jueves, 11 de julio de 2013

TESTIMONIOS DESDE EGIPTO: "LA JMJ DE MADRID DIO UN NUEVO COMIENZO A MI VIDA".



La participación en las Jornadas Mundiales de la Juventud de pequeños grupos de jóvenes cristianos que sufren persecución por su fe siempre resulta un revulsivo para las personas que entran en contacto con ellos. Pero también para los propios jóvenes son una gran oportunidad. Esto es lo que se desprende del testimonio de Marinette, católica greco-melquita de Egipto. Esta joven, de 24 años, ha participado en varias ocasiones en la JMJ, la última de ellas en la de Madrid. Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha difundido su testimonio, en el que cuenta cómo la Jornada de 2011 le cambió la vida:
Noticia digital (10-VII-2013)

Como jóvenes, la experiencia de la JMJ reaviva nuestra fe y nos fortalece en Cristo, recordándonos que cada uno de nosotros formamos parte de su Cuerpo Glorioso. Esto nos hace caer en la cuenta de que Cristo es la piedra sobre la que construir nuestra vida y también que Él nos da la oportunidad de experimentar el verdadero significado del amor y del cristianismo.
«Fui en busca de respuestas»
Personalmente, la JMJ de Madrid 2011 cambió mi vida por completo. Me ha acercado más a Dios y he tenido la experiencia de que Jesús está vivo. Yo soy católica greco-melquita, una Iglesia Oriental en comunión con Roma en la que los sacerdotes se pueden casar. Mi padre es sacerdote y desde pequeña he estado involucrada en muchas actividades de la Iglesia y he hablado de Jesús, pero sólo desde los conocimientos que había aprendido desde pequeña. Nunca había tenido una relación con Dios real y auténtica. No llegaba a entender bien a las personas que hablaban de verdaderos milagros que ocurrían en sus vidas, y de cómo Dios les respondía a través de la Palabra y de otras personas.
Antes de viajar a la JMJ de Madrid, estaba confusa, no sabía muy bien qué hacer con mi vida, por dónde empezar. Viajé a Madrid en busca de respuestas, fui buscando a Dios. De repente me vi a mi misma haciendo frente a un montón de problemas ya que fui como responsable de mi grupo de jóvenes de Egipto. Tuve que resolver varios contratiempos, hablar con gente de otros países, tomar decisiones importantes… cada día mi situación se volvía más y más difícil, hasta el punto de hacer que me cuestionase si Dios existía. Me preguntaba por qué tenía que hacer yo todas esas cosas que me suponían un duro esfuerzo. Hasta que uno de los compañeros del grupo me recordó cuál era lema de la JMJ: Firmes en la fe. Aquello me tocó el corazón.
«Mi misión también está en mi país»
Estaba buscando a Dios fuera cuando lo tenía que buscar dentro de mí. Él era el que me estaba ayudando a llevar a cabo mi tarea como responsable del grupo. Me di cuenta de que en realidad el Señor era que el nos estaba protegiendo. Todo lo que tenía que hacer era dejar que él actuase a través de mí. Entonces comencé a disfrutar del viaje. Comencé a ver a Jesús en todas las cosas que nos pasaban, incluso en aquellos que se quejaban. Decidí ver el mundo con los ojos de Dios. Los problemas no desaparecieron pero convirtió el viaje en algo inolvidable, en una oportunidad para empezar de nuevo.
Cuando volví a casa, empecé a ver mi vida con otra perspectiva, decidí construir mi vida en Cristo. Esto me ha enseñado cómo hay que amar y aceptar al otro. Ahora sé que mi misión no está sólo dentro de la Iglesia, sino también en mi país. Mi sola presencia es mi misión. La JMJ ha dado un nuevo comienzo a mi vida, me ha hecho descubrir el verdadero significado del cristianismo.
Me gustaría expresar mi gratitud a AIN por la oportunidad de poder dar mi pequeño testimonio que es algo que nos acerca a unos y otros. Pido a cada lector que rece por un mundo mejor, de paz y de amor.
Marinette R. Greiche

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