás dudó de la belleza de doña Margarita, que, además de estar fuera de su alcance, estaba sobre todo fuera de toda duda. Pero que su manera de homenajearla era alegrarse mucho de verla, y celebrarlo. ¿Eso les parecía poco?
—No es cuestión de lo que nos parezca a nosotros —dio una patada en el suelo don Antonio, iracundo—, sino de la novela y de nuestra dignidad de personajes. Uno no puede ir sonriendo como si fuese un monigote de P. G. Wodehouse, ¿o es que no lo entiendes?
—Su excelencia y yo somos mejores que los personajes del gran P. G. Wodehouse, dicho con todo respeto y admiración por Jeeves y Bertie y el resto de la alegre pandilla de frívolos ejemplares, que tanto han influido, lo confieso, en mi disposición anímica.
El hijo del barón de Tacochuelo —continúo don Antonio, indiferente al desmesurado elogio y a la valoración crítica de las obras de Wodehouse y celoso celador de la ley y el orden y las buenas costumbres—, el hijo del barón de Tacochuelo —repitió recreándose en la sonoridad del título nobiliario—  anda con la mosca detrás de la oreja, y de tanto ver tu sonrisa se piensa que aquí hay gato encerrado y se pregunta si no estará en un folletín de kiosko con el orden social todo patas arriba y donde el plebeyo, o sea, tú, Juan, va a pegársela a él, un Sicre de toda la vida. Me consta que ha pedido audiencia al autor para que le asegure que estamos en una obra literaria de primera categoría y que su honor quedará intacto o, mejor, saldrá fortalecido.
El duque de Montoro, que apareció por allí al pasar una página, dejó claro que él siempre había estado muy en contra de los preceptores de latín y que con saber coser y cantar una dama ya tenía hecha su carrera. Eso luego lo tacharía la censura del ministerio de Igualdad, así que al amable lector contemporáneo le sorprenderá encontrárselo aquí. La duquesa de Montoro, que ya estaba de vuelta de muchas cosas, reconoció, en cambio, que esa abierta sonrisa de aquel personaje secundario tan mono era muy animante y que a ella le causaba una excelente impresión. Es verdad —añadió— que desentonaba bastante con el ambiente general de la novela, pero por experiencia sabía ella que en la vida, y no miraba a nadie —recalcó mirando al mismísimo Montoro—, conviene a menudo hacer la vista gorda.
Juan, alentado por la inesperada defensa de la imponente señora duquesa de Montoro, sonrió aún más, si cupo. El duque de Montoro resopló y embistió con los ojos a su señora.
Algo estaba fuera de cuestión y es que así no podía continuarse con la historia, que era muy dramática y no tenía sitio para el humor ni, mucho más menos, para la alegría, en el fondo mucho más escandalosa aún. Así que el duque, el alcaide y el hijo del barón de Tacochuelo insistieron en pedir explicaciones a Juan Martínez. Por una vez, los personajes principales se pusieron de acuerdo en algo y fue en guardar un minuto de silencio para dar una oportunidad a Juan de explicar esa sonrisa suya tan ofensiva como persistente como incomprensible:
—Yo me río siempre porque sé que la novela será estupenda y, en consecuencia, todo lo que nos pasa es para bien. Me consta que el autor nos tiene mucho cariño a todos, incluyendo por supuesto a su Excelencia el Duque de Montoro, que resopla de esa manera. Si no, no perdería su tiempo en escribir estos nuestros absurdos diálogos y enredadas peripecias ni se preocuparía por el color de los ojos de Marga a la luz del crepúsculo, tan encantadores vistos a pie de obra, pero que a él, que los podría encontrar iguales en su mundo, si no mejores, dicho sea con perdón, habrían de importarles muy poco si no nos amase. Él nos ama, eso está claro. Y buscará siempre el mejor destino para cada uno de nosotros. Puede ser, es cierto, que la suerte de un personaje, en concreto la mía, para no ir más lejos ni señalar a nadie, no pueda ser maravillosa y que, por decirlo pronto, no acabe comiendo perdices con Marga. Bueno. Será un sacrificio necesario para que la obra perviva y sea alabada y leída por generaciones y generaciones de hombres. Pienso, cuando me flaquea el ánimo, en aquellas lectoras jóvenes que acabarán prendadas del pobre profesor y que opinarán que Margarita, dicho sea de nuevo con perdón, hizo el bobo prefiriendo al rico heredero, al que yo, por mi parte, le deseo lo mejor, que conste. ¿No será bonito —me pregunto y me río— vivir así en los sueños de tantas adolescentes de épocas menos prejuiciosas y vaqueros ceñidos? No puedo ver mi suerte tan mala como aparece textualmente en la novela. Mis quejas seríaofensivasademás para todos aquellos personajes que se le ocurren un día a un escritor cualquiera y por pereza o por falta de talento no plasma nunca en el papel o plasma mal… Esos sí entendería yo que no estuviesen para muchas risas ni para nada, pero yo, que soy, que llego a la casa de mis señores los Duques y que llamo a la campana y bebo en la cocina un vaso de agua clara bajo la mirada apreciativa de la doncella y que una vez rocé la mano de Margarita, mientras le enseñaba el rosa-rosae, que sentí cómo se estremecía involuntaria pero no imperceptiblemente, no sé si por mi mano o por las suaves declinaciones latinas, aunque conociendo las inclinaciones de Marga, tan poco dada a los estudios nobles, abrigué en las largas noches de invierno insensatas esperanzas de estrecharla en mis brazos  y eso me dio, me da y me dará para muchos noches de insomnio e ilusión. Y qué si más tarde me decepciono, si  me debato como un hombre en el mar proceloso de la desesperación y salgo victorioso y me enrolo en la legión extranjera y [contine spoilers] vuelvo al cabo de veinte años hecho un atractivo todavía aunque taciturno general de ultramar y todo eso, ¿cómo no voy a reírme? Podéis, don Antonio, llevarme a prisión incluso, pero desde la más oscura de sus mazmorras escucharíais mi risa y mis acciones de gracias al autor…
Magarita, marquesita de Luja, apenas pudo reprimir entonces un suspiro de asentimiento y quizá de algo más, que no sabía si sería muy conveniente ni en sociedad ni para la buena marcha de la novela, novela que cada vez, pensó, sorprendida, le importaba sinceramente menos…

