martes, 28 de julio de 2015

* DESDE VILLALUENGA: PRECISAMENTE HOY...



Hay un día determinado en el año en el cual te ves de sopetón que has envejecido casi de golpe. A mí me sucede que durante 364 días mi percepción visual cuando me miro al espejo es la misma hasta que llega ese en el que ves de repente que te han salido más canas, que tienes alguna que otra arruga, que te duele diferente algo que antes te dolía de otra manera y que estás más cansado...

Bueno pues para mí hoy ha sido ese día.

Si algo tiene bueno la edad es que te tomas las cosas de una manera diferente. Antes en cuando uno era joven predominaba la fuerza, la impaciencia, el orgullo a lo que metido en plena madurez compruebas cuando ya no hay tantas fuerzas, has hecho de tu propia vida un necesario ejercicio de la paciencia y el orgullo es algo lejano que no vale la pena ni siquiera mirar. La juventud es fuerza y la madurez inteligencia y añadiría también que Fe vivida de otra manera.

Vivir la vida con Fe madura es vivir mucho mejor. Los golpes son los mismos pero el airbarg, amigo, es mucho más grande y protege mejor.

En días como hoy es cuando hecho de menos estar en mi querido pueblo de Villaluenga del Rosario donde todo es distinto siendo igual. No exagero cuando digo que allí me encuentro a gusto, me encuentro en casa con verdadero sentido de Hogar. 

A lo mejor me pasa que prefiero vivir con poca gente y buena que hacerlo en un lugar del mundo donde es difícil eso de saludar, dar los buenos días, llegar a la tienda y conversar, que no te miren como un extraño, como un número, como uno más.

A lo mejor es que prefiero ya en esta vida que Dios me ha dado para vivir el ser de aquí que se de allá o de otro lugar donde el horizonte de mi vista se encuentre con una mole de cemento que perder mi mirada donde el sol todas las tardes se esconde tras el Caíllo. No, no puede ser igual ni por asomo.

A lo mejor prefiero caminar sosegadamente transitando por las empinadas y coquetas calles y recibir una sonrisa, un saludo amable o en medio del silencio en mis propios pensamientos que hacerlo aprisa y corriendo porque no sé por qué más allá de la Manga todo es prisa, todo es adelantar por la derecha, todo es mirar para otro lado, todo es...

Las ciudades tienen cosas muy buenas pues dicen que tienen de todo aunque le faltan el alma que tienen los pueblos y que en Villaluenga del Rosario se mantiene con tanta pureza.

Ahora, sin ir más lejos es compartir la alegría y los ojos ilusionados de los jóvenes que preparan con desmesura, mucho mimo y cuidado todo lo relativo a la organización al Toro de Cuerda que tendrá lugar, D.m., el próximo sábado 8 de agosto en nuestro querido pueblo.

Tachy, Óscar, Diego, Gabriel, Berna, Alex, Juan Jesús, Pedro y todos los jóvenes que conforman nuestro bendito lugar se ocupan y preocupan de que todo esté preparado para un día único, especial y muy importante para Villaluenga del Rosario donde todo el mundo se echará a la calle aunque por donde el toro transite esté vacía solo con los valientes que agarran la larga maroma que lleva el astado atada o los que corren detrás con los cien ojos puestos en cualquier requiebro que el toro pueda hacer. ¡Adrenalina en estado puro! ¡Pureza y Tradición de todo un pueblo!

Me imagino a Antonio Benítez preparando todo para que ese día la seguridad esté garantizada más que nunca y a nuestro alcalde, Alfonso Moscoso, entre reunión y reunión, coordinándolo todo porque un evento de esta magnitud que arrastra gente de muchos sitios tiene que estar perfectamente organizado para que todo transcurra con plena normalidad.

Desde este artículo salido desde el corazón y escrito a base de emociones quiero dar las gracias a todos los que componen la Asociación de Toro de Cuerda "José María Carrillo" de Villaluenga del Rosario por luchar contra todos los impedimentos, por trabajar a destajo para que una tradición como esta no se pierda en estos precipitados y cambiantes tiempos en los que estamos inmersos porque no es fácil el poner tres toros de la categoría que se van a poner el sábado 8 de agosto para que recorran las calles de nuestro bendito pueblo.

