Sin conocerlo personalmente, tengo muy buena opinión del presidente del Principado de Asturias, el socialista Javier Fernández. Creo que es un hombre de principios, bien educado, tolerante, dialogante y con una estimable preparación para desempeñar sus funciones. Pertenece a ese extraño grupo inmerso en el PSOE alejado de la irritación y el resentimiento social. Todas sus declaraciones se han reunido en la ponderación y el respeto, y su figura no inspira recelos de cercanía. De ahí mi extrañeza por su silencio y falta de reacción ante la supina estupidez de una de sus compañeras en el Gobierno autonómico que preside, y más aún, si la memez es de sencilla rectificación.
¿Se va a cargar la ilusión de los niños del 6 de enero o sustituirá también por decreto a los Reyes Magos por un personaje inventado? Le propongo que elija a un personaje simpático y muy astur, porque se me antoja extremadamente difícil hacer olvidar a Melchor, Gaspar y Baltasar. ¿Por qué no «Carrillín», con los rasgos encantadores de Santiago Carrillo, tan amante de los niños y de la vida del prójimo? La Historia no se cambia de un plumazo, ni la tradición, ni las costumbres, ni se pueden confiscar todos los nacimientos que se guardan en las casas, con sus pesebres, sus animales, sus pastores y sus Misterios. Me parece muy sospechoso que las «Vacaciones de Invierno» y las «Vacaciones del Segundo Trimestre» coincidan con las de Navidad y Semana Santa. Un dato que quizá desconozca esta chica tan innovadora. En su amada Cuba, después de decenios clandestinos, la Navidad y la Semana Santa se celebran sin ningún tipo de restricción, y en las calles de La Habana, cuando la Epifanía se acerca, quizá por la herencia española, Melchor, Gaspar y Baltasar pueden exhibirse sin temor a ser encarcelados como si de tres cubanos de la calle se tratara.
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