sábado, 27 de febrero de 2016

* DESDE VILLALUENGA: SÁBADO DE NIEVE.



Desde hace ya unos días se venía insistiendo que iba a nevar este sábado en esta parte de la Sierra de Cádiz y más concretamente en Villaluenga del Rosario. Eran muchos los que me mandaban algún que otro mensaje que me confirmaban este dato.

Después de la gran nevada del año pasado que nos cogió por sorpresa pensaba que si esta se producía era muy difícil que fuese de la categoría y contundencia que la que vivimos otro mes de febrero pero del año 2015.

Ayer tarde hacía mucho frío aunque llovía de forma muy insistente y así estuvo gran parte de la noche.

Cuando nos despertamos vimos que en las cumbres de las montañas aparecían ese blanco que nos indicaban que había nevado así como algún atisbo blanco en el suelo o en los parterres. Sería un mensaje en Facebook del Alcalde de Villaluenga del Rosario, mi querido Alfonso Carlos Moscoso, el que nos indicaba que había nevado. Otros vecinos como Encarni Fernández Agüera también nos lo indicaba con una fotografía en la que lucía su inmensa sonrisa con una bola de nieve en la mano.

Así comenzaba un día en el que blanco nieve era el protagonista aunque a diferencia a otras nevadas aquí no prevalecía el azul, negro y blanco sino que más colores con imponentes matices comprendían el bello lienzo que íbamos a contemplar de primera mano.

Después de desayunar en casa nos dispusimos Hetepheres y yo a ir al "encuentro de la nieve" aunque para ello tuviéramos que ir hasta el Puerto de las Viñas y adentrarnos en los Sotos.

Esta vez la nieve se convertía en belleza blanca, en belleza romántica, que parecía un cuadro o una postal de finales del XIX en pleno XXI.

Bien abrigados y pertrechados subimos admirando este hermoso paisaje que se abría ante nuestras miradas. A esas horas pocos eran los que transitaban por esos lares. Llegamos hasta la finca donde tiene el ganado Mateo al cual le hicimos una visita y pudimos comprobar la "otra cara" de la nevada, la de los pastores, ganaderos, los que tienen que lidiar con las inclemencias del tiempo y donde la nieve no es tan bonita ni tan idílica como para el resto.

Allí también pude ver a Antonio Benítez Román, nuestro Municipal, que vigilaba que todo estuviera en orden y que nadie cometiera ninguna imprudencia pues la nieve es muy bonita hasta que deja de serlo por una caída o percance inoportuno.

Me gusta resaltar esa "otra cara de la nevada" porque así de esta sencilla manera les rindo mi particular y sencillo homenaje.

Nos adentramos por los Sotos y allí nos encontramos con la belleza tranquila, mesurada, romántica y blanca de la nevada que había caído y que según que momentos nos caía en vivo y en directo.

Ya cuando regresábamos eran muchos los que iban en "busca de la nieve".

Antes de llegar al pueblo nos calló una intensa nevada que gozamos y disfrutamos en primera persona.

Ya en Villaluenga pudimos comprobar que la fiebre del "oro blanco" era un hecho y eran muchas las personas y coches los que transitaban por la carretera y calles, los que visitaban la fábrica de quesos, la tienda de Mateo Venegas, Mesón Los Caños o inundaban el centro y los establecimientos allí radicados hacían su particular "agosto" en pleno mes de febrero.

Después de la Misa de las seis de la tarde nos hemos encaminados a "La Posada" donde se notaba que había un buen ambiente en su mayoría con gente del pueblo así como payoyos que vivían fuera y habían venido a pasar este nevado puente.

Sí, ha sido un día de nieve aunque no con la intensidad y contundencia de hace un año. Sí, ha sido un día blanco aunque más íntimo, más romántico, más de uno.

Ya el pueblo descansa de una jornada muy intensa donde muchos que lo han visitado seguro que se llevan el mejor de los recuerdos y se van con el deseo de "volver a volver".

Es lo que le pasa a Villaluenga del Rosario que cuando se conoce la mayoría repite.

Un sábado de oro blanco.

Jesús Rodríguez Arias


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