lunes, 22 de julio de 2013

IRAQUÍES EN RÍO.



Cuando un país acoge una JMJ, una de las principales preocupaciones de las autoridades es evitar que los peregrinos de algunos países la utilicen como tapadera para quedarse en el país. Pero en el caso de los peregrinos iraquíes sucede justamente lo contrario: los jóvenes que acuden a Río lo hacen precisamente para no caer en la tentación de abandonar Iraq... Los cristianos de Iraq sufren persecución y la emigración está diezmando a esta comunidad. María Martínez. Enviada especial
Especiales web (22-VII-2013)

170 jóvenes caldeos de Iraq participan en la JMJ de Río. Han hecho un gran esfuerzo para ahorrar lo necesario, y también han recibido ayuda de sus padres y de la Iglesia para poder participar en este evento. «Queríamos repetir la experiencia de Madrid», explican el padre Saad Hanna, de Bagdag, uno de los responsables del grupo. «Para nuestros jóvenes es importante encontrarse con otros jóvenes católicos, conocer otras personas que tienen la misma fe y celebran a Nuestro Señor».
La Hermana Helene, dominica, añade que, «para nuestros jóvenes, juntarse con otros es algo muy bonito, y supone una renovación de su fe. Aquí puedes ver la fe del mundo entero, y esto nos da fortaleza para continuar en Iraq. Nuestra situación es difícil, pero continuaremos allí».
El padre Saad recuerda que los cristianos en Iraq se limitan a ser «los hijos de nuestros padres, que vivieron la fe en nuestra tierra» desde mucho antes del nacimiento del Islam. Pero también quiere subrayar que su presencia en la Jornada no es una reacción reivindicativa, «porque seamos una minoría en Iraq, sino porque pertenecemos a la Iglesia».

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