domingo, 27 de mayo de 2012

EL SCHINDLER ITALIANO.

Iglesia | La Gaceta


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    Odoardo Focherini
    ODOARDO FOCHERINI

    El Schindler italiano

    27 MAY 2012 | JAVIER TORRES
    Benedicto XVI declara mártir a Odoardo Focherini, el periodista que libró a 105 judíos del holocausto nazi.
  • En 1943 Hitler invadió Italia tras el desembarco aliado en el sur. La llegada de las tropas alemanas sorprendió a los miles de judíos que se habían refugiado en Italia. A pesar de la ayuda que ofrecía la Delegación de Asistencia a los Emigrantes Judíos, estos tenían pocas posibilidades de eludir los campos de trabajos forzados nazis.
    Algunos sí lo hicieron, fueron los 105 que se toparon con el periodista, católico, padre de siete hijos y, desde hace unos días, mártir, Odoardo Focherini. Esta es su historia.
    Cuando Odoardo Focherini conoció -a través del cardenal de Génova, Boetto Pedro- a Raimondo Manzini, director del diario Avvenire d’Italia, su vida dio un giro de 180 grados. El periódico -el primero de inspiración católica en Italia- se había convertido bajo la dirección de Manzini en un baluarte contra el régimen fascista de Mussolini. Eso y su línea católica sedujeron al joven Focherini para embarcarse en la aventura. A decir verdad, su vida no había sido otra cosa que una sucesión de retos y compromisos.
    Pronto iba dejar a las claras que tenía madera de líder y que el auge del fascismo en Italia no le iba a impedir profesar su fe católica. Con 19 años Focherini fundó los scouts católicos en Carpi, ciudad en la que nació en 1907 y en la que después sería jefe del movimiento de su diócesis y uno de los principales referentes de Italia. Años más tarde, a los 27, se convirtió en presidente de la Acción Católica Italiana.
    Cómo se las gastaban las SS
    En estas circunstancias a Manzini no le costó mucho convencer a Focherini para que se incorporase al Avvenire d’Italia. Focherini evidenció en muy poco tiempo lo que tantas veces demostró durante su juventud: capacidad de liderazgo. En 1937 se convirtió en director administrativo de un periódico que cada vez disimulaba menos su oposición a Mussolini. Sus críticas al fascismo y la contratación -una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial- del periodista judío Giancomo Lampronti convirtieron al diario en uno de los medios más críticos.
    A pesar de las dificultades de remar contra corriente, Odoardo Focherini jamás daba marcha atrás ante los proyectos que emprendía. Si el cardenal Boetto Pedro fue el nexo que le permitió entrar en el diario dirigido por Manzini, también lo sería para conocer a la Delasem (Delegación de Asistencia a los Emigrantes Judíos), una organización que se encargaba de atender a los miles de judíos que huían de los países invadidos por Hitler. Una vez más, Focherini recogió el guante que le lanzó el cardenal de Génova y participó en la organización. Era el año 1943.
    Para entonces Italia había sufrido la invasión alemana por el norte como réplica al desembarco de los aliados en el sur. Muchas ciudades italianas como Carpi (al norte, cerca de Módena) comenzaron a conocer cómo se las gastaban las SS nazi. Especialmente los judíos, que meses atrás se creían a salvo y ahora luchaban por huir a Suiza. Muchos lo lograron gracias a Odoardo Focherini, ya que hizo de la Delasem una red de seguridad que falsificaba los documentos que permitían a los judíos cruzar la frontera.
    No era la primera vez que Focherini se había jugado el pellejo salvando a judíos: en 1942 escondió en un tren de la Cruz Roja a algunos que venían de Polonia. Con la llegada de las SS y las primeras deportaciones, Focherini se convenció de que tenía que hacer algo por ellos y, gracias a la ayuda del padre Dante Sala, párroco de San Martín Spinjo en la provincia de Módena, logró salvar a 105 judíos de ser internados en campos de trabajos forzados o, directamente, ejecutados.
    Muerte por septicemia
    Desde luego, el proceso no era sencillo. En primer lugar, porque Focherini tenía que encargarse personalmente de contactar con los familiares residentes en el país de origen, conseguir los documentos -para luego falsificarlos- y, lo más importante, reunir el dinero suficiente para efectuar la escapada. Una vez su cuñado Bruno Marchesi le alertó del peligro que eso suponía: “Deberías pensar más en tus hijos”, le advirtió. Focherini respondió: “Si hubieras visto, como yo, lo que hacen padecer a los judíos, lamentarías no haber salvado un número mayor”.
    El empeño que puso en salvarlos fue enorme. Tan grande que era muy difícil mantener sus gestiones en secreto durante más tiempo. El 11 de marzo 1944 Focherini fue detenido en el hospital de Carpi mientras atendía a un judío enfermo. Los nazis no perdonaron su caridad. Desde entonces, el periodista pasó el resto de su vida encarcelado y, más tarde, interno en campos de trabajos forzados. La cárcel de San Giovvani in Monte, Fossoli, Gries, el campo de Flossenburg y el de Hersbruck fueron los lugares en los que pasó sus últimos nueve meses de vida.
    El de Hersbruck (Alemania) era un campo de concentración en el que a los presos se les obligaba a trabajar doce horas al día. Quienes no aguantaban el ritmo eran marcados con una K en la frente para después enviarlos a los hornos crematorios.
    Herido en una pierna y sin recibir cura alguna, Odoardo Focherini contrajo una septicemia que le provocó la muerte el 27 de diciembre de 1944. Antes de morir escribió una carta y propició la fuga del judío Enrico Donati. Casi setenta años después, el Papa Benedicto XVI le ha declarado mártir de la Iglesia.
    Carta de despedida
    “Mis siete hijos... querría verlos antes de morir... No obstante, acepta, oh, Señor, también este sacrificio, y protégelos Tú, junto a mi mujer, a mis padres, a todos mis seres queridos.... Declaro morir en la más pura fe católica apostólica romana y en la plena sumisión a la voluntad de Dios, ofreciendo mi vida en holocausto por mi diócesis, por Acción Católica, por el Papa y por el retorno de la paz al mundo.... Os ruego que digáis a mi esposa que siempre le he sido fiel, que siempre he pensado en ella y que siempre la he amado intensamente”.
     

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