domingo, 29 de septiembre de 2013

AYER SÁBADO...

Ayer sábado fue el primero de muchos que no he estado en mi pueblo, ayer sábado fue un día intenso desde la mañana a la noche, disfrutándolo de otra manera.

Siempre digo eso de "que el hombre propone y Dios dispone". Y Dios siempre dispone lo mejor con lo cual lo que es propuesto por nosotros queda olvidado en el arcén de nuestra desmemoria.

Nos fuimos a desayunar, a la cafetería que siempre vamos cuando estamos en Jerez, pensábamos pasar una mañana de sosegada lectura. Hetepheres con su libro y yo leyendo tranquilamente "La Razón". Poco después vimos llegar al eterno y querido Párroco de Los Descalzos y accedió a sentarse con nosotros. Nuestras lecturas fueron sustituidas por la locuaz conversación de D. Francisco, octogenario sacerdote, que nos dio una auténtica lección de lo que es la vida y la manera que hay que interpretarla.

Cuando se hubo marchado, después de desayunar con nosotros, hicimos lo propio con intención de dirigirnos a comprar una serie de cosas que necesitábamos.

Llegamos a casa y al poco estaba haciendo algo de deporte ya que hay que mantenerse medianamente en forma aunque el tiempo de inactividad gracias al severo tratamiento que he tenido durante el último año ha causado ciertos estragos en mí que ahora, poco a poco, van corrigiéndose.

Almorzamos con Conchi para después sentarnos en nuestro sofá para hacer la breve sobremesa porque al poco tendríamos que empezar a arreglarnos para asistir a dos actos de suma importancia: La Eucaristía que iba a presidir el Cardenal Amigo Vallejo en la Iglesia de la Bazán de San Fernando y posteriormente al XIII Pregón de la Virgen de los Dolores de la querida Hermandad de Jesús Nazareno que ofrecería mi querido hermano en la fe y en muchas cosas, Pepín Llerena.

Llegamos temprano a la Iglesia de la Bazán. En la puerta estaban miembros de la Coral "El Logar de la Puente" a los que saludamos y esperando Fray Carlos Amigo Vallejo estaban el Padre D. Alfonso Gutiérrez Estudillo, Párroco de la Bazán y Arcipreste de San Fernando junto a mi querido hermano y gran colaborador del Padre Alfonso, Juanjo Carrera. Los saludamos y nos dirigimos para sentarnos en un banco que estaba, a esas horas, vacío. Antes de ocupar este sitio me dirigí al Santísimo para rezar, como es habitual en mí, un rato en Su Divina Presencia. Adorar al Señor bajo las voces de la Coral que dirige Paco González es un auténtico privilegio. No sé, a ciencia cierta, cuanto tiempo estuvo ante el Señor aunque si puedo decir que mi corazón quedó complacido y gozoso del momento que viví con Él.

Estábamos sentados cuando mi querido Juanjo Carrera nos indicó que nos sentáramos en un sitio privilegiado, muy cerca del Altar Mayor, por indicación del Padre Alfonso. No sabes, mi querido Alfonso, cuanto te agradecemos este detalle.

Al poco llegó el Hermano Mayor, en funciones, de la Hermandad del Rocío con su esposa y el Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Manolo Rivera. Más tarde lo haría el Comisario de la Muestra del Año de la Fe, Javier Díaz.

Mi querido hermano Juanjo Carrera me pidió que leyera la Segunda Lectura por indicación del Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías. No me pude negar, en verdad no me niego a nada que me piden si tiene que ver con Dios, con la misión evangelizadora que debo desarrollar en todo momento y lugar.

La Eucaristía estuvo presidida por el Cardenal Amigo Vallejo y concelebrada por el Padre Alfonso y el Padre Marco Antonio, actuando de Maestro de Ceremonias el inefable Hermano Pablo y como acólitos: Manolo Ferreiro y Juanjo Carrera.

En la bancada de autoridades civiles estaban el Teniente de Alcalde, D. Daniel Nieto y el Jefe de Protocolo, D. Antonio Guillén. El Templo estaba lleno de feligreses del barrio y de otros lares de esta bicentenaria Ciudad. 

La tarde se tornaba cada vez más gris y tormentosa donde grandes cantidades de agua caían del cielo.

Compartir de forma tan directa e intensa esta Eucaristía ha supuesto para mi corazón, algunas veces atribulado, un chorro de aire fresco y necesario. Debo darle las gracias a Manolo Rivera por cederme el poder proclamar la Segunda Lectura, bellísima Carta de San Pablo a Timoteo. Será por mi corazón propagandista que la vida  y obra del Apóstol San Pablo me coge muy lleno.

Hubo momentos de verdadera intensidad espiritual y gracias a las voces de la Coral "El Logar de la Puente" bajo la dirección de Paco González que hicieron que mi alma se escapara de mi cuerpo en varias ocasiones siendo esta más perceptible y real cuando entonaron el Ave María, después de Comulgar, teniendo a Cristo en mis entrañas, esas bellas y bonitas voces hicieron que de mi alma saltara de mí hasta alcanzar un punto en el que pude tocar con los dedos de mi mano la Gloria. ¡No es tan difícil disfrutar de la Gloria aquí en la Tierra!

Cuando la Eucaristía hubo terminado, después de despedirnos de nuestros queridos amigos, nos fuimos directos a la Iglesia Mayor Parroquial. Ayer sábado es de esos días donde se agrupan varios actos y todos muy interesante. En la citada Iglesia se estaba celebrando la Función por la Virgen de los Dolores y posterior Pregón a la Preciosa Co-Titular de la Hermandad de Jesús Nazareno y al lado, en el Centro de Congresos, se iba a celebrar a la misma hora una conferencia del Cardenal Amigo organizado por el Consejo de HH.CC. 

Nosotros estábamos comprometidos desde y con el corazón con el Pregón que iba a pronunciar nuestro querido hermano en la fe, Pepín Llerena.

¡Y creo que no nos equivocamos!

De la Exaltación de D. José Llerena Baizán, Pepín para todos, decir que fue una auténtica lección de valentía, de fe, de coherencia de vida. Fue un Pregón apologético de principio a fin y cuando lo madure en mi corazón y asimile todo cuanto dijo, que fue mucho y bueno, entonces escribiré un artículo tal y como corresponde. 

¡Gracias Pepín! ¡Gracias por ser valiente en estos tiempos de cobardía! ¡Gracias por tu coherencia y tu firme fe que te hace ser un cristiano recio, un católico cabal, un hermano en Cristo y María de corazón y de alma!

Mientras el pregonero estaba en plena disertación compartí banco con dos amigos que queremos como, lo que son, hermanos; José Carlos Fernández Moscoso y su novia Aurora.

Ayer no fuimos a nuestro pueblo aunque también estuvimos compartiendo con nuestra Familia Jimeno-Moreno, nuestros amigos a los que queremos como hermanos pues si todos tenemos un mismo Padre que es Dios, todos somos hermanos.

Del abrazo y las íntimas palabras que compartimos mi querido Padre Pedro Enrique García Díaz, hermano hospitalario y en el Señor quedan para siempre en mi alma.

El último sábado de septiembre fue un auténtico Sábado de Gloria en nuestro corazón.

Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios os bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

No hay comentarios:

Publicar un comentario