martes, 18 de junio de 2013

DE LAS TABLAS, TABLETS Y TABLONES.

Hoy quiero terminar la tarde con una reflexión para nada llena de espiritualidad, como es norma en mí, sino más bien jocosa, mordaz y crítica. Creo que la ocasión lo merece porque no hay nada más apetecible que realizar una meditación con elementos mundanos y terrenales aunque, como la cabra tira al monte, siempre intento dar un sentido cristiano a cuanto digo. 

Hoy, en definitiva, quiero hablar sobre el interesante tema, por lo menos para mí, de "las tablas, tablets y tablones".

Con las tablas se puede construir una casa, que después de vivirla se puede convertir en un hogar, se puede hacer mesas, armarios, tienen muchos aplicaciones y casi todas sirven para construir, hacer, realizar. También hay las famosas "tablas" de jamón, queso aunque con la carestía de la vida, que nos han impuesto los poderes del mundo, ya no son de jamón de pata negra y queso del bueno sino lo que más abundan en las casas son el jamón cocido o el queso fresco que se convierten en algo exquisito cuando el hambre arrecia.

Después están las famosas tablets, aplicaciones informáticas, del primer orden donde lo mismo se navega, se hacen fotos, se guardan archivos, se trabaja, se ven fotos tridimensionales, se leen libros electrónicos... Para los que estamos metidos, en mayor o menor medida, en estos medios tecnológicamente avanzados es una gozada el poder disponer de tales artilugios que hacen mucho y ocupan poco. Es una  herramienta que sirve, en cualquier medida, para construir porque se hacen nuevas amistades, se realizan trabajos, se relaja y aprende con una buena lectura y plasma lo que el ojo ve por medio de las fotos que realiza. 

Y por último están los tablones que sirven para construir, anunciar, difundir. Existen en las oficinas como los tablones de anuncios, en las Administraciones como los tablones de Edictos, también existen digitales para difundir, expandir la información que se quiera.

Lo malo de estos últimos es cuando se utilizan estos medios para ofender, insultar, menospreciar, proferir amenazas veladas, comentarios ignominiosos que crean la duda sobre terceros. Estos tablones no merecen la menor consideración porque no sirven para la idea y origen del mismo informar, divulgar, expandir una información veraz o una opinión respetable.

Quienes están al frente, o detrás, de estos tablones son personas con un fuerte carácter, poseídos de un orgullo y una soberbia sin fin, proclives al insulto cuando no se está de acuerdo con ellos, a la amenaza fácil, lleno de prejuicios con los otros, pero a ellos ni tocarlos, llenos de solapados complejos de inferioridad que hacen que aparezcan como déspotas malhumorados, llenos de rencor y con una manía persecutoria propia de personas que deban ser profundamente tratadas.

Todo eso, ya de por sí chocante, lo es más cuando por su ejercicio profesional debe ser totalmente opuesta a los rasgos que he intentado presentar en este post, al que alguno gustará y a otros no tanto, y que como se dicen de las "meigas": "Haberlas, haylas".

Cuando el perseguidor se encuentra acosado o perseguido su reacción puede ser cruenta y motivo de asombro, espanto y escándalo. Este tipo de personajes suele tener admiradores y detractores, así en los dos extremos porque son personas que no admiten términos medios. 

Pero cuando te encuentres perseguido, insultado, humillado, pisoteado por un ser así la peor solución o medida es responder con la misma moneda. Ante estos casos debemos rezar mucho por esta persona, para que Dios le toque el corazón y lo haga más humano, más sensible, más caritativo, más cristiano y aunque en nuestro zaherido corazón pueda haber heridas sin cicatrizar realizadas por estos elementos, la mejor medicina es responder al mal con el bien. Al insulto con oración sincera, pidiendo a Dios que lo perdone y que te de capacidad para perdonar porque, en definitiva, el rencor y el odio solo genera dolor. La venganza genera dolor, los insultos generan dolor, las amenazas generan dolor y con dolor de alma y de cuerpo de forma permanente no se puede vivir.

Utilicemos los medios que tenemos a nuestro alcance, ya sean tablas, tablets o tablones, para construir siempre, para hacer felices a los demás y, en consecuencia, a nosotros mismos.

Recibid un fuerte abrazo y que Dios os bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

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