LA PRIMOGENITURA POR UN PLATO DE LENTEJAS; POR OCTÓVILO MATEOS MATILLA.



Esta mañana, mientras hacía las labores de la casa, me asaltó un pensamiento y me dejó tocado, y querría probar si escribiéndolo tendría el sentido que intuía. Pensaba yo en algunos de los post que he publicado, y me concentraba en la idea que se repite en muchos de ellos: el predominio de los derechos sobre los deberes y la crítica a diestra y siniestra sobre la autocrítica. 


Una crítica llamativa es la que se hace a la Iglesia, que no ejerce ningún poder material sobre los ciudadanos, sólo orienta, aconseja y acoge a quien quiere; pero, muchos, seguramente orquestados por alguien muy interesado en acabar con ella, no sólo la critican sino que la desprecian, la despojan de su esencia espiritual y la convierten por su mala intención en un poder que priva a los hombres de ser felices y ejercer su libertad, impidiendo a los ciudadanos y sus gobiernos legislar a su conveniencia y a organizar la sociedad a gusto de cada cual.


Es aquí donde me asaltó el recuerdo de la historia de Esaú y Jacob, en concreto el pasaje en que Esaú, hambriento, vende su primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Del mismo modo muchos hoy venden su alma, su libertad y su dignidad, por satisfacer su ansia de felicidad y también su hambre de pan; prefieren fiarse del poder de los hombres y se conceden el derecho a legislar sin tener en cuenta ciertos principios y aspiraciones universales, que han hecho avanzar a la sociedad de la barbarie a la civilización a lo largo de la historia. 


Esaú perdió su primogenitura, perdió su capacidad para dirigir al pueblo de Israel en beneficio de su hermano Jacob, quien sí supo renunciar a un plato de lentejas para merecer el honor de dirigir al pueblo de Israel según los mandamientos de Dios y mantenerlo así a salvo de los enemigos, aquellos pueblos que sacrificaban seres humanos, sus propios hijos inocentes, a sus dioses en medio de fiestas y bacanales sin freno.
Alguno me diría que la historia es cíclica…yo no quiero sacar conclusiones.

Publicado por Octóvilo

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA PARA EL MES DE MAYO.





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lunes, 30 de abril de 2012
La intención general del Apostolado de la Oración del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de mayo es: “Para que sean promovidas en la sociedad las iniciativas que defienden y refuerzan el papel de la familia”.
Su intención misionera es: “Para que María, Reina del mundo y Estrella de la evangelización, acompañe a todos los misioneros en el anuncio de su Hijo Jesús”.

