lunes, 30 de abril de 2012

COMPROMETIDOS CONTIGO; POR AGUSTÍN DOMINGO MORATALLA.


Sección - Marinero en tierra

Comprometidos contigo      

Dentro de unos días, los populares en la Comunidad Valenciana celebrarán un congreso importante para su historia como formación política. Su importancia no estará sólo en la cantidad de compromisos personales, cálculos estratégicos de las agrupaciones y guiños a la Ejecutiva Nacional para transmitir la consigna de un partido fuerte y cohesionado. Con las baterías de recortes que se están poniendo en marcha y el apretado calendario de movilizaciones que se están preparando, el partido debería renovar su narrativa para responder de una manera coherente a las expectativas de sociedades líquidas y vulnerables.

La renovación de una narrativa política es una tarea complicada. Se consigue cuando se está en la oposición y se destroza cuando se está en el gobierno. A finales de los noventa los populares construyeron una narrativa atractiva con la que consiguieron destronar un lermismo que parecía imbatible. No sólo se ganó porque la oposición estaba llena de familias que perseguían el porvenir sino porque se consiguió canalizar inquietudes de la sociedad civil, de colectivos profesionales, de ciudadanos independientes y de votantes descontentos.

Durante estos años de gobierno, los populares no sólo han conseguido mantener sus mayorías sino que las han incrementado cuantitativamente. Unos atribuyen este éxito a los sucesivos descalabros de los fugaces líderes de la oposición, otros a liderazgos personales indiscutibles en determinadas agrupaciones. Pero el éxito político es fugaz y despiadado, sobre todo si no se ha construido una narrativa ideológica potente que vertebre personas y grupos, emociones y razones, votos y argumentos, tradiciones e ilusiones.

En tiempos turbulentos no habría que despreciar las mejores ideas ni los mejores profesionales. Algo complicado en la renovación generacional de un partido que se ha ido descapitalizando de ideas, de profesionales, de ejemplaridades políticas y de argumentaciones coherentes. Si Robert Michels levantara la cabeza vería cómo la ley de hierro de las oligarquías se ha cumplido de una manera implacable.

Convertido en maquinaria electoral despiadada y seducido por el tuiteo de las redes, el partido se ha llenado de estimación sin discrepancia, en pura marca que administran peritos de apariencias. Como maquinaria y marca, le ha dado la espalda al sufrimiento de muchos militantes que creían en valores, que confiaban en tradiciones y que soñaban con un proyecto de sociedad abierta. ¿Dónde quedaron los valores del humanismo cristiano, del regionalismo liberal, del tradicionalismo valencianista o del liberalismo social?


Agustín DOMINGO MORATALLA
Para el viernes 27 de Abril de 2012, en LAS PROVINCIAS. GRUPO VOCENTO

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