viernes, 19 de julio de 2013

ASIA/PAKISTÁN. NUEVO INFORME: DETERIORO DE LA LIBERTAD RELIGIOSA Y AUMENTO DE LA VIOLENCIA EN PAKISTÁN.




Washington – En los últimos 18 meses hemos sido testigos de un deterioro gradual del respeto a la libertad religiosa en Pakistán. Los que más lo sufren, en particular, son las minorías religiosas, como los musulmanes chiítas, cristianos, hindúes, sijs, ahmadis, todos ellos víctimas de la violencia. Así lo afirma un nuevo informe enviado a la Agencia Fides por la Comisión internacional sobre la Libertad Religiosa , un órgano del Congreso de EE.UU. bipartidista. El informe, titulado “Pakistán: una historia de violencia”, presentan los resultados del “Pakistan Religious Violence Project”, un proyecto específico iniciado por la Comisión. El Informe ha registrado en el período comprendido entre enero 2012 a junio 2013, 203 incidentes de violencia sectaria que han causado más de 1.800 víctimas, incluyendo 700 muertes.
Según la cifra que figura en el documento enviado a la Agencia Fides, la comunidad chiíta musulmana ha sufrido 77 ataques graves por parte de militantes y ataques suicidas por parte de organizaciones terroristas, algunos en lugares sagrados. El informe señala que se han producido 16 ataques contra hindúes y 3 ataques contra los sikhs, que han causado la muerte de un Sikh y dos hindúes. Estos últimos también han sufrido otros siete casos de violaciones contra mujeres hindúes. Los cristianos, continúa el texto, han sufrido 37 ataques, con un total de 11 muertos y 36 heridos, además de los 5 casos de violación. Entre los casos de violencia contra los cristianos, están, entre otros, el ataque a la “Joseph Colony” en Lahore, en marzo de 2013 y los ataques a la Iglesia de San Francisco en Karachi o a la Iglesia Presbiteriana de Faisalabad. Varios ataques están relacionados con denuncias de presunta blasfemia. Las ciudades más violentas son Peshawar, Karachi y Quetta, pero también figuran diferentes localidades de Punjab, como Faisalabad.Notando que los resultados del proyecto “pintan un panorama sombrío para el nuevo gobierno del primer ministro Nawaz Sharif”, el informe afirma que “para frenar la creciente ola de extremismo religioso violento, se necesitan medidas concretas y decisivas para garantizar que los autores sean detenidos, juzgados y encarcelados”. Si muchos de los ataques contra las minorías religiosas se llevan a cabo por individuos y/o grupos extremistas, “los actores del gobierno no son inocentes”, señala el informe, sugiriendo que a menudo “los agentes de policía hacen la vista gorda ante los ataques en masa o se niegan a presentar informes de policía, si las víctimas pertenecen a minorías religiosas”. “El clima de impunidad que se cierne sobre todos los paquistaníes, independientemente de su fe - concluye el texto - también se ve agravado por la ley sobre la blasfemia, de la que se abusa mucho”

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