Ciudad del Vaticano, 30 abril 2012 (VIS)

PERENNE ACTUALIDAD DE LA ENCÍCLICA PACEM IN TERRIS A LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.





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lunes, 30 de abril de 2012
 La Pontificia Academia de Ciencias Sociales se ha reunido estos días en Roma para estudiar, durante su XVIII sesión plenaria, la aportación de la encíclica “Pacem in Terris” a la doctrina social de la Iglesia en el quincuagésimo aniversario de su publicación.
En pleno apogeo de la Guerra Fría y cuando la opinión pública se planteaba la cuestión de la proliferación de armas de destrucción de masas, el Papa Juan XXIII escribió una 'carta abierta al mundo'; un “apremiante llamamiento (...) para promover en todos los ámbitos sociales, nacionales e internacionales la causa de la paz y la justicia”. Así lo ha recordado Benedicto XVI en un mensaje, publicado hoy y dirigido a Mary Ann Glendon, presidente de la Pontificia Academia.
“Aunque el escenario político mundial haya cambiado significativamente en el último medio siglo - escribe el Papa-, la visión de Juan XXIII todavía tiene mucho que enseñarnos ahora, cuando nos enfrentamos a los nuevos retos para la paz y la justicia en la era de la Postguerra Fría, en medio de la continua proliferación de armas”. La 'Pacem in Terris' “era y es un fuerte aldabonazo para participar en un diálogo creativo entre la Iglesia y el mundo, entre creyentes y no creyentes, como el Concilio Vaticano II se propuso promover”. La encíclica “da una visión completamente cristiana del lugar del hombre en el cosmos, confiando en que, al hacerlo, ofrece un mensaje de esperanza a un mundo que está hambriento de ella. Se trata de un mensaje que puede llegar a la gente de todas las creencias y de ninguna , porque su verdad esta al alcance de todos”.
“En ese mismo espíritu, después de los atentados terroristas que sacudieron el mundo en septiembre de 2001, el beato Juan Pablo II insistió en que no puede haber "paz sin justicia, ni justicia sin perdón". La noción de perdón tiene que abrirse camino en el discurso internacional sobre la resolución de conflictos, para transformar el lenguaje estéril de la recriminación mutua que no lleva a ninguna parte. Si la criatura humana está hecha a imagen de Dios, un Dios de justicia que es 'rico en misericordia', estas cualidades deben reflejarse en la resolución de los asuntos humanos (...) El perdón no es una negación del error sino una participación en la curación y el amor transformador de Dios que reconcilia y restaura”.
“Los errores históricos y las injusticias se pueden superar solamente si los hombres y las mujeres se inspiran en un mensaje de recuperación y esperanza; un mensaje que señale un camino para salir del atolladero en que, tan a menudo quedan encerradas las personas y las naciones, sin poder salir del círculo vicioso de la violencia. Desde 1963, algunos de los conflictos que entonces parecían insolubles han pasado a la historia. Con esa perspectiva, luchemos por la paz y la justicia en el mundo de hoy, confiando en que nuestra búsqueda común del orden establecido por Dios, en un mundo en el que todo ser humano goce del respeto que le es debido, puede dar y dará frutos”, concluye el Santo Padre.

Ciudad del Vaticano, 30 abril 2012 (VIS)

"LA CRISTIANDAD DE AL-ÁNDALUS. UNA PRIMAVERA MOZÁRABE EN EL EMIRATO ANDALUSÍ".


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lunes, 30 de abril de 2012
Conferencia en Jerez de la Frontera del sacerdote y escritor Jesús Sánchez Adalid

El Palacio de Villapanés, sede del Centro de Jerez de la Frontera de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), acoge este miércoles 2 de mayo la conferencia "La Cristiandad de Al-Ándalus. Una primavera mozárabe en el Emirato andalusí", que correrá a cargo del sacerdote y escritor Jesús Sánchez Adalid.
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El ponente, doctor en Derecho y licenciado en Derecho Canónico, obtuvo el Premio Fernando Lara de Novela en 2007 y el Premio de Novela Histórica Alfonso X  el Sabio en 2012 y fue galardonado en 2009 con la Medalla de Extremadura. Además de ser párroco de Nuestra Señora de los Milagros en la localidad extremeña de Alange, es colaborador habitual de National Geographic, Ciencia y Vida Radio Nacional de España.
  
