Foto de José Carlos Fernández Moscoso (SFC).
Hay casos que es difícil el condensar y aprisionar
los sentimientos en unos párrafos pues es imposible el contar mediante palabras
todo lo que significa amistad elevada a la máxima potencia.
Catorce años y pico hace que nos conocemos y desde
el primer día supimos que íbamos a ser buenos amigos, de esos que porque pasen
los años no se distancia el cariño sino que se acentúa.
Podemos estar tiempo sin vernos, eso sucede, pero
siempre sabemos que nos tenemos el uno y el otro para cuanto necesitemos. ¡Ahí
radica la verdadera amistad! Los amigos no lo son más si está juntos todo el
día sino los que estando o no estando físicamente siempre se encuentran a
disposión del otro.
Mi buen amigo es un hombre metódico,
perfeccionista, magnífico profesional entregado a sus funciones y a su cargo,
siempre un gesto amable, una sonrisa, una actitud llena de cortesía,
amabilidad, de hacer las cosas más fáciles a los otros. Se deja la vida por
hacer el bien y colabora en altruista actuaciones que solo Dios puede pagar.
Como es una persona especial en todo lo que hace
pues eso lo hacer ser buen hijo, buen marido y buen padre. Siempre se puede
contar con él ya sea por parte de su familia y también los amigos, los
verdaderos amigos. ¡Qué la palabra amistad esta muy usada y además
incorrectamente! No todos son amigos, no puede serlos, porque la buena amistad
que crea lazos de hermanamiento en el alma tiene unos condicionantes muy
especiales y tangibles que no lo da el simple conocido con el que se puede
mantener, a lo sumo, una relación amistosa o amigable nunca de amigo.
Deportista de los buenos, lo podemos ver
corriendo, jugando al fútbol porque a pesar de que ya hemos cumplido los
cuarenta, o eso dice el DNI, se mantiene joven por fuera y lo que es mejor: Por
dentro.
Gran compañero, o como a mí me gusta denominarlos,
un gran humanista. La diferencia entre el humanista del que no lo es es que en
el primero redunda los valores íntrinsecos del ser humano el cual está dotado
de la máxima dignidad y por eso se desvive con sus semejantes cosa que no suele
ocurrir con otros que no tienen este perfil o virtud. Un humanista como la copa
de un pino fue mi querido amigo y hermano, Emilio Prieto Pagnas del que todos
los días me acuerdo y está en mis oraciones.
No, definitivamenter no se puede condesar tanto en
tan poco espacio. No puedo reflejar como quisiera todo mi sentimiento de
amistad que siento por mi querido amigo y buen hermano Daniel González Novella,
Dani para todos.
Ya ves, mi querido Dani, lo he intentado sin
conseguirlo apenas. Hoy he querido dedicarte este post y este blog por ser
simplemente como eres. Una gran persona, mejor amigo y hermano, un magnífico
compañero en las labores municipales. Todo el que entra por el Centro de
Congresos se siente tranquilo porque estás en todo, hasta los más ínfimos
detalles, y eso hace que todo salga como se tenía previsto.
Te entregas con lo haces al máximo: En tu familia,
tu trabajo, tus amigos, tus aficiones, tus vocaciones, tus actos solidarios.
Entrega es lo que te caracteriza y te hace grande entre tantos minúsculos e
insignifcantes que se creen grandes y no lo son.
No sé cuando leeras este post, me imagino que más
pronto que tarde, aunque si sé cuando leerás mi reflexión diaria que hago
mientras voy en tren camino de San Fernando. La leerás con el interés y el
cariño de siempre mientras estás ocupado con tu rutina diaria.
Saber que estás es mucho y más cuando llegan lo
momentos regulares que es donde se demuestra la grandeza de las personas, la
grandeza de la verdadera amistad.
Ilustro este post con una fotografía sacada ayer
mismo por nuestro común amigo José Carlos Fernández Moscoso en la inauguración
de la exposición de Cáritas Arciprestal. Aparecemos los dos en plena charla. Una buena y afable conversación entre dos amigos del alma.
Un fuerte abrazo hermano y que Dios te bendiga,
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario