domingo, 14 de julio de 2013

LA JMJ TRAERÁ A RÍO "ESPERANZA PARA EL MAÑANA".

Entrevista a monseñor Orani Joao Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro

La Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro se celebra en un momento en el que la gente de Brasil busca una «esperanza para el mañana. Y eso es lo que la Jornada les propone». Lo afirma el arzobispo de Río, monseñor Orani Joao Tempesta, mientras la llegada de la Cruz de los Jóvenes y del Icono de la Virgen recuerdan que la JMJ está ya a la vuelta de la esquina
Para Brasil, «recibir la primera visita apostólica del primer Papa hispanoamericano es una gran responsabilidad, que va a marcar tanto a nuestro país como la historia del Papa Francisco y el futuro camino de la Iglesia». Así lo afirma, en una entrevista a Alfa y Omega, monseñor Orani Joao Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro y Presidente del Comité Organizador Local de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro.
Monseñor Tempesta subraya también que «la Jornada ocurre en un momento muy especial para el mundo, y también para Brasil; un momento en el que se despierta la preocupación por la justicia» y la transparencia, a la vez que la gente busca una «esperanza para el mañana. Y eso es lo que la Jornada les propone».
Antídoto contra la indiferencia
Cuando el Beato Juan Pablo II instituyó las JMJ, a mediados de los años 80, «el mundo de los jóvenes tenía una cierta indiferencia hacia las cosas, estaba desanimado con el futuro, sin esperanza». Las Jornadas Mundiales de la Juventud les aportaron los valores cristianos que les permitieron «ir viviendo su fe católica y, al mismo tiempo, saber dialogar y trabajar para esa sociedad nueva».
En este sentido, monseñor Tempesta cree que la JMJ de Río supone «una oportunidad de que la gente brasileña entienda que hay muchos otros jóvenes con las mismas preocupaciones», pues esto puede ayudar a quienes quieren mejorar el mundo a hacerlo «con los valores cristianos en el corazón». También va a ser importante para la evangelización, «que es la presencia de la Iglesia en la sociedad, pero también es profundizar en la fe de los que son católicos, a través de la experiencia de acoger» a los peregrinos y de tomar conciencia de «su responsabilidad en el mundo».
El legado de la JMJ en Río
Por todo ello, aunque «el fruto de la Jornada es para el mundo entero», la JMJ también dejará un «claro legado» en Río. «El propio hecho de que la Iglesia acoja, se abra a los otros, ya es un gran paso». Cuando los peregrinos vuelvan a casa, «el trabajo con la juventud continuará». Existe, por ejemplo, un «proyecto para constituir, aquí en Río, un Instituto de Ayuda a la Juventud, para poder continuar con las preocupaciones de la Jornada. Tenemos un plan pastoral que contempla todos esos valores de la Jornada, y vamos a llevarlos adelante».
María Martínez López
La Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen recorren Río
La Cruz de los jóvenes llega a Río de Janeiro
La Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen recorren, desde el sábado pasado, la archidiócesis de Río de Janeiro. Hasta el comienzo de la JMJ, el día 23 de julio, hay previstos unos cien encuentros con estos símbolos; una agenda en la que se presta especial atención al mundo del sufrimiento. Hoy, por ejemplo, visitan el Hospital San Francisco de Asís, donde también irá el Papa durante la Jornada. Además, estarán en un encuentro de universitarios, y en una vigilia con nuevas comunidades. Mañana tendrá lugar uno de los actos más llamativos de su peregrinación, la subida hasta el Cristo Redentor de Corcovado.
Los símbolos de la JMJ entraron en Río por el barrio de Santa Cruz, al oeste de la ciudad. Esta zona recibe su nombre de la cruz que allí levantaron los primeros misioneros jesuitas, al comenzar a evangelizar la zona. Desde allí, la Cruz y el Icono fueron llevados a la catedral de San Sebastián, para la Fiesta de la acogida. Este encuentro concluyó con la Eucaristía en la que el arzobispo de Río, monseñor Tempesta, bendijo a las familias que van a alojar a peregrinos en sus casas. Otro momento importante del fin de semana tuvo lugar en el Santuario de la Medalla Milagrosa. Allí, la Cruz y el Icono coincidieron con una reliquia del Beato Juan Pablo II, el mismo que los entregó a los jóvenes. Esta reliquia permanecerá en Río durante la JMJ, y se presentó por primera vez a los fieles cariocas en esa Eucaristía, que presidó el cardenal Rylko, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos.
Mientras estos encuentros se suceden, monseñor Tempesta ha publicado una carta pastoral en la que subraya el carácter de peregrinación que tiene la Jornada. Insiste también en que tanto los jóvenes como quienes les acogen deben prepararse espiritualmente mediante la oración, la confesión y la penitencia. No en vano, la participación en la Jornada tiene indulgencia plenaria. «Quien viene a Río -escribe el arzobispo- es un peregrino que quiere abrirse al Redentor, que desde lo alto del Corcovado está de brazos abiertos instando a los peregrinos a ir a su divino encuentro».

No hay comentarios:

Publicar un comentario