miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.


EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. (Evangelio del día). Nada ocurre que Dios no permita (ojo, no confundir con "te lo ha mandado Dios"). Lo que nos pueda ocurrir, motivado por nuestras relaciones humanas o por nuestras limitaciones, es una "cuestión" nuestra, pero Dios lo utiliza para nuestro beneficio. Este párrafo está dentro del contexto de la persecución, y lo que aquí viene a decir el Señor es la necesidad de mantenerse firmes. Y esta firmeza estribará en la experiencia que tengamos de Dios. Por ello, debemos facilitar a otros, y a nosotros mismos, vivencias con el Señor. No basta sólo unas catequesis y una formación, se necesita, más aún, yo diría urge experimentar a Dios, a "saborear" a Dios. Esta será la "roca firme" donde anclarnos. Santo Tomás Moro, antes de morir llegó a decir: "Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que El quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor".
Y Juliana de Norwich también decía: "Yo comprendí, pues, por la gracia de Dios, que era preciso mantenerme firmemente en la fe y creer con no menos firmeza que todas las cosas serán para bien..." Pues a ello, pedir al Señor "sentirle" y "experimentarle". Santa María de Caná, ruega por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario