jueves, 28 de agosto de 2014

* A AGUSTÍN ROSETY FERNÁNDEZ DE CASTRO.


Hoy es un día importante para nuestra Madre la Iglesia pues se celebra el día de San Agustín, Doctor de la Iglesia,  que fue el máximo pensador del cristianismo en el primer milenio así como de toda de la Humanidad destacando sus Obras "Confesiones" y la "Ciudad de Dios" las cuales hay que leer y releer para embelesar el alma.

En tan magno día quiero dedicar este post así como este blog a un buen y querido amigo, verdadero hermano en la fe y en tantas cosas al que profeso una sincera admiración, un profundo cariño pues los lazos que nos son unen fuertes e indisolubles.

Os estoy hablando de Agustín Rosety Fernández de Castro un marino con raíces gaditanas que ha desarrollado su vida entre la noble e insigne Infantería de Marina, de la cual es General de Brigada, entre su Familia a la que quiere, como no puede ser de otra manera, con desmesura y a vivir con íntegra coherencia su fe en Cristo por medio de la Santa Madre Iglesia a la que sirve con denuedo.

Está casado con María del Carmen Cozar Navarro y los forman un tándem extraordinario pues mientras él es diplomacia, sosiego y carácter, Mamen es extrovertido genio que arrasa y nos da fuerzas a todos los que la rodeamos.

Los dos están entregados a sus hijos y nietos con los cuales disfrutan y gozan de lo que han sembrado, de los cimientos de lo que es una verdadera Familia.

Agustín es nobleza, caballerosidad, entrega, honor, la palabra justa en el momento adecuado, es integridad, es servidor de Dios y de la Iglesia siempre y en todo lugar, es bondad, es sapiencia, es humildad y mansedumbre de espíritu porque así está dando gloria al Señor. En definitiva, un caballero y un señor en la amplia extensión de la palabra.

Es Agustín Rosety Fernández de Castro un inmenso intelectual de un nivel altísimo aunque él nunca alardea de nada. Tener una buena conversación con tan magnífica persona es un goce para el espíritu y para el intelecto. Con personas como él nunca quedas defraudado.

Tanto Hetepheres como yo tenemos el honor de ser hermanos hospitalarios o lo que es lo mismo, miembros de la Real y Benémerita Institución de los Caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista junto a Agustín y Mamen. Cuando cierro los ojos y pienso en un Caballero Hospitalario se me viene enseguida la imagen de Agustín pues su elegante figura, sus ademanes corteses y educados, su saber estar en todo momento y situación, su entregada labor a los demás por medio de la Santa Madre Iglesia, su extrema caballerosidad es lo que compendia y lo que distingue a un Caballero Hospitalario. Es verdad, Caballeros hay muchos aunque para mí la imagen que define la esencia de los mismos se referencia en Agustin Rosety Fernández de Castro.

También, en mi caso particular, comparto con este querido matrimonio la vocación del apostolado de propagandistas que nos unirá siempre porque serlo es nada más y nada menos que propagar la Palabra y el Reino de Dios en todos los ámbitos de actuación donde nos movamos que es lo mismo que la misión que tenemos todos los bautizados: La de evangelizar.

Debo decir, confesar públicamente, lo que todo el mundo sabe: ¡Qué queremos, valoramos y apreciamos la amistad que nos une con Agustín y con Mamen! Los dos son unos auténticos referentes como Matrimonio, como Hermanos, como Amigos, como cristianos que viven su creencia en Dios hasta los límites degastar sus propias fuerzas con el fin de vivir la fe con coherencia. Ellos llevan marcado a fuego en sus corazones la máxima de Cristo: "Servir y no ser servidos" cosa que ponen en práctica en su vida familiar, personal, académica, institucional y donde se requieran su presencia y servicio.

Hetepheres y yo aprendemos todos los días de vosotros y sabemos que os tenemos siempre a nuestro lado en la salud y en la enfermedad, en la alegría y la tristeza, en mil batallas ganadas o perdidas, pero siempre juntos hasta el final de nuestros días.
Mi querido Agustín: Hoy día de tu santo quería ofrecerte este humilde y sencillo artículo como mi más preciado regalo pues en cada frase, cada párrafo, se condensa el inmenso cariño, admiración y respeto que te profeso, te profesamos, y que hoy por ser simplemente hoy lo manifiesto públicamente y lo digo a los cuatro vientos.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios te bendiga a ti y a tu querida Familia.

Jesús Rodríguez Arias

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