jueves, 27 de noviembre de 2014

SE APOYAN EN EL ESOTERISMO PARA DEFENDER LA CONSTRUCCIÓN DE TORRES EN MADRID.

InfoRIES



El cinco «representa la inteligencia». Es el«símbolo de lo sagrado, la luz, la salud». Los«cinco sentidos corporales». Todo conduce al cinco. Qué demonios, incluso la palabra Mahou tiene cinco letras como cinco soles. Así comenzaban hace unos días los periodistasQuico Alsedo y Marta Belver su artículo en el diario El Mundo sobre las “razones” sacadas del tarot para aprobar la construcción de cinco torres junto al estadio madrileño Vicente Calderón.

Así, con un texto en sus pasajes más místicos cortapegado de una web de tarot, justifica la comisión gestora del desarrollo del entorno del Vicente Calderón la construcción de cinco torres de hasta 24 alturas sobre lo que era la fábrica de la cervecera. El Ayuntamiento de Madrid certifica que todo es legal y tenía previsto aprobarlo en Pleno el pasado 26 de noviembre.
La justificación para construir «edificios singulares» que superen las alturas del entorno, de apenas siete plantas, tal y como consta en el tomo I del expediente del Plan Parcial de la ‘Operación Calderón’, redactado por la denominada comisión gestora (formada por los propietarios, Mahou y el Atlético, y por los promotores, FCC), podría considerarse alta literatura.
Primero arranca con una serie de devaneos semánticos, a modo de preliminares plenos de verborragia típicamente urbanística: «Un acontecimiento singular requiere un proyecto singular en su conjunto, pero también singular en sus partes». Asegura también que Madrid Río es un «nuevo centro» de la ciudad, y que lo que en el hueco dejado por el Calderón se construya será la «NUEVA PUERTA DEL SUR», así en mayúsculas.
Se estima luego que se convertirá en edificios singulares apenas un 4 % de la superficie total, y se remata que «sólo una parte de ellos, aquellos que por su singularidad estarán llamados a ser emblemáticos, superarán la altura general de los edificios colindantes». Prosigue: «En este apartado se detallan las razones que justifican o permiten sostener la singularidad de una parte minoritaria de los edificios».
Lo siguiente hay que ahorrárselo al lector. Es una serie de cábalas que trazan distintos ejes y círculos concéntricos en torno al centro, norte y sur de Madrid para justificar que sí, que todo confluye en la esquina de tierra que ahora ocupa el Vicente Calderón, y que en pocos años ocupará el magno espacio construido por FCC.
Y de pronto, sorpresivamente, un párrafo referido al corazón del complejo: «La irregular geometría de la manzana debe simplificarse mediante varios elementos singulares cuya altura puntee su contorno, delimitando una figura geométrica rotunda». No desfallezca el lector, que ahora viene lo bueno.
A palo seco: «Parece claro que la imagen más adecuada es una estrella invertida de cinco puntas, una de las estrellas que forman los escudos del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid; una estrella que permitirá mantener para siempre la huella de las estrellas características de la cerveza Mahou, cuya iconografía ha marcado los últimos 50 años de la historia del entorno». Parece claro, pues.

La razón de la cosmogonía

Sin solución de continuidad, cuando aún no nos hemos repuesto, llega lo siguiente:«La cosmogonía dice que el número cinco representa la inteligencia. Es la péntada, el símbolo de lo sagrado, de la luz, de la salud, de la vitalidad y del intelecto. Representa lo superior y lo inferior, los cinco sentidos corporales, los cinco dedos de la mano y las cinco funciones intelectuales: razonamiento, inteligencia intuitiva, memoria, abstracción e inteligencia creadora o inspiración. También el quinto elemento, el éter, porque está libre de las perturbaciones de los cuatro elementos inferiores. Significa el balance en la división del 10, que es el número perfecto. La péntada es el arquetipo de la Naturaleza en el sentido de su capacidad generadora, es el eje de la vida».
Este último y convengamos que glorioso párrafo, de alto interés urbanístico, está copiado a machete de una web de tarot. Se coloca íntegro en Google y el buscador dirige a un manual de numerología alojado en el sitio Mailxmail.com, en el que se comparten saberes en línea.
Pero sigamos leyendo, recordemos, el plan de urbanización de la ‘Operación Calderón’: «En la naturaleza, la evolución biológica determinó que ciertos patrones de simetría se repitieran con frecuencia, ya sea por estética o funcionalidad. Uno de los casos más frecuentes es cuando hay cinco ejes de simetría, lo que se conoce como simetría pentarradial. En botánica es frecuente encontrar flores de cinco pétalos, hecho relacionado con la iluminación solar, distribución que responde a la Ley de Ludwig. A su vez, la distancia del codo al extremo de la mano es un quinto de la altura total de la persona».
Esto otro está extraído directamente de la entrada de la palabra ‘cinco’ en Wikipedia. Pero nos queda la conclusión: «Cinco es el número ideal de torres que deben reforzar la singularidad de la nueva Manzana Mahou, cuyos edificios singulares se denominarán precisamente M, A, H, O y U, cada una de las letras de su nombre».
Las cinco torres de inspiración estelar tienen previsto levantarse en una manzana por detrás del Vicente Calderón una vez que el estadio haya sido borrado del mapa. Son sólo la mitad de los edificios que tendrá este nuevo barrio de la capital, en el que están incluidos dos rascacielos de 36 plantas que tendrán vistas al Manzanares. En conjunto suman más de 175.000 metros cuadrados de edificabilidad que se repartirán en unas 2.000 viviendas y un número indeterminado de oficinas.
El ‘skyline‘ de esta maqueta acabó en los tribunales precisamente por lo voluminoso de sus alturas. Según la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid aprobada en 2007, a partir de entonces en la región sólo se podrían construir inmuebles de tres pisos más ático salvo contadas excepciones, entre las cuales no se encontraba este ámbito

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