jueves, 9 de mayo de 2013

CINE Y BIOÉTICA: "AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO"; POR GLORIA TOMÁS.



Con frecuencia –y muy certeramente- la investigación de la bioética se orienta hacia las consecuencias que la manipulación en la corporalidad humana lleva consigo.; así, el transhumanismo, la neuroética, etc. Son tema de absoluta actualidad.
Alabando y agradeciendo esas líneas de investigación, creo que es importante y complementario, dada también la escasa formación de nuestros universitarios en la dimensión humanística, mostrar, la belleza del bien, la certeza en la verdad, las grandes posibilidades humanas que ofrece la unidad de vida. Estos motivos, me llevan hoy a realizar la sinopsis de esta película, que quizás ha pasado inadvertida por las salas, pero que merece una mayor atención, y que no defraudará a espectador atento ante el valor y el amor a cada vida humana.

Título internacional: Hawthorn tree forever. Título original: Shan zha shu zhi lian. Dirección: Zhang YimouPaís:ChinaAño: 2010. Duración: 121 min. Género: Dramaromance.Interpretación: Zhou Dongyu (Jing), Shawn Dou (Sun), Xi Meijuan (madre de Jing), Li Xuejian (Zhang), Cheng Taishen (Sr. Luo), Sa Rina (tía). Guion:Yin Lichuan, Gu Xiaobai y A Mei; basado en la novela “Hawthorn tree forever” de Ai Mi.Producción: Cao Hyuai, William Kong, Hugo Shong y Zhang Weiping. Música: Qigang Chen. Fotografía: Zhao Xiaoding. Montaje: Peicong. Diseño de producción: Wu Ming.Distribuidora: GolemEstreno en China: 16 Septiembre 2010. Estreno en España: 31 Agosto 2012Calificación por edades: Apta para todos los público

En ocasiones, acudir a ver una película de cine se convierte en una experiencia entrañablemente humana y feliz. Es lo que ocurre con el drama romántico e intimista de Zhang Yimou Amor bajo el espino blanco; se trata de la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Aimi basada en un hecho real. Nos sitúa en China, en la Revolución Cultural de los años setenta del siglo pasado; la nación está fragmentada alrededor del origen de clase y la obediencia fiel al líder, lo que crea un clima deprimente y temeroso. Nos cuenta la película la historia de Jing, una colegiala de la ciudad que aspira a ser maestra y sacar adelante a su familia, para ello  debe trasladarse a un remoto pueblo en la montaña donde será sometida a la reeducación. Su padre ha sido encarcelado por contrarrevolucionario y su madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento ante las autoridades y que es suficiente un pequeño error para arruinar su vida y, por tanto, la de su familia. Todo parece estar bajo control en su discreta vida diaria, en la que actúa con cautela y prudencia para no levantar ningún tipo de sospechas entre esas autoridades. Pero su vida se ve maravillosamente trastocada cuando surge el amor entre ella y Sun, el atractivo hijo de un militar de élite, que corresponde a Jin con inusitada delicadeza y pasión. Debido a la diferencia social que les separa, un romance entre ellos es impensable; más aún, peligroso. El amor que entre ambos florece es limpio, profundo, apasionado y secreto.  Sun le hace una promesa: Te esperaré toda la vida, pues surgen una serie de acontecimientos que hacen preciso acogerse a esa manifestación de lealtad: Sun desaparece, Sun enferma, Jin duda, Jin sufre… y en el relato nos vamos integrando ante esa historia de amor romántico y de inocencia, y también ante la denuncia política y social que clama por la libertad y la dignidad. Cualquier plano, cualquier secuencia  muestra una entrañable e idílica estampa llena de humanidad y emoción. Amor, política, educación y familia se tratan con un pudor y exquisitez que hacen que el espectador llore a gusto y se reconforte en lo más íntimo con estos amantes de Verona trasladados a la China de Mao, tal como ha expresado el crítico de cine Rodríguez Chico. Un amor que merece vivir para siempre entre las raíces del Árbol de los Héroes, el Espino Blanco, superando las barreras de la política y de las tradiciones más férreas. Ese árbol que la pareja -ambos convincentes y conmovedores-sueña con visitar una vez más y que deviene metáfora de la felicidad anhelada. Amor bajo el espino blanco es un relato de amor trágico que se escribe con lenta seguridad, lleno de planos de embelesadores rincones en los que germina el enamoramiento con la complicidad de las miradas, de los gestos mínimos y las dudas que se abren paso en la silenciosa clandestinidad. Hay escenas indescriptibles de belleza, de inocencia y de sincera poesía: la entrega de la chaqueta junto al lago, cuando Sun toma por primera vez de la mano de Jin, ese atravesar el río cogidos con un palo, rica metáfora de la fragilidad y delicadeza del amor, etc. Resulta fascinante la sensibilidad y buen gusto con que Yimou retrata a sus personajes, la facilidad con que les dirige hasta hacerles hablar con el silencio y la mirada, y lograr que compartan con el espectador sentimientos tan sutiles y profundos como frescos y auténticos. Todo en la vida de estos dos enamorados respira pureza y sacrificio, sinceridad y sencillez, ternura e ingenuidad. Una película entrañable y conmovedora, ideal para quienes busquen modelos del amor, también de dolor, tratados con la belleza de la verdad.

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