Hernán Lorenzino se siente indispuesto en una entrevista cuando la periodista le pregunta por la inflación, y se va.
Una cadena de televisión griega entrevista, en el contexto de un documental sobre la crisis económica, al ministro de Economía de Argentina. La entrevistadora, Eleni Varvitsiotis, le pregunta, en inglés, sobre el gran misterio de la economía de aquél país, la inflación. “Tengo una pregunta para usted. ¿En cuánto estima la inflación en Argentina?”
Visiblemente incómodo, Lorenzino elude la respuesta: “Las estadísticas oficiales de Argentina registran mes tras mes la inflación, y esa es la inflación con la cual… es la única inflación posible. Es la única oficina pública encargada y con capacidad técnica para medir cualquier estadística es el Instituto Nacional de Estadística y Censo, que depende del Ministerio de Economía”.
Lorenzino no ha respondido, y por ello insiste: “Entonces, ¿cuánto cree que es?”. El ministro no es capaz de dar una respuesta concluyente: “Bueno, depende… a ver, creo que el acumulado de los últimos doce meses es diez punto dos (10,2 por ciento). Me puedo equivocar en la última décima, pero el reporte de inflación es 10,2, o algo por el estilo”. Según los últimos datos oficiales, que se corresponden con el mes de febrero, la tasa de inflación anual es del 11,6 por ciento.
Pero esas estadísticas están en duda. No por falta de capacidad técnica, sino porque provocan la desconfianza en todo el mundo. La entrevistadora se lo hace ver: “El FMI, en diciembre, dijo que impondría sanciones a Argentina por ofrecer estadísticas erróneas. ¿Qué van a hacer al respecto?”.
El ministro no puede más
Es en este punto cuando el ministro de Economía no puede más. La locutora, sobre las imágenes de la cara del ministro argentino, que pasa por un momento de verdadero agobio: “En este preciso momento, la entrevista se interrumpe por un aparente cansancio del ministro, que le impide continuar y hace que tenga que irse”.
Él comienza a responder, pero sus palabras no llegan lejos: “Mire, le vuelvo a repetir, es un…”, en ese momento se vuelve hacia su jefa de prensa, mira de nuevo hacia adelante, y dice: “¿Puedo cortar esto un momento?”.
"Nosotros no hablamos de la inflación"
La periodista griega señala que los micrófonos siguen abiertos, y que ella mantiene esta sorprendente conversación con el ministro argentino. Él le dice: “Me quiero ir”. Atónita, la periodista le pregunta: “¿De verdad?”. Lorenzino insiste y se explica: “Me quiero ir. Además, es que… hablar de estadísticas, de la inflación en Argentina, es complejo. ¿Eh? Prefiero quedarme con la última respuesta que te dí, y no ahondar en el tema, ¿OK?”.
Momentos después, la jefa de prensa, y todavía con los micrófonos abiertos, explica las razones de la huída del ministro: “Hay un tema que nosotros… el ministro de Economía… quizás es difícil de entender fuera, ¿no?”. “Sí, explícame”, dice ya en español la periodista helena. “La verdad es que, hablar de la inflación… nosotros no hablamos habitualmente ni con los medios argentinos de la inflación”. Sin dejar la cara de asombro, la periodista explica por qué preguntó por ese asunto: “Bueno, yo no sé si él habla de la inflación, pero es el primer tema de la economía en este momento. Si tú vas a la calle, todos dicen que hay mucha inflación. ¿Cómo es posible que yo no pregunte esto?”. La pregunta es, también, cómo es posible que el ministro de economía de Argentina no esté preparado para hablar de ello.
La periodista, que ha hablado con la prensa argentina, reconoce: "Nunca me pasó algo así". Y añade: "Pensaba que un ministro de Economía podía darme una respuesta, no imaginé que se iba a ir".
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