domingo, 5 de mayo de 2013

CULTOS ESPECIALES.

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CULTOS ESPECIALES: 1. Culto a la Santísima Trinidad. 2. Culto al Santísimo Sacramento. 3. Culto al Sagrado Corazón. 4. Origen de la devoción al Sagrado Corazón. 5. La pasión y muerte de Jesucristo.

1. CULTO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Culto de latría (Latría significa adoración, y por tanto, el culto de latría sólo a Dios puede tributarse) se tributa a Dios en el misterio de la Santísima Trinidad, y a cada una de las tres divinas personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. También es digno de culto de latría Jesucristo, Dios y hombre verdadero, pues aun cuando tiene dos naturalezas, divina y humana, existen en unidad de persona, y ésta es divina, la segunda de la Santísima Trinidad.
Todo el año eclesiástico se endereza a la glorificación de a Santísima Trinidad, poniéndonos ante los ojos el amor del Padre que por nuestra salvación entregó a su Hijo unigénito, el amor de Hijo que en la Encarnación se hizo nuestro hermano y derramó su sangre por salvarnos; y el amor del Es píritu Santo que vino a nosotros y nos santifica mediante la infusión de la gracia en nuestras almas. Por eso el primer domingo después de Pentecostés celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, que es como cifra y resumen de las que dedicamos a honrar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 

CULTO A JESUCRISTO

El culto a N. S. Jesucristo podemos considerarlo bajo tres aspectos diversos: culto a Jesús Sacramentado, culto al Corazón de Jesús y culto a la Pasión del Señor.

2. Culto al Santísimo Sacramento.

Numerosos son los actos de culto que la Iglesia dedica a Jesús Sacramentado. Citemos la. visita al Santísimo Sacramento, ora reservado en el tabernáculo, ora solemnemente expuesto a la adoración de los fieles; las Cuarenta Horas, que son una exposición solemnísima, de varios días que nos recuerda el retiro de Jesús en el desierto, y a Jesús muerto y encerrado en el sepulcro. El culto de las Cuarenta Horas lo comenzaron los P. P. Jesuitas en Italia para contrarrestar los escándalos de los mundanos en los días de Carnaval.
Hasta el siglo XIII no se dio un culto especial al Santísimo Sacramento, fuera de la Santa Misa, con la Comunión y el Monumento de Jueves Santo. Pero, a principios de ese siglo, se instituyó La fiesta del Corpus debida a la religiosa Sor Juliana del monasterio de Monte Cornillón, cerca de Lieja. Se encontraba esta virgen en oración cuando fue favorecida del cielo con esta visión: se le representó la luna como un globo que brillaba con extraordinaria claridad, excepción hecha de un punto que se presentaba borroso. Juliana no comprendió la visión y pedía con insistencia al Señor que le manifestase su significado. Dos años más tarde se le reveló el alcance de la visión. La luna representaba el ciclo anual de las festividades cristianas que vienen a iluminar las tinieblas de nuestro destierro, y el punto borroso indicaba la falta de una fiesta dedicada exclusivamente a honrar al Santísimo Sacramento. El día de la institución de la Eucaristía fue el Jueves Santo pero ese día, aun cuando se hace conmemoración en la Misa, está dedicado a recordar los tristes misterios de la Pasión del Señor.
El Papa Urbano IV estableció la fiesta del Corpus, y Santo Tomás de Aquino compuso el oficio, que es considerado como la perla de la liturgia romana. Es un drama sagrado en que Santo Tomás canta el misterio de la Eucaristía con dulzura y belleza incomparables. La procesión del Corpus, en la que Jesús oculto en la Sagrada Hostia recorre calles y plazas entre cánticos y flores, es un triunfo de Jesús sobre el mundo visible que le aclama. el Obispo de Lieja (Bélgica), con motivo de las visiones de Santa Juliana, priora del Monasterio de Monte Cornillón, instituyó para su diócesis la festividad del Corpus, y pocos años después el Papa Urbano IV la ordenó para toda la Iglesia.
La procesión solemne de este día apareció un siglo después. La exposición y bendición del Santísimo, como las Cuarenta Horas, surgieron como una protesta de la presencia real negada por los protestantes.
Está mandado que en todas las Parroquias esté erigida la Cofradía del Santísimo Sacramento. (Minerva).

3. Culto al Sagrado Corazón.

Es el culto que se tributa a la persona de Jesucristo, todo amor y no amado, bajo el tierno simbolismo Del Corazón. Por Corazón de Jesús en sentido material entendemos el mismo corazón de carne de Jesús, aquel corazón que, como todo el cuerpo de Cristo, fue formado por el Espíritu Santo en las purísimas entrañas de María Santísima.
En sentido espiritual el Corazón de Jesús significa el amor inmenso que ardía en aquel divino corazón, amor hacia su Padre, cuya gloria buscaba en todas las cosas, y amor hacia todos los hombres, con quienes estaba unido por los lazos de la más dulce fraternidad.
Del Corazón de Jesús nos hablaron en la Edad Media San Bernardo, San Buenaventura y otros; propagaron su devoción Santa Matilde y Santa Gertrudis; pero en el siglo XVII se aparece Jesucristo a Santa Margarita María de Alacoque y El mismo le indica cómo quiere ser venerado y el día en que debe celebrarse la festividad.
León XIII, en Annum Sacrum, dice que en la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús se han de cifrar todas nuestras esperanzas en los actuales tiempos

4. Origen de la devoción al Corazón de Jesús.

Un día en que San Juan Evangelista se apareció a Santa Gertrudis, ésta le preguntó: «¿Por qué, habiendo apoyado su cabeza en el pecho de Jesús en la última cena, nada había escrito para nuestra enseñanza sobre los movimientos del Sagrado Corazón?». A lo cual respondió San Juan: «Yo estaba encargado de escribir para la Iglesia naciente la palabra del Verbo increado de Dios Padre, pero la suavidad de los movimientos de este Corazón reservóse el Señor darlos a conocer en los últimos tiempos, a fin de reanimar la caridad en el mundo, que se hallará notablemente resfriada».
Estos tiempos de poco amor a Dios llegaron, y El, en su misericordia, quiso mostrarnos las riquezas de su corazón, para animarnos a amarle.
Era en el siglo XVII, cuando un día de la Octava del Corpus, estando Santa Margarita María en oración ante el Santísimo Sacramento quedó arrobada en espíritu y se le apareció Jesucristo visiblemente, el cual, mostrándole su Corazón rodeado de llamas, con la llaga abierta, coronado de espinas y con la cruz saliendo de su interior, le dijo: «He aquí este Corazón, que tanto ama a los hombres y no desea sino ser amado. Quiero que esta imagen de mi Corazón sea expuesta a la mirada de los hombres, para ablandar su insensibilidad. Esta devoción es el último esfuerzo de mi amor».
La devoción al Corazón de Jesús se extendió pronto por Francia, donde tuvo lugar la aparición, y después se extendió por el mundo entero. 
Promesas muy regaladas hizo el Corazón de Jesús a Santa Margarita en favor de sus devotos, siendo de excepcional importancia la que anuncia que los que comulguen nueve primeros viernes de mes en honor del Deífico Corazón; no padecerán las penas del infierno. También prometió la paz a las familias en que reine esta devoción, y que había de bendecir las casas en que la imagen de su Corazón sea expuesta a la adoración.

5. La pasión y muerte de Jesucristo. 

La pasión y muerte de Jesucristo debe ser objeto constante de meditación por parte de los cristianos. La contemplación de los dolores y tormentos de Jesús nos enseñará cuanto le hemos costado, nos moverá a amar a tan in signe bienhechor, Y nos dará fuerzas para resistir a las tentaciones, para no pisotear con el pecado la sangre que Jesús vertió por nuestro bien.
La escultura religiosa. se ha esmerado en presentar la imagen doliente de Jesús en la Cruz. Son muchos los crucifijos de gran devoción extendidos por todos los templos del mundo.
Se recuerda la Pasión del Señor con el ejercicio del Vía Crucis (camino de la cruz), al cual han concedido muchas indulgencias los Romanos Pontífices.
Son numerosos los cristianos que tienen la devoción de ir a Jerusalén y recorrer piadosamente los lugares en que Jesús padeció por nuestra salvación.
De manera parecida el Vía Crucis tiene, por objeto avivar la memoria de los sufrimientos del Salvador, desde que fue condenado a muerte por Pilatos hasta que su sagrado cadáver recibió sepultura.
CULTOS ESPECIALES: 1. Culto a la Santísima Trinidad. 2. Culto al Santísimo Sacramento. 3. Culto al Sagrado Corazón. 4. Origen de la devoción al Sagrado Corazón. 5.  La pasión y muerte de Jesucristo.

