domingo, 7 de diciembre de 2014

* DESDE VILLALUENGA: YA EN VILLALUENGA SE HUELE LA NAVIDAD.




Puente de la Inmaculada en Villaluenga del Rosario donde se nota y se siente una magnífica afluencia de turistas y visitantes que quieren disfrutar de este privilegiado lugar.

Algunos, muchos vienen a comprar los afamados y prestigiosos quesos, otros hacen interesantes rutas de senderismo, algunos pasean por el pueblo, casi todos llenan los restaurantes y a cada palmo nos encontramos con muchas personas que nos saludan, nos preguntan y nos manifiestan su admiración por este pequeño pueblo que mantiene al cien por cien su esencia.

Hace un intenso frío gélido que corta la cara aunque si vas bien pertrechado de ropa a poco que te muevas no lo sientes con intensidad y si vas caminando dando un buen paseo puede ser que hasta acabes sudando como es mi caso en esta mañana.

Si os tengo que decir la verdad es que me gusta mi pueblo durante todas las estaciones del año: Con frío, calor, nevando, lloviendo, con densa niebla o cielos limpios rotos por preciosas nubes de día o adornados por estrellas durante la inmensa noche.

Ya hace algún tiempo que el sol se ha ocultado tras el Caíllo y como es fiesta podremos disfrutar de un día más en el lugar donde la serenidad llega a mi vida para quedarse. En otras circunstancias, en la ordinaria normalidad ya estaríamos llegando a Jerez para mañana empezar con el habitual día a día que no es que sea ni bueno ni malo sino solamente diferente.

Hoy hemos asistido a la Santa Misa la cual hemos vivido en comunión con nuestros vecinos así como algún que otro visitante. En la soledad del Sagrario he rezado después de comulgar y en esta ocasión, una vez terminada la Eucaristía, tuve el privilegiado honor de compartir un momento de plegaria, honda oración, palabras que se quedan en el alma hasta que se llegan a humedecer la mirada con un grandísimo amigo, un verdadero hermano del alma.

Después se ha trasladado la imagen de la Inmaculada Concepción al Altar Mayor para la Santa Misa en su honor de mañana. Dos hombres para mover e instalar a la Madre Purísima, dos buenos hijos que han mimado a Su Madre tratándola con suavidad y delicadeza, dos personas de las que te puedes fiar a pies juntillas: Miguel Ángel Pacheco Benítez y José Miguel Calle.

Entre medio de todo, organizando y disponiendo las cosas para que todo quedase como debiera Juani y María.

Después una visita a casa de María Jesús y Pepe donde pudimos charlar y compartir con Esperanza, Antonio Jesús y el niño más guapo del mundo: Marcos.

¿Qué queréis que os diga? En Villaluenga aunque hace frío no lo siento porque aquí se percibe el cariño, la hospitalidad, los brazos abiertos que acogen y abrigan la envolvente gelidez.

Cuando personas muy queridas por nosotros visitan el pueblo nosotros intentamos que lo conozcan enterito paseando por cada calle, contando su historia, relatando las nuestras así cómo lo conocimos y lo que hizo enamorarnos de este privilegiado y encantador lugar. Después le vamos presentando a sus gentes que es lo que verdaderamente da sentido a la calidez en el corazón que se siente una vez que ya eres uno más en este bendito pueblo.

Sé que cuando se marchan lo hacen con la idea de volver porque Dios ha hecho que la lucecita que nosotros siempre tenemos encendida en nuestro interior y que es nuestro eterno amor a Villaluenga del Rosario ha quedado también prendida en ellos.

No sabemos cuando lo harán lo que sabemos a ciencia cierta es que volverán.

Lo mejor de un lugar son los recuerdos, que cuando cierres los ojos veas y sientas el cariño y los buenos momentos que has pasado en determinado lugar y eso hace que en tu fuero interno, en lo más recóndito de tu corazón vuelvas a anhelar el volver a pisar algún día sus calles y seguir compartiendo parte de tu vida con sus gentes que ya, aunque haya sido por unas horas nada más, forman parte de la misma por derecho propio.

En Villaluenga unas coquetas luces en sus principales calles ya anuncian la Navidad. Iluminación extraordinaria que sirve de mensajero a la Luz del Niño que está por venir y que hace que todo se vuelva más íntimo, más coqueto, más de uno.

Villaluenga que va oliendo a Navidad porque en muchas casas ya lucen los Misterios o los Nacimientos bellamente exornados y donde te invitan a que vayas a visitarlo porque es un pueblo que siempre tiene las puertas abiertas para todos los que demuestren su cariño y amor por este exquisito lugar.

Pasear por Villaluenga de noche en estos días previos a la Navidad es envolverte del verdadero sentido de la misma y donde hasta el frío se agradece.

En Villaluenga cierras los ojos y puedes imaginarte a José tirando del mulo con María arriba buscando un lugar donde quedarse para tener al Bendito Niño que lleva en sus virginales entrañas aunque aquí, os lo puedo asegurar, Jesús no hubiera nacido en un frío portal sino en una casa cobijado del calor y de cariño porque en Villaluenga del Rosario le hubieran abierto los brazos, el corazón y sus casas. Aquí el Niño Dios hubiera nacido plácidamente junto al calor de una chimenea y con rodeado del amor de todos los vecinos. 

Sí, lo sé, hubiera sido otra historia pero es que así es Villaluenga...

Recibe, mi querido amigo y convecino, un fraternal abrazo, que Dios y Nuestra Madre del Rosario en Su Inmaculada Concepción os bendiga.

Jesús Rodríguez Arias




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