También es encontrarte con los ancianos del pueblo que con una sola mirada te enseñan media vida, saludar a Diego, Antonio, Mateo, Jesús, Currín o cualquier pastor o ganadero porque en ese saludo se condensa la sabiduría de haber visto la vida pasar día a día. Es aprender con las mujeres sencillas, humildes, trabajadoras que con sus ojos que desprenden cariño te lo dicen absolutamente todo o a las jóvenes mujeres que son el ejemplo del esfuerzo, el tesón, de ganas de salir adelante, de construir poco a poco su vida: Leti, Carolina, Almudena, Yolanda, María, Isa, Laura, Berta, Gema y tantas otras que nos demuestran que todavía vale la pena todo lo que se haga. 

Es poder compartir la vida con personas que me aportan tanto como mi querido amigo y buen hermano Miguel Ángel Pacheco y sus hijos, Antonio Jesús, Esperanza y Marcos, que son la misma imagen del Amor, Pepe, María Jesús con sus hijos así como también Beltrán y May o Carlos, Flore, María Jesús, Isa, Isabel, Ana, Julio, Pedro, Cristóbal, Antonio, Catina, Cándida, Juani, María, Ana, Rosario, Charo, Rogelio, Pilar, Mateo, José María, Salvador, Carmelo, Beli, Jesús, Sergio, Modesto, Diego, Ana Mari, Diego Franco, patriarca de una Familia extraordinaria, Alonso, Cristóbal, Paqui, Micaela, Juande, Nito, Paula, Carlos, Esperanza, Paula, Mateo, Isabel, Antonio, Diego José y tantos que olvidar no puedo...

O ver a nuestros niños que juegan en La Alameda mientras sus abuelos o padres disfrutan con ellos o charlan con alguna anciana sentaditos en un banco a la sombra.

Es rezar ante el íntimo Sagrario que está a los pies de la Madre del Rosario dentro del sosiego y paz de espíritu que dar el hacerlo en una Iglesia como la de San Miguel Arcángel o acercarte a la Iglesia del Salvador donde reposan tantos payoyos buenos que se fueron en busca del Señor que cada Viernes Santo por la tarde es depositado en nuestro Santo Sepulcro particular como es la Ermita del Calvario.

Sí, en días como hoy quisiera estar en Villaluenga...

Donde la glorieta en las tardes de verano se convierten en una gran avenida pues casi todo el pueblo está paseando aprovechando la fresquita mientras Juan Rosa ya viene de vuelta con su perra Diana que se entretiene a cada paso cogiendo piedras de gran tamaño en su boca. La otra parte vuelve de pasar un rato en la piscina donde la gente de mi pueblo va a partir, sobre todo, de las cuatro y media de la tarde para tomar algo de sol o refrescarte con un buen chapuzón en tan envidiable lugar.

Y hoy, precisamente hoy, que me encuentro tan cansado de tantas cosas seguro que estaría sentado en el patio, mi particular atalaya, leyendo o conversando con Hetepheres o con quien quisiera acompañarnos pues nuestra casa, como la de todos los vecinos de nuestro querido pueblo, también tienen las puertas abiertas mientras mi mirada se encamina hacia el puerto de las viñas donde los claroscuros empiezan a vislumbrarse ofreciendo una estampa única para cada día aunque seguro que estaríamos hablando con María, nuestra vecina, y su marido que son personas de un corazón noble y generoso. Sí, queridos amigos, el atardecer de hoy es único e irrepetible y aunque mañana puede ser parecido no será igual por eso mi corazón ha quedado prendido en un lugar que es en sí el más bello poema que nadie podrá nunca crear, bueno sí, mi querido y admirado José Miguel Calle que pone el alma en cada verso.

Sé que la oscuridad de la sombría noche transcurre tranquila mientras ese lucerillo anuncia a todos los que vienen que ya están en casa, ya están en Villaluenga.

Y tan solo dentro de unas horas un nuevo amanecer, una nueva explosión de colores y matices únicos que parecen salidos del más bello lienzo jamás pintado saldrá de nuevo el sol por el puerto de las viñas para decirnos que lo pasado, pasado está y que todos nos debemos poner en marcha porque hay mucho todavía por hacer.

Es tanto lo que me ha dado y me sigue dando Villaluenga del Rosario y yo siento en mi alma que no he aportado todavía casi nada que entrego mi corazón, de mi alma Dios es su dueño, a mi eterna enamorada la que cobija el Caíllo de la noche a la mañana.

Precisamente hoy os doy las gracias mis queridos amigos, vecinos y enamorados de este bendito lugar único en el mundo por ser simplemente como sois.

Recibid un fraternal abrazo que Dios y Nuestra Madre del Rosario os bendigan siempre y en todo lugar.

Jesús Rodríguez Arias

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