domingo, 28 de diciembre de 2014

* ¿ADIVINAS CUALES SON MIS GRANDES PLACERES?



Las horas que se dedican al trabajo, que es el pan nuestro de cada día, las de descanso, muy necesarias, almorzar o cenar, las horas intensas de actualización del blog, algún compromiso que acudir, estar con los buenos amigos, sobre todo en los fines de semana, echando un buen rato de esos que no importa ni tiempo ni hora, el tiempo que le dedico a revisar los cientos de correos que recibo al día, contestar alguna llamada, el tiempo que necesita mi alma para rezar, el tiempo que necesito a lo que es mi auténtica pasión: ¡Escribir!, el tiempo que disfruto de la compañía de mi mujer...

El día tan solo dura 24 horas y debo reconocer que me falta tiempo para hacer todo lo que tendría, lo que debería y lo que querría hacer.

Aparte de perderme, y reencontrarme, en Villaluenga del Rosario, aparte de caminar y quedarme abstraído por un inmenso paisaje o por una escultural obra arquitectónica, aparte de conversar por medio de una buena tertulia, con o sin brandy por medio, aparte de saborear la vida a mi forma y manera, aparte de todo eso os puedo decir que me apasiona leer.

Leer de todo porque con todo se aprende. 

Para mí una tarde perfecta de invierno es estar frente a la chimenea, degustando el sabor del hogar, junto con Hetepheres, al cobijo de la luz y leyendo plácidamente sin mirar hora, reloj, ni estar atento al móvil aunque no pare de recibir mensajes, sin hacer nada más ni tampoco nada menos que leer.

¡Y últimamente tengo tan poco tiempo para leer!

Soy de esos que cuando un libro me gusta echo el freno en su lectura para disfrutarlo más. Esta conducta, que es muy mía, exaspera a Hetepheres que se "come" literalmente los libros. Ahora a pesar de la falta de tiempo tengo varios abiertos: Uno del tema que investigo hace años, me esperan otros muy interesantes que tocan esta temática, otro de Luis Silva y que me sirve cuando quiero disfrutar de esas aventuras desde el sillón o recostado en la cama antes de dormir y el último libro de José Carlos Fernández Moreno que he empezado esta tarde y, cosa inusual en mí, ya lo tengo por la mitad porque su lectura es trepidante, interesante y realista para desgracia de mi bendita Isla de León. "La Isla, lucha o revienta" una obra para tener en cuenta, muy en cuenta, donde se hace una radiografía a la actualidad que está viviendo la ciudad de mis orígenes: La bicentenaria San Fernando. Todavía me queda la otra mitad del libro con lo cual todavía me quedan horas de degustar lo que nos quiere decir mi querido y buen amigo José Carlos Fernández.

Quiero antes de terminar el año el empezar el libro de otro querido amigo y buen hermano como es el Padre José Antonio Medina Pellegrini y que lleva como título: "Soy Jesuíta, soy hijo de la Iglesia". Quiero embeberme en su lectura, disfrutar con las palabras escritas por este autor tan cercano e importante en mi vida.

La tranquilidad, la parsimonia, el sosiego, el sentir que pasa el tiempo y lo estás aprovechando, lo estás disfrutando, le estás sacando partido y enseñanzas nuevas es lo que siento cuando me acomodo en el sillón y me pongo a leer sin tiempo ni hora aunque si lugar.

La escritura y la lectura son mis dos grandes pasiones de una existencia vivida cada día, cada minuto, cada segundo apasionadamente, como si ese minuto que estoy viviendo fuese el último porque vivir sin la hondura que da la pasión creo que es malsano y una auténtica pérdida de tiempo. ¡Y está tan escaso!

Doy las gracias eternas a Dios por iluminarme con estos dones que pongo a su entero servicio, doy las gracias a mi mujer, eterna sufridora de mis largos ratos de ausencia cuando escribo, doy las gracias a SAN FERNANDO COFRADE  e INFORMACIÓN por cederme la tribuna que ocupo y desde la cual ofrezco mi particular forma de entender y ver las cosas, doy las gracias a todos y cada uno de vosotros por vuestra lealtad en todo cuanto escribo porque para mí el contar con vuestro apoyo y vuestras oraciones es simplemente imprescindible para seguir transitando por el camino de mi vida.

Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

Jesús Rodríguez Arias

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