lunes, 26 de noviembre de 2012

SALARIO EMOCIONAL; POR AGUSTÍN DOMINGO MORATALLA.


Sección - Marinero en tierra
Salario emocional     

Hace unos días se presentó en Valencia el Forum de Excelencia y Liderazgo,  donde participaron importantes expertos en teoría y práctica de la administración, gestión y dirección de organizaciones. En una de las intervenciones, el ponente animó a los directivos para que recompensen a los equipos con salario emocional. Ante la falta de salarios reales, recompensas o bienes externos que motiven a los equipos, se animaba a los directivos para que apliquen esta nueva fórmula organizativa.

Este concepto no es fruto de la improvisación, es el resultado de investigaciones neuronales que demuestran la importancia de la vida emocional en la vida laboral. Resultado de las neurociencias, el salario emocional se nos presenta como una interesante fórmula híbrida para ilusionar y estimular procesos de innovación o creatividad empresarial. Desde Goleman y las sucesivas teorías de la inteligencia humana, las emociones desempeñan un papel central en las ciencias sociales y los mal llamados departamentos de recursos humanos.

Aderezados con la jerga de la reinvención, brillantemente expuestos ante auditorios cautivos y utilizando magistralmente el puntero o material electrónico, este lenguaje  tiene la capacidad de seducir a un público ayuno de buenas noticias, buenos resultados y buenos ejemplos. El éxito de estos encuentros y las sucesivas ediciones de los libros de autoayuda emocional son una muestra clara de que para salir de la crisis nos agarramos a un clavo ardiendo.

Es una pena que estos expertos desconozcan la Historia de la Medicina y los trabajos de  Ramón Turró, quien a principios del siglo XX sostenía que el hambre es la fuente explicativa del conocimiento. Además de agudizar el ingenio, condiciona la vida emocional. La supresión de la paga de Navidad y el descenso del poder adquisitivo de los trabajadores pueden ser interpretados como aplicación de este concepto a nuestras vidas. También cabe una revisión del marxismo en términos emocionales. ¿Se imaginan la teoría de la plusvalía y el valor en términos de salario emocional?

Quizá llegue el día del IVA y el IRPF emocional, cuando ciudadanos, bancos y administraciones saldemos deudas con dinero emocional. ¡Ese sí será un tiempo de bienestar! Sin facturas o hipotecas, tendremos crédito emocional en una economía emocional. Las tasas o los requerimientos tendrán un carácter emocional. Nadie pasará hambre porque pagaremos con tarjeta emocional y, sobre todo, nadie perderá su casa, la podrá pagar con este salario emocional. 


Agustín DOMINGO MORATALLA
Para el viernes 23 de Noviembre de 2012, en LAS PROVINCIAS. GRUPO VOCENTO


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