Unomasdoce entrevista al actor Joseph Fiennes que interpreta al tribuno romano Clavius en la película “Resucitado” (dirigida por Kevin Reynolds), que podemos ver en cartelera; una historia entretenida, más que correcta desde el punto de vista técnico, que a medio camino entre el cine de aventuras y el religioso nos pone en búsqueda y en clave de misión. Nada menos que la búsqueda del cadáver de Cristo y la misión de salir a los caminos a contar lo que hemos visto.
El conocido actor (Lutero, Shakespeare in Love ) ha estado estos días pasados en España presentando la película y en medio de una agenda de vértigo, nos atiende brevemente en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, en Madrid. Allí le entrevista Isidro Catela para UNOMASDOCE
Isidro Catela.- Durante un tiempo nos acostumbramos a grandes superproducciones para Semana Santa, tipo “La historia más grande jamás contada”. Esta parece sin embargo una pequeña historia, que tiene una mirada diferente sobre la gran historia. ¿Es ésta una de las grandes aportaciones de “Resucitado”?
Joseph Fiennes- Sin duda ésta es la historia más grande que jamás se ha contado y que se puede volver a contar muchas veces por el gran valor que tiene, pero, en efecto, yo creo que esta película es distinta en el sentido de que aborda la narración desde los ojos del enemigo, podríamos decir; la historia desde el punto de vista del no creyente que ve a Jesús como otro hombre, no como el Mesías. Para el protagonista de la película, Clavius, es simplemente otro día más en la oficina y me encanta que empezamos en el film con una historia muy sencilla, la de un señor que está trabajando y que se cruza con un personaje tremendo. No sabemos cuál va a ser el resultado de este encuentro. Nosotros sí sabemos cuál es la gran tragedia, el final, pero también sabemos que este protagonista no lo sabe y somos capaces de presenciar esta situación entre la condición de ese hombre corriente que va a conocer al personaje extraordinario.
I.C.- El que busque cine entretenido, de aventuras, incluso de misterio … lo va a encontrar.
J.F.- La historia comienza con un toque de misterio, asesinato, incluso cine negro, pero el misterio se va haciendo cada vez más grande y se convierte en todo un misterio teológico, y me encanta porque se produce una conversación sobre la fe, que es válida también para los no creyentes. Uno puede rescatar de ella, por ejemplo, el valor del perdón, el valor de las segundas oportunidades, o el valor de la piedad, que creo que se entiende muy bien en la película.
I.C.- ¿En qué se parece “Clavius” a un hombre del siglo XXI? ¿Es un hombre que busca, es un hombre que duda …?
J.F.- Esa es la palabra, usted lo ha dicho: creo que una de las condiciones más bella del ser humano es la duda. Esto tiene una gran importancia, porque si uno tiene dudas, tiene preguntas, y si tiene preguntas, se sigue haciendo más preguntas, y así entramos en ese diálogo. Creo que, de muchas formas, Clavius es un hombre corriente que llega a ser testigo de algo que los propios creyentes querrían ver. Todos podemos sentirnos fácilmente identificados con ese hombre normal y corriente que duda, y eso no quiere decir que no está cambiando, que se quede en la duda, él está cambiando y nosotros en la película estamos siendo testigos de ese proceso de conversión.
I.C- En nuestro tiempo complejo mucha gente entiende la religión como un problema, ¿cómo puede contribuir la religión a la construcción de una sociedad mejor?
J.F.- (resopla y sonríe) Yo solo soy un actor, ojalá tuviera la respuesta para eso, pero sencillamente si alguien me preguntara qué es lo que defiende la Cristiandad, desde mi opinión muy humilde, es traer luz al sufrimiento. Siempre lo ha habido, lo hay y siempre lo habrá, muchísimo sufrimiento, y creo que una de las cosas más sencillas, uno de los valores más importantes que aporta el cristianismo es traer luz al sufrimiento. No hace falta hacerlo de una manera grandilocuente, con grandes propósitos, se puede hacer de una forma sencilla. Eso es con lo que yo me identifico y defiendo.