domingo, 26 de mayo de 2013

DESDE VILLALUENGA: DESDE MI VENTANA.

Han sido seis días maravillosos en mi querido pueblo de Villaluenga del Rosario. Por vez primera he podido escribir "Desde Villaluenga" y hacerlo desde mi casa en el pueblo. Actualizar el blog en medio del silencio solo roto por alguna conversación dispersa, el ruido de algún abejorro u otro insecto, de la brisa rompiendo en el cristal es una auténtica gozada.

¡Bueno, pero todo tiene un final! Ya estamos de nuevo en casa terminando la jornada del domingo, actualizando el blog desde el jardín junto a Hetepheres y mi gatito pitufino así como una buena copa de orujo de hierbas.

Ayer sábado me levanté temprano, a eso de las ocho menos cuarto, y me puse a rezar como es mi costumbre a primera hora de la mañana. Al poco se levantó Hetepheres y mientras ella se arreglaba estuve actualizando el blog.

Después nos fuimos a desayunar, a eso de las diez de la mañana, a "Ana Marí" que nos puso dos deliciosas rebanadas de pan de campo con su impresionante zurrapa casera de lomo. Mucho aporte de energía para el desgaste físico que estamos teniendo con los senderos programados y realizados en estos días.

Esta vez nuestra intención era hacer algo más relajado aunque no exento de dificultad. Decidimos irnos para realizar el sendero denominado "El ojo del moro". Impresionantes las vistas aunque nada que ver con las que  pudimos disfrutar hace dos meses en pleno temporada de lluvias porque las correntías, las cascadas, la inmensa frondosidad, el rompiente sonido del agua, además del intenso frío que padecimos, faltaba en esta visita aunque, no obstante, disfrutamos mucho. Cuando llegamos a final del sendero nos sentamos un rato y coincidimos con dos parejas que llegaron al poco rato y entre los que establecimos una amena conversación. 

Iniciamos nuestro camino de vuelta y llegamos al coche una hora y media después de haber empezado la caminata: A las doce y media del mediodía.

Llegar a casa, ducharnos, y sentarnos en el patio con una copa de manzanilla y unas patatas fritas así como disfrutando del tema de mi investigación al cual le he adelantado mucho del libro y los documentos que estoy en estos momentos.  Investigación que he dejado postergada hasta volver de nuevo a Villaluenga porque allí es donde me concentro y puedo hacerlo tranquilamente.

Almorzamos, este sábado en casa, pues estábamos rendidos y durante una hora y media el sopor dio paso a  un profundo sueño que hizo que la siesta me supiera a gloria bendita. Me despertó Hetepheres, a eso de las cinco menos cuarto, porque las campanas de la Iglesia tocaban a Misa y como el Párroco está demasiado ocupado, creímos que se había adelantado al sábado a esa temprana hora. Me pude despertar a duras penas, me arreglé y nos fuimos a la Iglesia. Fui a orar ante el Santísimo y cuando nos dimos cuenta no era una Misa normal sino la Primera Comunión de la única niña que la hacía en Villaluenga del Rosario. Nos quedamos, quisimos compartir con Ana, que así se llama esta encantadora niña, lo que es su Primera Comunión, la primera vez que el Cuerpo de Cristo es depositado en su pequeño, inocente cuerpo.

Fue una Ceremonia muy bonita, muy cercana, muy de nuestro pueblo. Tengo que darle gracias a Dios constantemente porque me está dando oportunidades de vivir estos acontecimientos sin esperarlos.

Cuando terminó la Eucaristía, Hetepheres se fue para casa y yo me acerqué al Casino y me tomé una copa junto a Fernando y Manolo que estaban echando el rato jugando a las cartas. Fueron más de media hora de amistad, armonía y risas, muchas risas.

Después me fui a dar un paseo por todo el pueblo, mientras estaba centrado en mis oraciones, así como saludaba a muchos vecinos que correspondían con gran cariño y cordialidad. Vi a Óscar, Alex y algunos jóvenes más en el descarnado garaje que le sirve como local social después de que el Ayuntamiento cediera la Casa del Cura para un hogar Scout.

Proseguí con el paseo para coger por la Avenida que lleva por nombre el del actual Alcalde, D. Alfonso Moscoso, siendo este un caso peculiar pues no existen muchos pueblos y ciudades que tengan una calle, avenida o monumento a la persona que rige los destinos del pueblo en cuestión. Ese tipo de homenajes, si son merecedores de ellos, se hacen cuando se terminan los mandatos y por petición popular. Hecho este comentario ante la curiosa nomenclatura de dicha Avenida, seguí con mis oraciones, meditaciones, pensamientos y reflexiones.

Llegué a casa y terminé el blog. Elena se fue con mi mujer a la otra casa y mientras me quedé en el patio leyendo un poco. Al poco llegó mi querido amigo Juan de Dios y nos pusimos a charlar, esperamos a que viniera Hetepheres para irnos los dos al Casino para ver la final de la Copa de Europa, cosa que hicimos junto a Rubi, Manolo, Fernando, también estaba Pedro Piña y otros buenos y queridos amigos.

Al poco llegó Óscar acompañado de su guapa novia Yolanda.  Cuando terminó el partido y después de despedirme de los presentes me fui con Juan de Dios a casa pues teníamos que hablar de varias cosas que nos interesaban. Antes nos despedimos de esta pareja que estaban sentado en un banco de la Alameda.

Hasta la madrugada estuvimos charlando, de lo divino y humano Juan de Dios y yo. Os puedo decir que fue un rato memorable.

Al poco de marcharse mi querido amigo me acosté y cogí el sueño profundamente, como siempre que estoy en Villaluenga, hasta más de las nueve de la mañana de este domingo que me levanté.

Arreglarnos, ducharnos, ordenar un poco las cosas que  nos teníamos que traer e irnos a desayunar al Casino, en una mesa de la terraza de fuera donde el sol calentaba que daba gusto. Un buen café y una buena rebanada hicieron el resto.

Casi terminando llegó Juan de Dios con el que conversamos un rato para después marcharnos pues teníamos que ir a "La Covacha", pasear por la "Glorieta", ir a ver a Mateo para pagarle los dos sacos de leña que nos había dejado en nuestro patio el pasado jueves y volver, a eso de la una y media de la tarde, a casa donde entre copitas de manzanilla, lectura agradable, llamadas de teléfonos, conversación amena y agradable con mi mujer dio la hora del almuerzo cosa que hicimos viendo las noticias y para terminar una pequeña aunque profunda siesta.

Cuando me desperté, me desperté de este sueño que se ha hecho realidad y que no es otro que haber pasado los últimos seis días en Villaluenga del Rosario. Vivir con su gente, disfrutar cada segundo, hacer lo que más nos gusta y vivir, vivir en este nuestro querido pueblo al que queremos y admiramos y toda publicidad que haga con este blog, con mis experiencias y sentimientos será poco para todo el cariño que recibimos y lo bien y a gusto que nos sentimos entre mis queridos paisanos, entre mis payoyos.

Recibid un fuerte abrazo y nos vemos dentro de muy poco tiempo.

Jesús Rodríguez Arias


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