Haz de la gratitud una actitud de vida. Piensa en cuántas pequeñas cosas buenas te suceden a lo largo del día, en cuántas personas te facilitan la vida con favores útiles, y agradécelo. Piensa en todo lo que tienes y recibes como un regalo, de forma inmerecida y no como fruto de una oposición, y agradécelo. Piensa en todos los derechos y privilegios que te han sido concedidos solo porque otros se han retirado para que tú lo disfrutes, y agradécelo.
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