Se traslada a la iglesia gaditana de San José tras 14 años de actividad eclesiástica en La Isla
EDUARDO ALBARRÁN / SAN FERNANDO | ACTUALIZADO 28.08.2012 - 01:00
El hasta el momento arcipreste de la ciudad y párroco de la iglesia del Santo Cristo se despidió en la jornada del pasado viernes de la comunidad parroquial donde ha venido desarrollando su labor evangelizadora.
Tras una celebración eucarística en el propio templo del barrio del Cristo con la compañía de una gran parte de la comunidad parroquial, Salvador Rivera dio por finalizada una etapa dentro de su vida sacerdotal que le ha llevado a estar los últimos catorce años en la ciudad, primero en la iglesia de la Sagrada Familia del barrio de la Bazán durante seis años y los últimos ocho en la del Santo Cristo.
Su paso por esta última parroquia ha llevado a una regularización del papel de la hermandad de los Afligidos dentro de la propia comunidad parroquial, el acercamiento de todos los grupos y una labor de actividades más amplia de la que se venía realizando hasta el momento de su llegada.
Dentro de su actividad dentro de la ciudad y tras ser designado arcipreste de la misma, ha desarrollado el papel de director espiritual del Consejo de hermandades, organismo que lo nombró pregonero de la Semana Santa en el año 2008, primer año que este acto cuaresmal volvía al Real Teatro de Las Cortes.
Tras la celebración eucarística los asistentes se trasladaron al salón de celebraciones Yeyo de la ciudad en el que se desarrolló una cena que contó con la presencia del canónigo gaditano y párroco de San José Artesano, Rafael Vez Palomino, así como de Antonio García-Berbel Molina, vicario del Santo Cristo, que desarrollará las labores propias del párroco hasta la llegada -sin fecha concreta aún- del nuevo párroco, Rafael Pinto Vega, que procede de la parroquia de San Pío X de La Línea de la Concepción.
Durante la cena se sucedieron las alocuciones por parte de los distintos grupos parroquiales y organizaciones representadas entre los comensales.
Manuel Lora, miembro del consejo pastoral parroquial, comenzó el turno de intervenciones haciendo un breve panegírico del padre Salvador, concluyendo con la entrega de un cuadro como obsequio por su dedicación dentro de la comunidad parroquial y el propio barrio. La entrega del obsequio se hizo por parte del ex-presidente del Consejo de hermandades, Manuel Muñoz Jordán.
Tras este se sucedieron los distintos obsequios y palabras de admiración hacia la figura del padre Salvador por parte del hermano mayor de la cofradía de Afligidos, Benito Rodríguez-Pastoriza, y el hermano mayor de la hermandad de Vera-Cruz, Rafael Valverde.
Continuó dentro de estas muestras de agradecimiento el presidente del consejo de hermandades, Manuel Rivera, que entregó una imagen de la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad, para que acompañara al sacerdote en su nueva tarea dentro de la comunidad de la parroquia gaditana de San José.
También estuvieron presentes en este acto las representaciones de la hermandad del Rocío y de Jesús Nazareno.
Tras una celebración eucarística en el propio templo del barrio del Cristo con la compañía de una gran parte de la comunidad parroquial, Salvador Rivera dio por finalizada una etapa dentro de su vida sacerdotal que le ha llevado a estar los últimos catorce años en la ciudad, primero en la iglesia de la Sagrada Familia del barrio de la Bazán durante seis años y los últimos ocho en la del Santo Cristo.
Su paso por esta última parroquia ha llevado a una regularización del papel de la hermandad de los Afligidos dentro de la propia comunidad parroquial, el acercamiento de todos los grupos y una labor de actividades más amplia de la que se venía realizando hasta el momento de su llegada.
Dentro de su actividad dentro de la ciudad y tras ser designado arcipreste de la misma, ha desarrollado el papel de director espiritual del Consejo de hermandades, organismo que lo nombró pregonero de la Semana Santa en el año 2008, primer año que este acto cuaresmal volvía al Real Teatro de Las Cortes.
Tras la celebración eucarística los asistentes se trasladaron al salón de celebraciones Yeyo de la ciudad en el que se desarrolló una cena que contó con la presencia del canónigo gaditano y párroco de San José Artesano, Rafael Vez Palomino, así como de Antonio García-Berbel Molina, vicario del Santo Cristo, que desarrollará las labores propias del párroco hasta la llegada -sin fecha concreta aún- del nuevo párroco, Rafael Pinto Vega, que procede de la parroquia de San Pío X de La Línea de la Concepción.
Durante la cena se sucedieron las alocuciones por parte de los distintos grupos parroquiales y organizaciones representadas entre los comensales.
Manuel Lora, miembro del consejo pastoral parroquial, comenzó el turno de intervenciones haciendo un breve panegírico del padre Salvador, concluyendo con la entrega de un cuadro como obsequio por su dedicación dentro de la comunidad parroquial y el propio barrio. La entrega del obsequio se hizo por parte del ex-presidente del Consejo de hermandades, Manuel Muñoz Jordán.
Tras este se sucedieron los distintos obsequios y palabras de admiración hacia la figura del padre Salvador por parte del hermano mayor de la cofradía de Afligidos, Benito Rodríguez-Pastoriza, y el hermano mayor de la hermandad de Vera-Cruz, Rafael Valverde.
Continuó dentro de estas muestras de agradecimiento el presidente del consejo de hermandades, Manuel Rivera, que entregó una imagen de la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad, para que acompañara al sacerdote en su nueva tarea dentro de la comunidad de la parroquia gaditana de San José.
También estuvieron presentes en este acto las representaciones de la hermandad del Rocío y de Jesús Nazareno.
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