martes, 26 de enero de 2016

LA CALLE REAL EN 16 CAPÍTULOS: OMISIONES; POR JOSÉ MARÍA VIEYTES BEIRA

DEL CAPITULO (IX) AL CAPÍTULO (XIII).



EN EL CAPÍTULO (IX):

En esta capítulo, donde se dice…. Y en la otra esquina del Bar San Diego (desaparecido) y del que no se dispone de fotografía… Se omitió decir qué… Este singular Bar tenía dos alternativas de accesos; una por la propia Calle Real, que disponía de una pequeña terraza, porque su fachada por esa calle era corta. Y otra por la Calle San Diego de Alcalá (de ahí viene el nombre del Bar) cuya fachada en cambio era más larga y en su término final se encontraba la otra puerta con una escalerilla interior que conducía a un sotanillo; un lugar discreto y agradable donde se compartían tertulias de amigos y reuniones familiares, aderezadas con sus ricas y variadas tapas o alguna que otra raciones.













  Monumento a la figura del mariscal de la isla.


Siguiendo con este capítulo. En el párrafo tres donde dice…. Y salvando la Plaza del Rey antes de contemplar la figura del típico mariscador de la Isla, citar la placa metálica omitida colocada en el suelo a la altura y enfrente del monumento dedicado al General Varela que dice lo siguiente: ‘El diálogo se convierte en algo más que un instrumento para reflexionar’ de cuya cita es su autor Javier Rojo. Y de paso comentar la conseguida figura del típico mariscador de la Isla como otra de las muestras  gastronómicas y señas de identidad más conseguidas y primitiva.











Asiento 1400.


En el párrafo nueve al describir el patio de San Francisco y hacer referencia al coche que encerraba allí propiedad de la familia  Sanz-Reyes… Omití decir que Antonio Sanz  Reyes (Nono Sanz para lo amigos) del cual era amigo (valga la redundancia) y aún conservo su amistad, solía utilizar creo recordar el Seat 1400 propiedad de sus padres, invitando a todos los amigos a su alcance a dar un paseo, lo que constituía una divertida y excepcional gozada en aquella época.

Así como después del paseo, pasar a su casa enfrente de la Iglesia de San Francisco y disfrutar de los trenes eléctricos, que tenía perfectamente instalado sobre unas maquetas en una habitación exclusivamente dedicada a este fin. Antonio era y es un apasionado y documentado conocedor de los ferrocarriles españoles y en aquel entonces, pertenecía a la Asociación sevillana de los Amigos de los Ferrocarriles, instalada en lo que quedó de la antigua Estación de Córdoba en la capital hispalense.

Antonio interviene actualmente en un divertido, coloquial y esclarecedor programa-tertulia en Radio La Isla, que ofrece  el Güichi de Carlos, dedicado a publicitar y a dar a conocer a los oyentes datos y curiosidades de la historia  antigua de nuestra singular y querida isla.











 Manuel E. Baturone Santiago (i) pronunciando una conferencia. 


Y en el último párrafo de este Capítulo… también omití decir que… Manuel Eugenio Baturone Santiago, además de académico de la Real de San Romualdo, es también miembro de su Junta de Gobierno. A su lado el secretario de la Academia entonces, José María Cano Trigo.



EN EL CAPÍTULO (X):










El Rey Emérito Juan Carlos I

En el párrafo uno y volviendo al Patio de San Francisco. Después de la anécdota descrita entre Adolfo Suanzes (por cierto también se rectifica de paso que Suanzes  fue escrito Suances) y el Rey Emérito Juan Carlos I… Omití decir otra anécdota poco conocida aparte de la ya citada en el citado Capítulo.

