lunes, 29 de septiembre de 2014

EMOTIVA DESPEDIDA DE MONSEÑOR OSORO DE VALENCIA.



Monseñor Carlos Osoro dijo adiós este domingo a la archidiócesis de Valencia, que le mostró mucho cariño y agradecimiento. Monseñor Osoro se despidió dejando en Valencia varios regalos: su báculo y su cruz pectoral, una réplica del Santo Cáliz con una reliquia de san Juan Pablo II para la basílica de la Virgen de los Desamparados, y la noticia de que Valencia tendrá Año Santo Jubilar y Misa votiva del Santo Cáliz
Especiales web (29-IX-2014)

Foto: M. Gua
Los dos centros de la fe católica en Valencia, la Basílica de la Virgen de los Desamparados y la catedral, fueron el escenario, este domingo, de la emotiva despedida de monseñor Carlos Osoro de la que ha sido su diócesis desde 2009. La tarde comenzó con la visita a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, para venerar, por última vez como obispo de Valencia, a la Patrona de la archidiócesis. Durante el acto, firmó una extensa dedicatoria en el Libro de Oro de la basílica.
A continuación, en la capilla del Santísimo Cristo del Feliz Tránsito a la Gloria -conocido como el Cristo de la Coveta-, monseñor Osoro bendijo y colocó sobre el altar su regalo personal para la basílica: un relicario con una ampolla de sangre de san Juan Pablo II y una réplica del Santo Cáliz.
«He sentido tu ayuda en todos los momentos»
Acto seguido, subió al camarín de la Virgen, para venerar la imagen de la Virgen. Ante la Patrona de la archidiócesis, permaneció orando unos instantes y, al final, besó la mano de la imagen y dejó su cruz pectoral a los pies de la Mare de Déu.
Antes de salir de la basílica, el secretario de monseñor Osoro, Álvaro Álmenar, leyó a los asistentes el texto íntegro de la dedicatoria que había dejado el obispo en el Libro de Oro. En ella, confiesa que «he sentido tu ayuda en todos los momentos».
Regalo de su báculo
Después del acto en la basílica de la Virgen de los Desamparados, monseñor Osoro se dirigió a la catedral para presidir la Misa de acción de gracias y despedida. Durante la Misa, monseñor Osoro estuvo acompañado por los sacerdotes del Consejo Episcopal y del Colegio de Consultores, miembros del Cabildo de la Catedral, así como por los presbíteros ordenados por él durante sus cinco años de pontificado en la diócesis valenciana. La liturgia estuvo acompañada por el Coro del Seminario Mayor de Valencia.
Acudieron también el Presidente de la Generalidad, Alberto Fabra; el Presidente de Las Cortes Valencianas, Juan Cotino; y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, entre otras autoridades. Durante la Misa, monseñor Osoro entregó como regalo de despedida su báculo, que recibió de la diócesis valentina tras tomar posesión como arzobispo el 18 de abril de 2009.
Valencia tendrá Año Jubilar y Misa votiva del Santo Cáliz
Otro regalo de despedida fue el anuncio, hecho por él mismo, de que la Santa Sede ha aceptado que Valencia pueda tener un Año Santo Jubilar en conmemoración del Santo Cádiz de la Última Cena, que se venera en la catedral. Según un documento firmado por el cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, el Año Jubilar se podrá celebrar cada cinco años. 
Además, la Santa Sede ha aprobado también el texto de una Misa votiva del Santo Cáliz, para venerar el cáliz que, según la tradición, empleó Jesucristo en la Última Cena y que se venera en Valencia desde el siglo XV. Se da la curiosidad de que la aprobación está firmada por el cardenal Antonio Cañizares, como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Y será él mismo quien, ya como arzobispo de Valencia, presida, el último jueves de octubre, la primera Misa votiva del Santo Cáliz.
Renovación en el misterio de la Eucaristía
Gracias a la aprobación de la Misa votiva y de los años jubilares, «la Iglesia universal quedará invitada a esta renovación de la Iglesia en el misterio de la Eucaristía tan bellamente representado por este vaso que tocó el Señor», explicó monseñor Osoro.
Al finalizar la celebración, el vicario general del arzobispado, Vicente Fontestad, leyó una carta en nombre de la diócesis a monseñor Osoro, en la que también ha hecho referencia al regalo de agradecimiento de la archidiócesis a monseñor Osoro, una réplica del Santo Cáliz.
Tanto la basílica de la Virgen como la catedral de Valencia, y la calle que las une, estaban repletas de fieles, que en muchos momentos interrumpieron los actos para aplaudir al que, durante más de cinco años, ha sido su obispo. Además, monseñor Osoro se detuvo muchas veces para saludar personalmente a los fieles, que querían despedirse de él.
AVAN / M.M.L.
Texto íntegro de la dedicatoria que ha escrito y firmado monseñor Osoro:
El día 18 de abril del año 2009, venía por vez primera a visitar a la Santísima Virgen María en la advocación entrañable de Mare de Déu dels Desamparats. Fue un día inolvidable, puse mi vida en sus manos y le pedí de todo corazón que me diese su mano en el ministerio episcopal que comenzaba como arzobispo de Valencia. Confieso que he sentido su ayuda en todos los momentos.
Esta Basílica, que como a mí me ha gustado llamarla era Casa de la nostra Mare y la casa de todos los valencianos, ha sido lugar de encuentro real con quienes el Señor puso a mi cuidado como pastor.
Gracias, Mare de Déu, has sido amparo, guía, protectora, creadora de tantos proyectos que suscitabas en mi corazón. Te pido que me sigas ayudando; ahora volveré como peregrino y como hijo necesitado de Mare tan bona.
Gracias por haberme acogido siempre y por haber percibido junto a ti, que tu Hijo Jesucristo me había enviado a esta tierra valenciana a ser padre y pastor, a cuidar de todos y conocer a todos; tu casa, es decir, esta Basílica, ha sido un lugar de conocimiento de todos tus hijos donde he podido regalar la Palabra de tu Hijo, su amor misericordioso, su perdón y alimentar a todos con ese alimento que nutre y hace a todos tener las medidas de tu Hijo, que es la Eucaristía.
Gracias, Mare de Déu dels Desamparats, sigue dándome la ayuda ahora en la Archidiócesis de Madrid. No olvidaré nunca el nombre con que se dirigen a ti en Valencia. Ahora en Madrid, te llamaré de la Almudena.
Con gran afecto y mi bendición para todos los valencianos de quienes he querido ser Padre y Pastor.
+Carlos Osoro

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