1. CULTO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

   Culto de latría (Latría significa adoración, y por tanto, el culto de latría sólo a Dios puede tributarse) se tributa a Dios en el misterio de la Santísima Trinidad, y a cada una de las tres divinas personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. También es digno de culto de latría Jesucristo, Dios y hombre verdadero, pues aun cuando tiene dos naturalezas, divina y humana, existen en unidad de persona, y ésta es divina, la segunda de la Santísima Trinidad.
   Todo el año eclesiástico se endereza a la glorificación de a Santísima Trinidad, poniéndonos ante los ojos el amor del Padre que por nuestra salvación entregó a su Hijo unigénito, el amor de Hijo que en la Encarnación se hizo nuestro hermano y derramó su sangre por salvarnos; y el amor del Es píritu Santo que vino a nosotros y nos santifica mediante la infusión de la gracia en nuestras almas. Por eso el primer domingo después de Pentecostés celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, que es como cifra y resumen de las que dedicamos a honrar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 

CULTO A JESUCRISTO

   El culto a N. S. Jesucristo podemos considerarlo bajo tres aspectos diversos: culto a Jesús Sacramentado, culto al Corazón de Jesús  y culto a la Pasión del Señor.

2. Culto al Santísimo Sacramento.

   Numerosos son los actos de culto que la Iglesia dedica a Jesús Sacramentado. Citemos la. visita al Santísimo Sacramento, ora reservado en el tabernáculo, ora solemnemente expuesto a la adoración de los fieles; las Cuarenta Horas, que son una exposición solemnísima, de varios  días que nos recuerda el retiro de Jesús en el desierto, y a Jesús muerto y encerrado en el sepulcro. El culto de las Cuarenta Horas lo comenzaron los P. P. Jesuitas en Italia para contrarrestar los escándalos de los mundanos en los días de Carnaval.
   Hasta el siglo XIII no se dio un culto especial al Santísimo Sacramento, fuera de la Santa Misa, con la Comunión y el Monumento de Jueves Santo. Pero, a principios de ese siglo, se instituyó La fiesta del Corpus debida a la religiosa Sor Juliana del monasterio de Monte Cornillón, cerca de Lieja. Se encontraba esta virgen en oración cuando fue favorecida del cielo con esta visión: se le representó la luna como un globo que brillaba con extraordinaria claridad, excepción hecha de un punto que se presentaba borroso. Juliana no comprendió la visión y pedía con insistencia al Señor que le manifestase su significado. Dos años más tarde se le reveló el alcance de la visión. La luna representaba el ciclo anual de las festividades cristianas que vienen a iluminar las tinieblas de nuestro destierro, y el punto borroso indicaba la falta de una fiesta dedicada  exclusivamente a honrar al Santísimo Sacramento. El  día de la institución de la Eucaristía fue el Jueves Santo pero ese día, aun cuando se hace conmemoración en la Misa, está dedicado a recordar los tristes misterios de la Pasión del Señor.
   El Papa Urbano IV estableció la fiesta del Corpus, y Santo Tomás de Aquino compuso el oficio, que es considerado como la perla de la liturgia romana. Es un drama sagrado en que Santo Tomás canta el misterio de la Eucaristía con dulzura y belleza incomparables. La procesión del Corpus, en la que Jesús oculto en la Sagrada Hostia recorre calles y plazas entre cánticos y flores, es un triunfo de Jesús sobre el mundo visible que le aclama.  el Obispo de Lieja (Bélgica), con motivo de las visiones de Santa Juliana, priora del Monasterio de Monte Cornillón, instituyó para su diócesis la festividad del Corpus, y pocos años después el Papa Urbano IV la ordenó para toda la Iglesia.
   La procesión solemne de este día apareció un siglo después. La exposición y bendición del Santísimo, como las Cuarenta Horas, surgieron como una protesta de la presencia real negada por los protestantes.
   Está mandado que en todas las Parroquias esté erigida la Cofradía del Santísimo Sacramento. (Minerva).