'La Cristiandad de Al-Ándalus. Una primavera mozárabe en el Emirato andalusí'
Jesús Sánchez Adalid

Lugar: Palacio de Villapanés (Plaza de la Cruz Vieja, Jerez de la Frontera)
Día: Miércoles, 2 de mayo de 2012
Hora: 20:30

LAS JSE A LA IGLESIA: "CADA VEZ QUE DIGAN UNA GILIPOLLEZ, UN MILLÓN DE EUROS MENOS".


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    Iglesia | La Gaceta
    Elena Valenciano en la inauguración del 24 Congreso de las JSE. EFE
    RADICALIZACIÓN DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS

    Las JSE a la Iglesia: 'Cada vez que digan una gilipollez, un millón de euros menos'

    30 ABR 2012 | GACETA.ES
    La radicalización laicista de los socialistas no les deja ver más allá de su odio. Ignoran una vez más la labor de instituciones como Cáritas, de la Iglesia española e instituida por la Conferencia Episcopal. 



  • El secretario general saliente de las Juventudes Socialistas de España (JSE)Sergio Gutiérrez, ha criticado al portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, por sus palabras sobre las relaciones homosexuales, y ha lanzado una propuesta: "Cada vez que digan una gilipollez, un millón de euros menos", ha dicho entre risas y aplausos de los delegados al 24 Congreso Federal de JSE.
    "¿Una Iglesia más social?. Cáritas sustituye al Estado
    Según Gutiérrez, que ha criticado que los recortes del Gobierno no hayan alcanzado a la jerarquía eclesiástica, con esta medida se reduciría el déficit y a la vez se promovería "una Iglesia más social". JSE lleva en su ponencia política para este Congreso la propuesta de suprimir de la declaración de las renta la casilla para la Iglesia.
    La radicalización laicista de los socialistas, no les deja ver más allá de su odio. Hay que recordar que Cáritas es una 'institución samaritana de la Iglesia española'. Es "la confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica en España, instituida por la Conferencia Episcopal". Su labor siempre ha estado en boca de los más necesitados, pero en esta crisis, se ha convertido en la esperanza de millones de españoles.
    Cáritas es la nueva agencia de empleo. El año pasado encontró trabajo a 13.148 personas, dobló el número de familias en apuros que piden ayuda por primera vez, y, sus comedores sociales no dan a basto. Sus voluntarios afirman que "es como para echarse a temblar, hasta los bancos nos mandan a la gente para evitar intervenir en impagos". Las 'Juventudes Socialistas de España', no deberían olvidar que Cáritas está sustituyendo la acción del Estado. 
    Una "barra libre" de ideología
    El líder de las Juventudes del PSOE reaccionaba así a las palabras de Martínez Camino diciendo que las relaciones homosexuales son "desordenadas". "Imagino que las habrá ordenadas y desordenadas y que esas serán las más divertidas", ha dicho entre risas del auditorio.
    Gutiérrez ha cargado contra la reforma laboral y el anuncio de modificación de la ley del aborto. A su juicio, las medidas del Gobierno de Rajoy están suponiendo una "continua fiesta" para la "derecha social" donde el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández y el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, "no dejan de bailar" y "están desmelenados" porque es lo que siempre quisieron, una "barra libre" de ideología.
    La herencia recibida
    Por otro lado, ha criticado que el Gobierno hable "tanto y con tanto desprecio de la herencia recibida" de los socialistas. "Si no la quieren que nos la devuelvan, que convoquen elecciones, que los socialistas sabemos gestionar sin copagos, sin tasazos y sin recortes en las becas", ha espetado.
    Según Gutiérrez, que actualmente es miembro de la Ejecutiva Federal socialista, la "herencia" de los gobiernos socialistas es una sociedad "en la que la igualdad de oportunidades no ha dependido de cuentas corrientes". "Esa es la herencia que han recibido y de la que yo me siento orgulloso como socialista", ha añadido.
    A su juicio, la derecha "confunde los votos en blanco con cheques en blanco", de manera que "cuanta menos gente vota más derecha hay en las instituciones y menos derechos en la calle".
    El dirigente del PSOE se ha expresado así durante la presentación de su informe de gestión de sus cuatro años y medio de mandato al frente de JSE, la víspera de que se elija a su sucesor en la Secretaría General. 

EL MEXICANO JOSÉ MEJÍA YÁÑEZ, CANCILLER DEL TRIBUNAL SUPREMO.


