miércoles, 28 de mayo de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos». (Lectura del día). Una lectura preciosa de los Hechos. San Pablo nos viene a incidir sobre la insistencia de Dios para llegar al hombre, "al menos", aunque sea de pasada. Y que el hombre mire, descubra, admire como todo lo que nos rodea habla de Dios, que su presencia rige nuestros actos y nuestra vida. Que el hombre descubra su interior porque esta inhabitado por el Señor. Esta es una lectura para "saborearla" y releerla muchas veces. San Agustín nos dice: «Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (En latín suena mucho más solemne, "Fecimus, Domine, ad te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te."). Vivimos en el Señor, del Señor y para el Señor. Dame, Señor, ese deseo de buscarte y encontrarte, de amar y ser amado, de llevarte y recibirte, de perdonar y ser perdonado, de vivirte y ser vivido. Gracias, Señor, porque, a pesar de mis despistes, lo haces en mi. Santa María, llena de Gracia y de Dios, ruega por nosotros. «Fecimus, Domine, ad te et ».

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