Y era que al Rey le gustaba bastante otro producto de La Isla y concretamente de la Mallorquina, que se trataba de los ´tocinos de cielo’ los cuales eran objetos de encargos. Así como contar otra anécdota más singular todavía que la anterior y que sucedió como sigue según llegó a mí, vía el boca a boca, refrenda también por un amigo próximo… 

Y es la siguiente. Cierto día que Adolfo Suanzes paseaba por la Calle Real, ocurrió que al paso del Rey camino hacia Cádiz en una visita no oficial, el coche en donde viajaba el todavía rey, se paró y desde adentro llamaron a Adolfo. Este naturalmente se acercó presto y lo más rápidamente que pudo.
Y  su sorpresa fue mayúscula  cuando el propio Rey le devolvió un pañuelo limpio y planchado, que por lo visto en una ocasión anterior, Adolfo le había prestado al monarca. Y ni que decir tiene, que el citado pañuelo se conserva intacto y guardado en un lugar singular y a la vista en la Casa del citado amigo del Rey.

En este mismo capítulo, cuando se cita el Bar Avenida  (del que no se dispone de fotografía)… Se omitió decir qué… En este Bar en la época de la temporada de las corridas de toros, se convertía, independientemente de las taquillas de la propia plaza de toros, en otra avanzadilla de aquellas en un lugar más céntrico y cercano al público como era el Bar Avenida.

 El Bar disponía de un ventanal a la calle muy adecuado y a propósito para este menester, que se hacía visible al público, colocando en dicho ventanal el asta de una pequeña bandera colorada con la imagen de la cabeza de un toro. Estampa ésta muy propia y castiza de esta Isla de nuestros amores.










 Colegio de San Juan Bautista de la Salle de la calle San Cristóbal.


En el párrafo sexto que termina diciendo… barrio de la Iglecia… según un azulejo ya añejo que existe incrustado en la misma esquina de la calle San Cristobal con Real… Omití decir que… en dicha Calle de San Cristóbal, se encuentra el otro Colegio de los Hermanos de San Juan Bautista de la Salle, más conocido por los Hermanitos de la Bazán, por ser ésta empresa, la que se preocupó de su instalación y de su  asentamiento en la Ciudad.












 Edificio de Correos


En el párrafo diez de este mismo Capítulo se omitió también citar otra de las placas metálicas que hay colocadas en el suelo, situada ésta delante del Edificio de Correos que dice: ‘Desde la Isla llegan noticias de la Libertad’ correspondiendo la autoría de dicha frase a Lionel Fernández, Presidente de la República Dominicana.





  Fernando Mosig Pérez


En la esquina contigua a la de Correo y en la Casa arriba  de la Librería de García Bozano… Se omitió decir que en ella, cuya entrada  la tiene por la  calle Dolores, vive  Fernando Mosig Pérez, historiador y autor de numerosos libros dedicados a temas locales, patrimoniales, biográficos y especialmente de investigaciones pormenorizadas y rigurosas sobre las historias de las hermandades y cofradías isleñas que son calificadas todos ellos de notables éxitos por sus exhaustivas investigaciones.












  Retablo cerámico de San José Patrón de la ciudad 


En este mismo capítulo y en el renglón 127 se cita el retablo cerámico de la figura de San José, Patrón de la Ciudad, colocada en la esquina de la Calle San José con Real. Pero  se omite el nombre de sus autor, ocasión que ahora viene al caso aclarar, porque se trata del isleño licenciado en Bellas Artes, Antonio Luque Márquez, que fue Heraldo Real en la pasada cabalgata (2014) de los Reyes Magos.

Y en el último párrafo al citar la calle Tomás del Valle… se omite decir… que en dicha calle existía una  fábrica de hielo de la familia de Salvador Valero (que era hermano de José Valero, propietario de la Mallorquina. A Salvador le llamaban el manco, porque había perdido un brazo y lo llevaba postizo).

Y en aquellas fechas pasadas, el reparto de hielo que se servía a los establecimientos comerciales, consistía en unas barras de hielo de bastante tamaño y peso, que se transportaban  en carros tirados por burros o mulos, en los que se subían los niños tratando de quitarles algún trozo o recoger los retales de hielo que se quedaban depositados en el suelo de aquellos carros… 

Continuará…

San Fernando, 26 de Enero de 2016

José María Vieytes Beira

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