lunes, 31 de agosto de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra». (Evangelio del día). Por el bautismo somos investidos profetas, sacerdotes y reyes. Y, con esta palabra, Jesús deja bien claro que si no hay algún tipo de persecución seremos cristianos mediocres, "aborregados" y de "chicha y nabo". Cristianos que, por no comprometerse o no arriesgar, no "denuncia" y no anuncian las verdades de Reino de Dios. En el Oficio de Lectura, vemos que Jeremías estaba siempre en la piqueta por no callar lo que Dios le pedía que denunciara y anunciara. Por ello, si eres persona de fe y con una vida espiritual seria y comprometida con el Señor, te vendrá la persecución, incluso de los más cercanos a ti. Y la persecución no tiene por que ser siempre atacando, agrediendo o lesionando tu persona o el Mensaje, también puede ser porque te desplacen o te coloquen "como un cero a la izquierda", como cuando desprecian tu conversación y eres ignorado. Con ello, cuidado los que se creen, o nos creemos, "poseedores" de la verdad y, de alguna forma, estamos persiguiendo, "despellejando", "mal mirando" o criticando al prójimo o los actos del prójimo –o del cercano–, y estamos siempre pontificando "lo que está bien y lo que está mal", y todos tienen que "entrar por la tira" que yo indico. La visión de Isaias es para todos los bautizado que quieren cumplir la voluntad de Dios: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido». Y todos, son todos: "...cuidado con despreciar a uno de estos pequeños...". Pues hoy tenemos por delante la labor de ver como son "mis desprecios" hacia los otros, como los persigo y los arrincono y labor del profeta que no calla lo que recibe de Dios. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario