martes, 25 de septiembre de 2012

PROCESIÓN DE LA PATRONA DE JEREZ.

Diario de Jerez



Jerez se reencuentra con La Merced con gran ambiente en las calles

El centro urbano por donde transcurrió la procesión se llenó para ver pasar la procesión · Los nardos del paso de la Señora volvieron a dar el característico aroma que evoca la celebración de la Patrona jerezana
FRANCISCO ABUÍN/ JEREZ | ACTUALIZADO 25.09.2012 - 06:56
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La Virgen de La Merced inicia su recorrido, en la tarde de ayer, por las calles de la ciudad tras salir de su basílica. / Pascual
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Ana María Salas fue la encargada de dar una emotiva primera levantá al paso de la Virgen. / Pascual
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Saldaña y Durá escoltan a la alcaldesa, que lució el bastón de mando en la procesión. / Pascual
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Tarde de septiembre en el otoño recién estrenado en un entorno que si antaño estaba inundado de olores bodegueros fruto de la vendimia, pese a todo aún conserva algo de ese aroma que se escapa por algún recoveco de las añejas calles del alrededor de la basílica. En lo climatológico el día ya empezaba a apuntar la nueva estación que poco a poco empieza a consolidarse. Fue la tarde de la Patrona jerezana, que con su salida procesional puso fin al ciclo anual que se dedica a Nuestra Señora de la Merced. 

Ambiente en las calles en un día de fiesta local, con gente arreglada como el día a que corresponde, aprovechado para ir a ver a la Señora en su paseo por las principales calles del centro urbano. Aceras y terrazas de bares entonados en ese ambiente festivo tan diferente a lo cotidiano de un lunes que en este 2012 se marcó en el calendario con la advocación de La Merced. 

El plateado paso de la Patrona, cuidado y montado por los hermanos de la mayordomía de la hermandad del Transporte, empezó a dejarse ver en el dintel de la basílica al filo de las siete de la tarde con su tradicional estética y el característico olor a nardos que se disfrutaba en su entorno, un aroma que evoca a este día y a esta imagen, flor dispuesta con las formas de costumbre en los grandes centros que adornaron las andas. Antes de salir la cruz de guía, se oyó el tronar de tambores y cornetas que en pasacalles llegó hasta el templo. Se trataba de la banda de San Juan que ayer abrió la procesión y que empezó a celebrar sus 35 años para lo que reunió a músicos de hasta trece bandas diferentes, con sus estandartes creando una singular formación musical rica en sonoridad, variedad y número. Bajo el paso los costaleros, mandados por Martín Gómez, que formando dos cuadrillas se ocuparon de llevar siempre de frente a la Patrona, salvado la altura de la puerta de salida como la única dificultad a la que se enfrenta tanto al salir como la entrar. Fue andando con elegancia y sin estridencias, como corresponde a esta procesión en la que la 'oficialidad' y lo institucional forma parte inherente de ella. 

Una percepción que viene dada por varios signos que son patentes en el cortejo como la representación corporativa de las hermandades de gloria y penitencia, organismos y asociaciones eclesiales, órdenes religiosas, con los padres mercedarios el frente, junto a las representaciones civiles, la más destacada la de la corporación municipal en la que estuvieron la alcaldesa y los concejales del gobierno municipal, ausentándose los miembros de la oposición. Antecediendo, ante el paso, el obispo diocesano acompañado por cuatro canónigos. 

Cerrando fue la banda municipal de música en la que se estrenó como nuevo director, interino por el momento y en sustitución de Paco Orellana, el joven Luis Román. Los primeros momentos del recorrido tuvo muy en cuenta el barrio de la Virgen. La calle dedicada a Ella se adornó singularmente recuperándose las alfombras que cubrieron por unas horas el gris adoquinado cambiándolo por espacios multicolores, paños que fueron instalados la noche anterior por diferentes colectivos, sobre todo el de las hermandades y que fue un argumento que atrajo a centenares de personas desde por la mañana, sumándose a las muchas que cada 24 de septiembre viven los previos en el en torno e interior de la basílica. 

Ya es un clásico que a la altura de donde se encuentra la peña flamenca Tío José de Paula, Joaquín 'El Zambo' cantó una soleá a la Virgen. Una sede que tiene casi al frente a otra referencia 'santiaguera', la casa de hermandad del Prendimiento, que arregló la balconada en homenaje a La Merced. 


Es una devoción ancestral de casi ocho siglos, con una rica historia que se hunde en las raíces mismas del Jerez de la reconquista cristiana. La Merced evoca campo y viñas, a milagros, a creencia sencilla que al mismo tiempo se esparce por todos los segmentos sociales de la ciudad. Es la devoción de las devociones, prevaleciendo sobre las múltiples advocaciones marianas de Jerez. Es el santo y seña que indica la prevalencia sobre todas. 

Ancha, Porvera, Larga, Alameda del Banco, Tornería y por los adentros del Jerez intramuros, la ciudad añeja que recibió como cada año y cada septiembre el paso de la Patrona en gesto sencillo pero sublime de renovación mariana. 

Con unos esquemas clásicos y que forman parte de la tradición, el día de la Patrona transcurrió por esos cauces, jornada que se abrió con la misa solemne oficiada por el obispo diocesano, que dio paso a la renovación del Voto de la ciudad; que culminó con la procesión en la que sí se vieron detalles que sigue apuntalando ese objetivo de afianzar, actualizar e introducir a La Merced en el alma de la gente de esta tierra con gestos explícitos y patentes en los adornos físicos y sonoros que le dieron la bienvenida a la Señora.

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