domingo, 27 de diciembre de 2015

* SALUD, DINERO Y AMOR







Este es mi último artículo de un año 2015 en INFORMACIÓN donde ha habido para todos los gusto y que debo agradecer a la dirección de este importante medio de comunicación la libertad absoluta que me ha ofrecido para expresar mi desnuda opinión cada domingo.

Agradecer a mi buen hermano Pepe Moreno Fraile, que es la persona que coordina y dirige el apartado donde se publica, su apoyo, ánimos e incluso ideas compartidas.

En este reflexiono en voz alta simple y llanamente.

El próximo, si Dios así lo quiere, será justamente dentro de siete días y será el primero de un 2016 también apasionante.

Gracias a todos por estar siempre ahí.

Jesús Rodríguez Arias



SALUD, DINERO Y AMOR

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Es muy propio que en la cena de Nochevieja todos alcen la copa para brindar por un nuevo año tras haber ingerido las correspondientes doce uvas y salga esta frase que por manida y repetitiva siempre es igual: ¡Qué tengamos salud, dinero y amor!

Tres pilares en los que se ha basado una sociedad como la nuestra donde prima el dinero pues creemos que con él se puede comprar hasta el amor y la propia salud. ¡Qué equivocados estamos!

A lo mejor y precisamente porque estamos saliendo de la crisis económica, que no social, de valores y creencias que esas siguen persistiendo con bastante fuerza, es necesario que nuestras mesas no sean tan suntuosas sino más sencillas, más pobres, más reales con el entorno. Nos gastamos el oro y el moro en cenas, regalos y nos olvidamos de esos que no tienen ni un techo donde resguardarse, ni un mísero plato de comida delante o simplemente viven el presente pues ya se han encargado algunos de que no tengan futuro pues han sido apartados a la cuneta de la vida.

A lo mejor en necesario que en vez de tantos festejos y celebraciones cuando estemos tomando esas doce uvas tengamos en mente doce intenciones y sobre todo a Jesús, el Niño que nos ha nacido hace tan solo unos días. A lo mejor es que en un mundo sin horizontes claros lo que necesitamos de verdad es poner de una vez por todas a Dios en el centro de nuestras vidas.

El dinero es necesario en un mundo tan mercantilista, donde tanto tienes tanto vales, donde dicen que todo y todos tenemos un precio, donde el mismo mal utilizado se convierte en una poderosa arma del propio diablo. Sin el dinero, la verdad sea dicha, no se puede vivir aunque el mismo da más frutos si está bien utilizado, si en vez de comprar y comprar sirve también para ayudar. ¿Tenemos la concepción del dinero como un medio para servir a los demás?

La salud y amor van cogidos de una sola mano que es la de Dios porque tanto una como otro solamente vienen y se van según su voluntad. Todos ansiamos salud para nosotros y para los nuestros. No nos acordamos cuando la tenemos aunque somos los primeros en pedir cuentas al Señor cuando falta y lo que no pensamos es que todo sucede por un fin muy concreto que es la de nuestra propia realización como persona en el particular camino de santificación de cada uno. El amor no es que llegue o se vaya sino que se tiene y el que vive en el Amor vive también en plenitud.

Conozco muchos casos de personas enfermas de gravedad y que no han tenido relación sentimental y no por eso son desgraciadas, más bien todo lo contrario, pues desbordan ganas de vivir y Amor desde que se levantan hasta que se acuestan. Sí, salud y amor aunque la primera no se tenga y el segundo no lo entendamos como el mundo lo entiende.

En Nochevieja son tan sólo doce campanadas lo que nos separan de un nuevo año. Ese el tiempo que transcurre en cerrar uno y dar la bienvenida al siguiente. Podríamos calificar en tres noches lo que es la Navidad: Nochebuena que es intimidad, calor de hogar, Familia reunida para recibir al Niño Jesús en nuestro particular Portal de Belén. Nochevieja que es fiesta, alegría, ilusión y mucha Esperanza y por último la Noche de Reyes que es inocencia, expectación, ilusión y el candor de la niñez.

En este último artículo del año 2015 he reflexionado en voz alta con un solo objetivo: El de ofrecer una visión cristiana de la Navidad y de las tradiciones que nos rodean.

Desde esta tribuna en la que tengo honor de escribir cada semana y que doy gracias al Señor por permitirme expresar cuanto opino y creo con la total libertad os deseo a todos, mis queridos y buenos hermanos, lo mejor para el inminente 2016 que ya está tocando a la puerta y que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente os traigan lo que deseáis así como también lo que lo habéis olvidado y que seguro será lo que más os conviene, lo más importante.

Con un fraternal abrazo en el día que celebramos la Festividad de la Sagrada Familia.

Jesús Rodríguez Arias



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