jueves, 29 de agosto de 2013

EL FRANCISCANO CONSTRUCTOR DE ESTADIOS DE FÚTBOL.

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En Juticalpa, Honduras, en la región de Olancho, un estadio de fútbol está siendo construido bajo la conducción de un franciscano nacido en Malta.  Se trata del padre Alberto Gucci, quien con una inversión hasta el momento de 31 millones de lempiras, está dándole una de las obras de mayor orgullo de los habitantes de Olancho.
 
Que los jóvenes tengan dónde jugar
 
Hace cinco años que la obra comenzó, quizá como un sueño para los jóvenes.  “Aquí, en Olancho, lo de la droga es un gran problema; los jóvenes se pierden por andar en ésas cosas, y como Iglesia, tenemos que ayudar a solventar el problema y qué mejor que haciendo una instalación para que ellos tengan dónde jugar”, ha dicho el padre Alberto.
 
En los últimos años, Honduras se ha convertido en una de las potencias futbolísticas de Centro América, al grado tal de pelearle al tú por tú a la selección mexicana y a la de Estados Unidos los primeros lugares en los hexagonales clasificatorios de la Concacaf (la Confederación que une a los equipos de Norte y Centro América y El Caribe) para el Mundial de Futbol de Brasil el próximo año.
 
Aprovechando la efervescencia futbolística en Honduras, el padre Alberto ha decidido dotar a los jóvenes de Olancho de una infraestructura profesional, para que puedan jugar y alejarse de la droga y de las pandillas, dos problemas que sacuden Honduras hoy mismo.
 
Aportaciones de todos lados
 
Para llevar a cabo la obra, las aportaciones de los vecinos, de las instituciones hondureñas, del Gobierno y del extranjero han sido copiosas.  Por ejemplo, el Gobierno de Malta, de donde es originario el padre Alberto Gucci, donó 17.000 euros. 
 
La obra en la actualidad está a punto de concluirse, los últimos trabajos como el repello y fundición de los pisos de los palcos, salas internas, cabinas de transmisión, sanitarios y el anuncio de la colocación de la grama anuncian que pronto será inaugurado.
 
El proyecto diseñado por arquitectos e ingenieros del departamento de Olancho, fue estimado en 40 millones de lempiras.
 
El estadio “Juan Ramón Brevé Vargas” –con capacidad para 20 mil aficionados-- será uno de los más modernos de Honduras, y cumplirá las normas exigidas por la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA).
 
A pesar de haberse finalizado, el proyecto ya está rindiendo frutos.  “No hemos terminado la obra y ya se hicieron tres actividades, donde la afluencia de los menores ha sido masiva y tenemos otras programadas”, dijo el padre Gucci refiriéndose a que el inmueble fue utilizado por los miembros del movimiento de Cursillos de Cristiandad, al celebrar la Ultreya Nacional, y a la reunión, en julio pasado, de unas veinte mil personas durante la celebración del evento “Una Nación, un Día”.
 
El suelo es la mejor cama de Dios
 
El sacerdote maltés es reconocido en Honduras por combatir la pobreza durante los cuarenta años que lleva en ese país, construyendo centros de nutrición, hogares para niños y adultos y ancianos, el hogar infantil Santa María de los Ángeles, y hasta una granja penitenciaria donde los reclusos vivan bajo un modelo carcelario digno.
 
En cuanto a su estilo de vida, el padre Alberto Gucci recuerda que “hasta el vehículo de trabajo (que posee) está a nombre de la Iglesia católica; ni cama tengo, duermo en una colchoneta: el suelo es la mejor cama que Dios le regaló a los pobres.
 
Tanto así que un comentario de la Fundación “Olanchanos por Honduras en USA” de Miami, inserto en el periódico “El Heraldo” de Honduras, tras una reseña que se hizo sobre el estadio que construye el padre Alberto, dice a la letra: “Padre Alberto Gucci: los olanchanos no tenemos cómo pagarle todo lo que ha hecho por Olancho.  Se le quiere y respeta, padre”.
 
Y por su estilo itinerante y emprendedor, el padre Alberto ha dicho: “Soy del pensamiento que no podemos vivir encerrados en una sacristía pues hay que hacer toda una labor social para ayudar a la juventud”.

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