viernes, 27 de diciembre de 2013

"EL ABORTO ES SIEMPRE UN FRACASO", DICE MONS. D. DEMETRIO FERNÁNDEZ.

 
 
 

Mons. Demetrio Fernández
Mons. Demetrio Fernández
MADRID, 26 Dic. 13 / 09:07 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, ha escrito su carta semanal pastoral sobre ‘lafamilia, primera necesidad’, donde abordó el tema de la reforma del aborto y señaló que esta práctica “siempre es un fracaso”; además aseguró que estas fechas deNavidad son días especialmente familiares tanto para creyentes como para no creyentes.
“El contexto de la Navidad nos introduce de lleno en la familia. Son fechas de reunirse todos, de saludar a los que no han venido, de expresar nuestro cariño de múltiples maneras, de recordar a los que ya han partido a la casa del Padre”, aseguró.
“La familia se constituye por el vínculo estable de un varón y una mujer, bendecido por Dios, de donde brota la vida de los hijos, constituyéndose así una comunidad de vida y amor entre todos sus miembros”, afirmó Mons. Demetrio Fernández.
Además añadió que “crecer en ese ambiente sano va formando una personalidad sana, fuente de felicidad y bienestar. Ninguna otra realidad de nuestra vida comparable con la familia” y recordó que “en la familia aprendemos a amar de verdad”.
El Obispo de Córdoba explicó que “Jesús quiso vivir en una familia, santificando los lazos familiares” y lo compara con la alegría de ver crecer a los hijos, algo que califica de “una fuente de gozo para los padres y para los abuelos que llena de sentido su existencia”.
Mons. Demetrio Fernández recordó el lema de este año para la fiesta de la Sagrada Familia que tendrá lugar el próximo 29 de diciembre, “Esposo y esposa, padre y madre, por la gracia de Dios”, y advirtió que “la ideología de género pretende cambiar el lenguaje de manera intencionada, para anular toda diferencia entre padre y madre, esposo y esposa. Se sustituye padre y madre por progenitor A y B, se sustituye esposa y esposa por cónyuge 1º y 2º”.
Por eso el Obispo de Córdoba aseguró que existe “una diferencia para la complementariedad entre el esposo y la esposa, el padre y la madre”. “Borrar las diferencias anula las personas. Borrar esta especificidad anula la familia. Lo que parece un juego inocente de palabras, encierra toda una ideología y una orientación destructora de la familia”, advirtió.
Mons. Fernández también abordó el debate actual sobre el aborto. “Sin duda, la mujer (y el varón) ha de tener libertad para algo tan sublime como es la maternidad (paternidad). Y cuanto más libre y responsable sea esa decisión, mejor”, señaló, pero aclaró que “si en algún momento, con libertad o sin ella, se concibe un nuevo ser, éste no puede pagar los vidrios rotos de sus padres”.
El Prelado explicó que no se puede arreglar una situación de irresponsabilidad con otra añadiendo un crimen y subraya que “el aborto siempre es un fracaso. Fracaso de la humanidad, que traga todos los días la noticia de miles y miles de abortos. Fracaso para la madre, que se ve en la situación de matar a su hijo, porque no le cabe otra salida. Fracaso para los miles de personas que son eliminadas en el claustro materno, el lugar más seguro del mundo y el más cálido de nuestra existencia”.
Por eso Mons. Fernández propuso “un acompañamiento a la mujer en situación de riesgo, urge prevenir ya desde la educación afectivo-sexual de los adolescentes y jóvenes, e incluso desde niños, debemos potenciar entre todos la fidelidad hasta la muerte a la propia pareja”.
El Obispo recordó que “la ciencia muestra a las claras que desde el momento mismo de la concepción tenemos un nuevo ser humano, con su propio código genético, con su propio potencial de desarrollo, que merece todos los respetos por parte de quienes tienen que ayudarle a desarrollarse y nunca tienen el derecho a deshacerse de él eliminándolo”.
Por ello, destacó que la lucha por la vida esté ganando puntos a favor del respeto al embrión humano, “el ser más indefenso de la naturaleza, que hay que proteger en una sana ecología humana”.
“Dios quiera que la Navidad nos haga más sensatos a la hora de valorar la vida, la familia, el amor humano”, “no destroce el hombre la obra de Dios, si no quiere acarrearse la ruina para sí mismo y para su entorno”, culminó Mons. Fernández.
 

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