viernes, 24 de mayo de 2013

CON AZNAR VIVÍAMOS MEJOR.

Opinión | La Gaceta


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  • Con Aznar vivíamos mejor
    ASÍ ESTÁ EL PATIO
    Con Aznar vivíamos mejor
    4 COMENTARIOS JULIO ECHEVARRÍA
    Alvite espera la reacción de Rajoy, “ese tipo ambiguo, discreto y reservado que ha ganado todas sus partidas sin haberlas disputado”
  • El editorialista de LA GACETA se preguntaba ayer: “¿Con Aznar vivíamos mejor?”. Y respondía que no se sabe muy bien, pero la verdad es que el día de autos leía uno los periódicos y diría exactamente lo contrario. No hay pluma, plumífero o plumilla española que no haya descargado sus letras sobre la entrevista de Aznar en Antena 3 o, más precisamente, sobre la propia figura del ex presidente, al que hay que reconocerle que sabe cómo llamar la atención.
    La izquierda lo tiene claro: Aznar es abominable, y punto. Se queda uno estremecido al ver la cantidad e intensidad de los dicterios contra el hombre del cuasi bigote. Premio gordo, por supuesto, para El País, que está en guerra abierta con el ex presidente. Josep Ramoneda no mide las palabras, o quizá las mide demasiado bien: “Aznar irrumpió con el estilo caudillista que le caracteriza, colocándose en una insultante posición de superioridad moral”. Ea, y para despedida, otra flor: “Un personaje engreído, que parece creer que este país le debe alguna cosa, cuando fue durante su mandato que empezó el delirio nihilista que nos ha llevado al desastre”. ¿Delirio nihilista? Yo creía que eso había empezado conZapatero, pero, en fin, quizá Ramoneda piensa que los nihilistas son siempre los otros.
    En la izquierda aún más radical tenemos a Rosa María Artal, que también se sube por las paredes: “Verlo aparecer, como una apolillada marioneta de cartón piedra, sin asomo de autocrítica, orgulloso de sí mismo hasta el ridículo, ofreciéndose como salvador patrio insustituible, cerró el círculo del diagnóstico: vivimos en el delirio”. Antonio Gala, en El Mundo, tampoco es partidario: “Como todas las cosas innecesarias hoy, Aznar está en oferta (…). Creerá de veras que lo echamos de menos?”. Mucha leña, vaya.
    Un poco más fino, como de costumbre, anda Enric Juliana en La Vanguardia. Y además, con mejor prosa: “José María Aznar se ha convertido en el profesor Moriarty de la política española. Está y no está. Habla poco, pero todo el mundo le escucha con atención cuando toma la palabra. Vive en la ausencia y preside la fundación política con más garra y presupuesto. Pasa mucho tiempo en el extranjero, pero en Madrid se le atribuyen constantes movimientos entre bastidores”. El profesor Moriarty, como se recordará, es el malo de las novelas de Sherlock Holmes.
    No hay pluma, ya digo, que no haya entrado en el asunto Aznar. Algunos, con sorprendentes puntos de vista, como Martín Prieto: “Aznar no hará nada que desestabilice a Mariano Rajoy”, dice. ¡Anda, que si lo llega a hacer...! Otro veterano, Raúl del Pozo, se pone sentimental y a falta de juicio político recurre a los buenos viejos tiempos para hablar de su relación con Aznar, y lo curioso es que lo hace como en uno de esos cuentos-columna que escribe José Luis Alvite: “José María Aznar, al que yo acompañé en las campañas electorales y en sus peregrinaciones a Silos o a Quintanilla de Onésimo, es un tipo duro, pero no un cardo –dice Del Pozo-. Tiene una voluntad de acero y una idea de España. Le conocí cuando aún bebía Coca-Cola, antes de que Miguel Ángel Rodríguez le dijera: “Si pides esa mierda en Castilla, no esperes que te vote nadie”. Entrañable, ¿verdad?

    A propósito de Alvite, también él mete a cuchara en el aznarazo, como no podía ser de otro modo. Y le busca una singular explicación: “Aznar no ha utilizado esta irrupción para medirse contra el presidenteRajoy, sino para probar cuál es a día de hoy la repercusión social de sus frases, el impacto de su rostro de antes sobre las miradas de ahora, como cuando Camilo Sesto se trabaja un programa de televisión para comprobar cómo acepta el público la talabartería de su rostro recién resucitado y cómo encaja la audiencia su peluquín nuevo”. ¿Camilo Sesto? Cuando lo lea Aznar no va a hacerle ninguna gracia. Añade Alvite: “Ahora queda por conocer la reacción de Rajoy, ese tipo ambiguo, discreto y reservado que ha ganado todas sus partidas si necesidad casi de haberlas disputado”. Bueno, bueno, no exageremos, que ha perdido dos elecciones, ¿eh?
    De todas maneras, en La Razón, siempre pro-gubernamental, la consigna es que haya paz: “Ambos líderes, que son referentes incuestionables del centroderecha español –editorializa Marhuenda–, deberían retomar los encuentros personales y el intercambio de opiniones, y aun de críticas, lo que redundaría en beneficio del objetivo común, que no es otro que sacar a España adelante”. Sí, seguro que Aznar y Rajoy están deseando verse, que tendrán muchas cosas que decirse.
    Esto no es serio, hombre: o estás con uno, o estás con otro. Con los dos a la vez, difícil. Una que lo intenta es Curri Valenzuela, en ABC, que consigue la proeza de hacer la pelota a Rajoy y a Aznar simultáneamente: más aún, puestos a adular llega incluso a definir a Jesús Posada, presidente del Congreso, como “rey de las frases ingeniosas”. Pero qué exageración. Porque no será ironía, ¿no?
    Donde sí tienen claro que hay que optar en ese mismo periódico, ABC, y además optan por Rajoy.Pérez Maura escribe una carta que titula “Querido presidente Aznar” y donde dice cosas como esta: “Yo me pregunto, querido presidente, si quieres que tu papel como “ex” sea el que ayer se te otorgaba en tantos medios: el de ser la alternativa a Mariano Rajoy. Si guardas tus intervenciones en los medios para ir a la contra de lo que este Gobierno está haciendo. (…) ¿De verdad crees, presidente, que así ayudas a España?”. En la misma línea, Ignacio Camacho analiza “El aznarazo” de la siguiente manera: “Se equivocó al presentarse como alternativa en vez de como referencia; le pudo el ego y autoanuló el revulsivo con una fantasmagoría improbable, susceptible incluso de ser interpretada como deslealtad por quienes se han acostumbrado, para conservar el poder, a ser más leales a las personas que a los proyectos”.

    Para cerrar, Anson, que después de echar las consabidas flores a los pies de Gloria Lomana barre para casa: que vuelva Aznar, como el propio Anson ha propuesto, en condición de presidente del PP “sin arañar la posición de Rajoy en el Ejecutivo”. Seguro que Rajoy está encantado con la propuesta.

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