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    Iglesia | La Gaceta

    El mexicano José Mejía Yáñez, canciller del Tribunal Supremo

    30 ABR 2012 | EFE
    El Papa nombra al mexicano José Mejía Yáñez canciller jefe de la Signatura Apostólica, el "Tribunal Supremo", de la Santa Sede.
  • El Papa Benedicto XVI ha nombrado al sacerdote mexicano José Fernando Mejía Yañez, de 57 años, canciller jefe de la Signatura Apostólica, el "Tribunal Supremo", de la Santa Sede, informó hoy el Vaticano.
    José Fernando Mejía Yáñez pertenece al instituto Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras (MG).
    Nacido en 1955, es licenciado en Derecho Civil por la Universidad de México y en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Urbaniana, de Roma.
    Desde el año 2005 presta servicios en el Tribunal de la Signatura Apostólica.
    El Pontífice ha nombrado asimismo Promotor sustituto de Justicia (fiscal adjunto) al sacerdote Pawel Malecha.
    El Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica se encarga de la administración de la justicia en la Iglesia. Está presidido actualmente por el cardenal Raymond Leo Burke.
    El actual Promotor de Justicia (fiscal) es el arzobispo Charles Scicluna. 

EDUARDO GUTIÉRREZ, UNDÉCIMO EMBAJADOR ANTE EL VATICANO DE LA DEMOCRACIA.

Iglesia | La Gaceta


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    Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga

    Eduardo Gutiérrez, undécimo embajador ante el Vaticano de la democracia

    30 ABR 2012 | EFE
    Gutiérrez releva a María Jesús Figa, que se convirtió hace un año en la primera mujer en encabezar la delegación diplomática española ante el Vaticano.
  •  El diplomático Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga será elundécimo embajador de España ante la Santa Sede desde el fin del franquismo y la instauración de la democracia.
    Gutiérrez releva a María Jesús Figa, que se convirtió hace un año en la primera mujer en encabezar la delegación diplomática española ante el Vaticano.
    La etapa de Figa coincidió con la celebración en Madrid de la Jornada Mundial de la Juventud el pasado mes de agosto.
    Figa relevó al exalcalde de A Coruña, el socialista Francisco Vázquez (2006-2011), que ha sido el único de los embajadores en el Vaticano no miembro de la carrera diplomática.
    En este período, Benedicto XVI viajó en dos ocasiones a España, en julio de 2007, para presidir en Valencia el V Encuentro Mundial de la Familia, y en noviembre de 2010, cuando visitó Santiago de Compostela con motivo del Año Jubilar Compostelano y Barcelona, donde consagró el templo de la Sagrada Familia.
    Las discrepancias con Jorge Dezcallar
    Vázquez contribuyó a normalizar las relaciones entre España y la Santa Sede, después de las discrepancias que hubo durante el período de Jorge Dezcallar, nombrado por José Luis Rodríguez Zapatero pocos meses después de llegar al poder en 2004.
    El momento más destacado de la etapa de Dezcallar fue la muerte de Juan Pablo II en abril de 2005.
    Su predecesor fue Carlos Abella, el embajador que más tiempo estuvo en el puesto en Roma (1997-2004), cubriendo casi toda la etapa de gobierno de José María Aznar.
    Antes de Abella, ocuparon el cargo Pedro López Aguirrebengoa (1992-1997), Jesús Ezquerra (1987-1992), Gonzalo Puente (1985-1987), Nuño Aguirre de Cárcer (1983-1985) y José Joaquín Puig de la Bellacasa (1980-1983).
    El primer embajador de España ante la Santa Sede del período democrático fue Ángel Sanz Briz, quien entregó sus cartas credenciales a Pablo VI en enero de 1977.
    Sanz Briz, apodado "el ángel de Budapest", se hizo célebre por salvar a más de 5.000 judíos húngaros de la persecución nazi durante la II Guerra Mundial cuando era encargado de negocios de España en este país centroeuropeo.
    Durante la etapa de Sanz Briz y ya con Juan Pablo II como sumo pontífice, se firmó el nuevo acuerdo entre España y el Vaticano, con el que se renovó el concordato de 1953.
    Las relaciones bilaterales se remontan a hace más de seis siglos, cuando se firmó el primer tratado (1418) entre la Corona de España y la Santa Sede.
    Gonzalo Fernández de Heredia está considerado el primer representante español ante el Estado vaticano, nombrado en 1475 por los Reyes Católicos.