3. Culto al Sagrado Corazón.

    Es el culto que se tributa a la persona de Jesucristo, todo amor y no amado, bajo el tierno simbolismo Del Corazón. Por Corazón de Jesús en sentido material entendemos el mismo corazón de carne de Jesús, aquel corazón que, como todo el cuerpo de Cristo, fue formado por el Espíritu Santo en las purísimas entrañas de María Santísima.
   En sentido espiritual el Corazón de Jesús significa el amor inmenso que ardía en aquel divino corazón, amor hacia su Padre, cuya gloria buscaba en todas las cosas, y amor hacia todos los hombres, con quienes estaba unido por los lazos de la más dulce fraternidad.
   Del Corazón de Jesús nos hablaron en la Edad Media San Bernardo, San Buenaventura y otros; propagaron su devoción Santa Matilde y Santa Gertrudis; pero en el siglo XVII se aparece Jesucristo a Santa Margarita María de Alacoque y El mismo le indica cómo quiere ser venerado y el día en que debe celebrarse la festividad.
   León XIII,  en Annum Sacrum, dice que en la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús se han de cifrar todas nuestras esperanzas en los actuales tiempos

4. Origen de la devoción al Corazón de Jesús.

   Un día en que San Juan Evangelista se apareció a Santa Gertrudis, ésta le preguntó: «¿Por qué, habiendo apoyado su cabeza en el pecho de Jesús en la última cena, nada había escrito para nuestra enseñanza sobre los movimientos del Sagrado Corazón?». A lo cual respondió San Juan: «Yo estaba encargado de escribir para la Iglesia naciente la palabra del Verbo increado de Dios Padre, pero la suavidad de los movimientos de este Corazón reservóse el Señor darlos a conocer en los últimos tiempos, a fin de reanimar la caridad en el mundo, que se hallará notablemente resfriada».
   Estos tiempos de poco amor a Dios llegaron, y El, en su misericordia, quiso mostrarnos las riquezas de su corazón, para animarnos a amarle.
   Era en el siglo XVII, cuando un día de la Octava del Corpus, estando Santa Margarita María en oración ante el Santísimo Sacramento quedó arrobada en espíritu y se le apareció Jesucristo visiblemente, el cual, mostrándole su Corazón rodeado de llamas, con la llaga abierta, coronado de espinas y con la cruz saliendo de su interior, le dijo: «He aquí este Corazón, que tanto ama a los hombres y no desea sino ser amado. Quiero  que esta imagen de mi Corazón sea expuesta a la mirada de los hombres, para ablandar su insensibilidad. Esta devoción es el último esfuerzo de mi amor».
   La devoción al Corazón de Jesús se extendió pronto por Francia, donde tuvo lugar la aparición, y después se extendió por el mundo entero. 
   Promesas muy regaladas hizo el Corazón de Jesús a Santa Margarita en favor de sus devotos, siendo de excepcional importancia la que anuncia que los que comulguen nueve primeros viernes de mes en honor del Deífico Corazón; no padecerán las penas del infierno. También prometió la paz a las familias en que reine esta devoción, y que había de bendecir las casas en que la imagen de su Corazón sea expuesta a la adoración.

5. La pasión y muerte de Jesucristo.  

   La pasión y muerte de Jesucristo debe ser objeto constante de meditación por parte de los cristianos. La contemplación de los dolores y tormentos de Jesús nos enseñará cuanto le hemos costado, nos moverá a amar a tan in signe bienhechor, Y nos dará fuerzas para resistir a las tentaciones, para no pisotear con el pecado la sangre que Jesús vertió por nuestro bien.
   La escultura religiosa. se ha esmerado en presentar la imagen doliente de Jesús en la Cruz. Son muchos los crucifijos de gran devoción extendidos por todos los templos del mundo.
Se recuerda la Pasión del Señor con el ejercicio del Vía Crucis (camino de la cruz), al cual han concedido muchas indulgencias los Romanos Pontífices.
   Son numerosos los cristianos que tienen la devoción de ir a Jerusalén y recorrer piadosamente los lugares en que Jesús padeció por nuestra salvación.
   De manera parecida el Vía Crucis tiene, por objeto avivar la memoria de los sufrimientos del Salvador, desde que fue condenado a muerte por Pilatos hasta que su sagrado cadáver recibió sepultura.

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