Había llegado el anunciado día y nada. Se recorrió algunas preguntando
y la misma contestación. La alegría inundaba su mente y su cuerpo. Cuando se
corroborase el estrepitoso desastre ya empuñaría sus “armas”. Ahora tocaba
esperar.
Anuncios de que se atrasaría por problemas ajenos, interés desbordante
y desmedido por casi todo el mundo. Todos estaban expectantes. ¡Había que
esperar!
Tan solo veinticuatro horas para que la bomba explotara en las manos de
los que tanto despreciaba y en su fuero interno alegría inmensa y
carcajadas. ¡Había que esperar!
Una mañana, una tarde, una noche y amaneció un nuevo día que al igual
que el día anterior aparecía encapotado y lluvioso. ¡Maldita lluvia que lo va a
estropear todo!
Se sentía nervioso, quería que pasaran las horas para comprobar, por si
mismo, si el desastre era una realidad o en realidad no había tal desastre.
Como si no fuera cosa suya se fue y cogió unas copas y metió en la
nevera una botella de cava. Si la cosa sale habría que brindar. Lo que para algunos
es un serio fracaso para otros es el éxito. ¡Había que esperar! Pero, ¡Qué
espera más larga!
Salió, como todos los días, y fue al sitio de siempre. La rutina en su
vida es una de las cosas que caracterizan a quien tiene la imagen de serio
aunque esa seriedad sea, en muchas ocasiones, impostadas.
No hizo falta que preguntara lo vio en el mostrador. Estaba allí
fulgurante como diciendo: ¡Aquí estoy de nuevo! ¿Ya os creíais que no vendría?
A los pocos minutos muchos de los habituales y también desconocidos se llevaban
un ejemplar. ¡Dichoso José Carlos! ¡Lo ha conseguido! Y se acabó la espera.
En una Sociedad donde hay tantos
envidiosos, tantas malas personas que se alegran de lo malo que le pueda
ocurrir al otro, donde la constancia, el trabajo, la paciencia, el honor, el
buen hacer, no solo está mal visto sino que hay que destruirlos como sea que
haya una persona que lucha a diario por lo que cree, por dar un lugar de
privilegio a la Semana Santa de San Fernando, por un novedoso e inédito diario
digital que se ha convertido en referente no solo en nuestras fronteras sino
allende los mares, hoy quiero dedicar estas breves palabras guiadas por el
conocimiento, por la admiración y por la profunda amistad que nos profesamos.
¡Ya está en la calle “SAN
FERNANDO COFRADE”! ¡El impreso, el de siempre, el que le gusta al todo el
mundo! Nosotros somos como Santo Tomás: Tenemos que tocar para creer. Si no lo
vemos, tocamos y nos deleitamos pasando las hojas parece que no existe.
Estamos, en ese sentido algo atrasados porque ahora lo que verdaderamente se
lleva es la información al instante y eso sólo lo pueden hacer los diarios
digitales. Os puedo decir, sin temor a exagerar, que para la actualización de
este blog son decenas de diarios digitales los que leo a diario así como las
noticias que me llegan de las principales agencias nacionales e internacionales
a mi correo del tema que está especializado el mismo. Lo digital es el presente
y futuro inmediato. El formato impreso es el presente con olor a pasado, pero
es el que nos gusta.
Siempre digo que a mi me gusta
más un libro con sus hojas de papel, su olor característico, los recuerdos que
albergan cada página a los digitales que se me manifiestan fríos e
impersonales. Son prácticos, no lo discuto, pero les falta corazón. Lo sé soy
uno de esos viejos románticos que van quedando.
Sabía de la ilusión, el inmenso
trabajo y dedicación que han realizado todo el equipo que compone “SAN FERNANDO
COFRADE” con su director, José Carlos Fernández Moscoso, a la cabeza para sacar
esta edición extraordinaria impresa con motivo de la Semana Santa de San
Fernando 2013. Sé de cuantas horas le han dedicado a este noble trabajo
realizado desde la elegancia y veracidad periodísticas alejada de cualquier
atisbo de polémica o provocaciones.
No ha sido un camino de rosas,
todo lo contrario, porque se han encontrado con demasiadas piedras en el
camino, como si algunos no quisieran que saliese adelante tan esperado
proyecto.
Lo último los problemas, ya de
todos conocidos, de la impresión de este que lo ha retrasado un día en la venta
al público. Mejor así se ha creado más y mayor expectación.
Ya lo tengo en mi poder, ayer lo
dejé encargado en la Papelería “Bozano”, y hoy por la mañana me he acercado
desde Jerez a recogerlo. Quería tenerlo en mis manos para disfrutarlo como
nadie se puede imaginar cómo.
Lo voy leyendo poco a poco,
saboreandolo, disfrutando con su lectura, sus fotos, sus artículos. Estoy
gozando como un niño con zapatos nuevos porque el ejemplar que tengo en mis
manos es obra de unos valientes que se han puesto el mundo por montera y han
luchado hasta la extenuación por lo que
quieren y creen. Es el triunfo del esfuerzo, de la dignidad, del honor, de la
exquisitez, de la honradez, de la profesionalidad frente a algunas inmundicias
que quieren empobrecerlo todo. José Carlos Fernández Moscoso y el equipo de profesionales
que está a su cargo han demostrado lo que vale la hidalguía y el buen hacer.
Con “SAN FERNANDO COFRADE” en
los puestos de ventas triunfa el buen periodismo, así como todas las
Hermandades y Cofradías así como San Fernando como Ciudad. Todos los isleños,
sin excepción, se pueden considerar dichosos de tener un medio especializado de
tal categoría.
La expectación es tanta que toda
La Isla cofrade lo está adquiriendo porque es parte de nuestra historia y
tendrán un lugar destacado y de privilegio en nuestras hemerotecas. Van a
comprarlo todos hasta los más críticos con este medio.
Ahora solo queda disfrutar de su
lectura que divulga todos los temas a destacar ante la Semana Santa que mañana
comienza.
A mí me queda el gozo personal
de leer y disfrutar con y del éxito de mi querido hermano José Carlos Fernández
Moscoso al que envío un fuerte abrazo y le traslado mi admiración personal que
quiero hacer extensiva a todos los buenos amigos que componen “SAN FERNANDO
COFRADE”.
Recibid un fuerte abrazo y que
Dios os bendiga.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario