jueves, 25 de junio de 2015

MÚSICOS UNIDOS POR LA FE


La Orquesta sinfónica y Coro JMJ pone en marcha una escolanía


«La conexión entre la belleza y la fe es algo que engancha y llena». Pedro Alfaro es director de la Orquesta Sinfónica y Coro JMJ. El entusiasmo que generó en 2011 la creación de este proyecto le llevó a continuar con él. Ahora, desde la organización, se han puesto en marcha para crear una escolanía porque «los niños son el futuro»

«Compartir el don que me ha dado Dios me hace feliz». Así describe Mari Luz Fernández su experiencia en la Orquesta Sinfónica y Coro JMJ. Ella es profesora de lenguaje musical y violonchelista. Está en la organización desde que se constituyó para la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011. «Me animó a participar la experiencia que iba a suponer tocar para el Papa. Aquello me cambió un poco la vida porque vi que no estoy sola, que hay un montón de jóvenes unidos por la fe», cuenta.
La Orquesta Sinfónica y Coro JMJ es una organización musical atípica, ya que los componentes de ambos son completamente voluntarios. Cantar para el Papa «fue una experiencia tan fuera de lo normal que no queríamos que esto terminase aquí» explica Consuelo Gutiérrez, que pone su voz de soprano al servicio del Coro. Consuelo, junto con su marido Juan Carlos, comenzó ayudando en la organización para el Coro y la Orquesta. Poco después ambos hicieron las audiciones para el Coro. Finalmente, Consuelo se quedó como corista y Juan Carlos continúa ayudando en la organización de la Orquesta.
Mari Luz, entusiasmada, cuenta que tuvo la oportunidad de dirigir el Coro JMJ durante la fiesta del Corpus Christi de Madrid, lo que le supuso una experiencia inolvidable: «Con todo lo que me está regalando Dios, soy la chica más feliz del mundo». El Coro y la Orquesta JMJ es una familia donde «hasta en mis días más amargos me han sacado la mejor sonrisa», cuenta Mari Luz.
«Ya que tuvimos la oportunidad de reunir a talentos musicales para la JMJ, ¿por qué no seguir?», explica Pedro Alfaro, presidente del proyecto. «Vimos que después del encuentro hubo un entusiasmo generalizado, eso fue lo que nos hizo continuar», asegura. Alfaro cuenta que el Coro y la Orquesta JMJ es un lugar donde «la música se vive de una manera especial y donde no existe la competitividad». Los motivos por los que llegan los músicos y cantantes allí son tantos como las personas que lo componen, pero «el denominador común de la Orquesta es que es un lugar donde la fe se respira con naturalidad».




Cantar y crecer espiritualmente

«Cantar es una expresión artística que hace que te aproximes a Dios», cuenta Nuria Martínez Díaz, que participa en Coro desde el inicio como soprano. «Al que le gusta cantar y sabe lo que está haciendo y el significado que tiene, eleva el espíritu», añade.
Nuria forma parte del Coro JMJ con su marido Alberto Aciturri, que se encuadra en el grupo de las voces bajas. «Es una experiencia muy enriquecedora, y lo mejor es el compañerismo: los que saben música ayudan a los que no saben tanta música, no te sientes acomplejado», explica Alberto.
El Coro busca abordar un repertorio de música sacra entendido de una manera profunda. «Intentamos que sea un lugar donde la gente pueda crecer espiritualmente, por el contacto con sus compañeros y con el capellán, por esa experiencia cantando o tocando», asegura Alfaro.




Interpretar y crear

La Orquesta Sinfónica y Coro JMJ, no sólo interpreta obras ya creadas, sino que también quiere «hacer una aportación importante al repertorio de música sacra sinfónico-coral», dice Borja Quintas, director de la Orquesta. «El proceso de componer es una aventura porque no sabes lo que te va a salir», asegura el músico. Para Quintas, la música es «el arte más poderoso, el más abstracto, pero también el que entiende todo el mundo».
Alberto del Olmo, trombonista de 17 años, forma parte de la Orquesta desde su comienzo. Cuenta que, en ella, «se crean lazos muy fuertes entre los músicos porque rezamos juntos, tenemos una meta concreta, vemos la vida de una forma parecida y la relación no es sólo profesional sino que es de amistad, cariño y cercanía»
Beatriz Rojo entró a formar parte de la Orquesta JMJ en septiembre de 2014. «Cuando estoy tocando me siento en paz, porque al fin y al cabo la música, al ser un arte, cultiva a la persona», dice. Para ella, la Orquesta es una oportunidad de dedicarse a la música sin ningún tipo de presión. «Aquí Dios te observa y sabe que lo que estás haciendo, lo haces lo mejor posible y eso es lo que cuenta», cuenta Beatriz, que encuentra también aquí un descanso del ajetreo diario.




Cantera de cantores

Pedro Alfaro explica que ahora se va a crear la Escolanía JMJ, que pretende generar un ambiente donde, a través de la música, los niños encuentren una formación distinta, «un lugar de encuentro con la fe. Quizá éste es el valor más interesante que esta escolanía puede aportar». Además, este proyecto pretende también ser «una cantera para el mañana, donde trabajar las voces desde jóvenes», asegura Alfaro. «Estamos muy volcados en que el proyecto sea muy vivo», dice Quintas, «siempre estamos buscando nuevos retos, nuevas ideas. En cuanto conseguimos una cosa, vamos a por la siguiente».




Alicia Gómez-Monedero

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