sábado, 19 de abril de 2014

LA RESURRECCIÓN DEL CRISTO SEGÚN EL PADRE RUPNIK.





Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Reggio Calabria
Monastero della Visitazione, Campi di S. Nicola, 2 – 89126 Ortì (Reggio Calabria)
Según la antigua tradición, la iglesia del monasterio está totalmente en función del monasterio. La iglesia es muy sobria, respirar sin duda una evocación de la vida monástica, donde las cosas son esenciales y, por esto, son bellas.
El ábside con la etimasia arriba
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Ortì (RC) - Italia
Mayo 2008

Como la iglesia existe en función del monasterio la parte más hermosa del mosaico es la que está frente a las monjas, donde se representa la Anunciación. Las monjas están contemplando lo bueno que es Dios, lo inmensa que es su misericordia. Dios, de hecho, a pesar de ser Santo, de ser Verbo infinito, se une a la humanidad perversa y pecadora. Las monjas contemplan esta misericordia que tiene como trasfondo ell himno de san Efrén el Sirio sobre la Encarnación. Este himno une algunas cosas fundamentales: el rollo del libro, el Verbo de Dios, el ángel que lleva este mensaje. En el Evangelio de Juan el primer anuncio es: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" y luego más adelante «Este es el Hijo de Dios». Este vínculo es importante, porque el Hijo de Dios podría ser entendido en abstracto. Pero nosotros, tarde o temprano, algún pecado vivimos o porque se lo hemos hecho a alguien, o porque alguien lo ha hecho sobre nosotros. Y entonces se entiende bien que alguien haya venido, ha tomado ese pecado y lo ha puesto sobre sí. La salvación es concreta y ya en la Anunciación se vislumbra el Cordero que tomará las culpas de todos y que será el Cordero de la venganza.
Anunciación
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Ortì (RC) - Italia
Mayo 2008

La sangre de Abel, en efecto, clama la venganza de la humanidad. Continuamente echamos las culpas de unos sobre otros y esto clama venganza. Pero Dios organiza la venganza sobre sí para que pudieramos vivir en paz. Es él quien carga con las culpas de todos: ¡Este es el Cordero de la expiación! Hay un pequeño arroyo, porque san Efrén habla del río que es la Palabra de Dios, la fuente primordial de todo lo creado, pero también de nuestra purificación, el río de nuestro bautismo.
En las manos de la Madre de Dios hay una madeja con un hilo rojo, representada como lo era a menudo en los templos antiguos para decir que ella está tejiendo la carne al Verbo de Dios. En un momento preciso de la historia una gota de sangre de una mujer ha pasado a convertirse en carne del Verbo de Dios, realizando así el milagro más sublime que podemos contemplar. María está tejiendo la carne, el cuerpo, a esta Palabra, a Dios Hasta ese momento la Palabra se escuchaba, desde ese momento se ve. Y puesto que los monjes están en la tierra para comunicarnos la vida de Cristo se ha hecho precisamente así: las monjas contemplan la Anunciación que no se ve desde la iglesia, y a nosotros se nos da a ver el ábside, el cuerpo de Cristo, el Verbo, la imagen del verdadero hombre y verdadero Dios, un Cristo que el monasterio ofrece a cualquier persona que entre en esta iglesia: Cristo que camina y baja para encontrarnos, para sacarnos, para tomarnos consigo.
Jesús
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Ortì (RC) - Italia
Mayo 2008

La Iglesia está dedicada al Sagrado Corazón; en los tiempos actuales es difícil representar un Sagrado Corazón con la imagen del corazón. Por eso hemos retrocedido un poco a cuando por corazón se entendía el costado abierto. Las lenguas modernas no tienen ni siquiera la palabra exacta para indicar lo que se entendía en la Biblia con el corazón. Para los antiguos Padres del corazón era un órgano del conjunto, de la totalidad; este órgano es una «centralita» a la que están conectados todos los cables de nuestra persona. El corazón se siente cuando se ataca la integridad de la persona, cuando la persona empieza a romperse, a fragmentarse, cuando comienza a exagerar en alguna cosa, a descuidar otras, entonces el corazón se siente, porque el corazón custodia toda la persona, es el órgano del conjunto.
El corazón significa la totalidad: se ama con todo lo que se es, se cree con todo lo que es. Precisamente en la ápoca en que en Europa entró en la exageración de la razón, de las ciencias, del método, la Iglesia nos evoca el corazón de Dios, es decir, no exagerar con nada, con un detalle, con un aspecto, sino a tratar de mantener todo unido.
Se quería mostrar el Corazón de Cristo como la totalidad de la historia. Por esta razón, encima de la bóveda absidal hay una imagen casi blanca, la etimasia. Es la preparación del trono que se convierte en altar, ya no es una sede, sino que se convierte ya en un altar. El trono del Alfa y la Omega es la cruz. Cristo gobierna la historia con el sacrificio de sí mismo, con el don de sí mismo en nuestras manos. Por este motivo el trono se convierte en el altar. Sobre el altar está el libro abierto: es el libro con el que el mundo fue creado, el libro que vemos como rostro de Cristo en el ábside, y el libro sobre el que seremos juzgados al final de la historia.
Luego se ha puesto de relieve este aspecto del principio y del final de la historia, porque sólo Cristo con su corazón logra hacer las cuentas de la historia de la humanidad. Por esta razón, el libro esconde la imagen de una paloma, del Espíritu Santo, el único que da la vida. El Espíritu Santo es el único que logra hacer revivir los huesos muertos de nuestra historia. Sólo el corazón de Dios logra salvar a los que han procurado la injusticia y a los que la han sufrido: nosotros, los hombres, no lo conseguimos. Sólo el corazón de Dios tiene una inteligencia de concordia de los opuestos, de la unidad.
Detalle
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Ortì (RC) - Italia
Mayo 2008

En el rostro de Cristo se ve, como lo fue en la antigüedad, la diferencia entre el lado derecho y el lado izquierdo. Estas dos dimensiones, conjuntamente, crean un equilibrio muy fino. Uno es el Cristo severo, un poco duro y exigente; el otro, es el Cristo un poco triste y melancólico, bueno, misericordioso. Pero depende de nosotros, que prevalezca uno u otro. Somos nosotros los que hacemos el rostro de Cristo: si necesitamos un reproche, Cristo erá duro; si necesitamos consuelo, quedamos sorprendidos por esta profunda mirada que no termina nunca.
Cristo tien las ropas realizadas en los colores utilizados ya en la antigüedad: la túnica de debajo es de color rojo (el color de la divinidad), el rojo natural del travertino, y el manto está hecho en mármol azul (el color de la humanidad), porque Él, que es Dios, asumió la humanidad. Está puesto de manera que la luz natural cae exactamente sobre él y al entrar en la Iglesia se ve en ella la luz más resplandeciente del ábside. Los antiguos llamaron a este parte alta de la bóveda absidal Laetissimum spatium, el espacio de la alegría del Espíritu Santo que es la luz, que es la fuente de la vida, que da la vida y que nos comunica a Cristo. El Espíritu Santo es quien me permite decir que Cristo es mi Señor; por encima de su aureola está el foco de la bóveda absidal.
Arcángel Uriel
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Ortì (RC) - Italia
Mayo 2008
 
Detalle
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Ortì (RC) - Italia
Mayo 2008

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