sábado, 29 de agosto de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «A uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad». (Evangelio del día). En tiempos de Jesús, un talento de plata era una importante cantidad de dinero. Y Jesús nos está diciendo qué Dios nos regala, a cada uno, unos "talentos", algo valioso, algo que perdura. Dios nos regala a cada uno, unos dones y carismas. Bien, este discurso lo habréis oído multitud de veces, pero me gustaría centrame  en «a cada cual según su capacidad». En esto de aceptar los dones siempre pensamos en tener los dones del prójimo, en ensalzarlo o en envidiarlo. Bueno, ¿y los míos, qué? ¿cuáles son? ¿los pongo al servicio de la comunidad, de la Iglesia? ¿me gustan mis dones?, porque lo que está claro es que habrás recibido cinco, dos o uno, «según tu capacidad», pero sin ninguno no te has quedado. Por ello "vivir" de los dones del otro y no "poner en juego" los de uno es bastante egoísta. Y, también, debemos considerar que la "capacidad" no es algo estático, invariable, sino algo "cultivable", fecundo, productivo. Y quedarse "a verlas venir", tirados "a la bartola", "viviendo" del otro o, peor aún, utilizar los dones de otros como si fueran tuyos (vamos, que los demás hagan tu labor) porque "molan" más y nos da un cierto "caché" o postín nos hace difícil "entrar" en el reino de Dios. Lo comenta la Escritura: «como has sido fiel en lo poco,... pasa al banquete de tu señor». Por ello, Señor, dame capacidad y confianza para entender que «siegas donde no siembras y recoges donde no esparces», fiándome, siempre, de tu Palabra. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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