domingo, 25 de junio de 2017

* DESDE VILLALUENGA: LA OTRA CARA DE VILLALUENGA.



Hace unos días daba las GRACIAS a tantas y tantas personas, cercanas y lejanas, conocidas y por conocer, que se han interesado por mí en estos pasados días.

Y hoy se la quiero dar de una forma muy especial a mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario que tan bien conocéis por medio de las publicaciones, del trabajo que realizan nuestros representantes públicos, por cuanto a tradiciones y devociones que aquí se intentan conservar como el primer día pues pasan de generación en generación.

Sí, hoy me gustaría mostraros por medio de palabras lo que es "la otra cara de Villaluenga".

La otra cara de Villaluenga es un amanecer que te sorprende por su inmensa belleza pues rompe ante tus ojos como si nada o ese atardecer de todos los días cuando el sol busca refugio tras el Caíllo o en invierno se pierde en lo más profundo de la manga.

La otra cara de Villaluenga es un pueblo blanco encaramado en los más alto de la Sierra y la Provincia de Cádiz que es sostenido por el inmenso Caíllo cuyas calles cuidadas, las casas de paredes blanco pureza, los uniforme tejados, hacen que aquí no se vivan las estridencias de otros lugares donde el urbanismo y la protección de la identidad no se respeta vaya usted a saber...

La otra cara de Villaluenga es la de su gente que son sencillas, llenas de humildad de la buena, trabajadoras, orgullosas de haber nacido donde lo han hecho. Las que abren sus brazos a todos los que vengan a conocer este bendito rincón, a visitar tan privilegiado lugar.

Sí, la gente de Villaluenga del Rosario abren sus brazos a todos pero el corazón amigo es otra cosa. 

El corazón de la gente de Villaluenga es de los que quieren, defienden y son fieles a este bendito pueblo. Los vecinos de Villaluenga están escarmentados de esos que dicen quererla, que "venden" su "amor" como si fueran pasquines en farolas para después pasado el tiempo si te he visto ni me acuerdo.

Los vecinos de Villaluenga del Rosario no se fían del primero que llegue porque todos dicen quedar enamorados de tan bello lugar, que darían la vida si hiciera falta, que pueden contar para lo que quieran y cuando pasa el tiempo todo se desvanece bajo los efectos de ese eterno "apretón".

La gente de Villauenga que tienen nobleza de corazón no se dejan engañar con ruedas de molinos y por palabras bonitas aunque vacuas. Son de los de "obras son amores y no buenas razones".

La gente de Villaluenga abren el corazón a los que aman a Villaluenga así de sencillo y también tan complicado.

Esa es la otra cara de Villaluenga que estamos acostumbrados a ver y que a mi personalmente me ha enamorado hasta perder literalmente el sentío.

Van para seis años que llegué y desde entonces aunque me vaya por labores profesionales nunca me llego a  ir. Mi corazón está prendido como roca en el Caíllo, forma parte del olor a leña quemada en invierno, a tierra mojada en primavera y otoño o noches al calor de la Atalaya en verano.

Mi corazón está fijado en el de todos los payoyos en su conjunto pues son capaces de defender sus tradiciones, sus devociones, su pueblo hasta el último resquicio de fuerza.

Mi corazón está junto con los que trabajan día a día para hacer Villaluenga del Rosario lo que es hoy en día. Está con los pastores, ganaderos, trabajadores, queseros, operarios, funcionarios, empresarios, parados, jóvenes, mayores, niños o abuelos pues todos ponen su necesario granito de arena.

Esa es la otra cara de Villaluenga que os quiero mostrar y lo hago con orgullo, con respeto y con humildad.

En un pueblo como este sobran los derrotistas, los que lo ven todo negro, los que defienden sus intereses frente al resto. Aquí esto no se ve tanto como en otros lugares. Aquí, gracias a Dios, todavía esa sucia mundanidad no ha llegado y bien se encargarán los que aman este precioso lugar que no llegue.

Aquí no habrá cines ni grandes superficies, ni comercios con los últimos productos del mercado, pero hay gente buena de verdad que es capaz de compartir lo que tienen contigo y eso no hay dinero que lo pueda pagar.

Desde hace mucho sentí el abrazo a corazón abierto de la gente de Villaluenga tanto los que aquí viven como los que están fuera por razones de trabajo, estudio o lo que sea. Me han hecho sentir con palabras y hechos que tanto a Hetepheres como a  mí nos sienten parte de este bendito lugar. Esto ha quedado refrendado más si cabe en estos días en los que he estado en Madrid con los temas médicos que todos conocéis pues todos habéis mandado mensajes de cariño, todos nos habéis hecho llegar vuestro sincero abrazo.

"En Villaluenga te esperamos...," ha sido uno de los mensajes más bonitos y más emocionantes de mi vida pues una vez más me habéis abierto las puertas de vuestros nobles corazones y me habéis hecho sentir uno más de este bendito lugar que siempre está acunado por el Caíllo, que es una "casita en medio de la montaña" con un lucero del alba que nos anuncia cada noche que ya hemos llegado al Paraíso y que está protegido por siempre por nuestra Madre y Patrona la Santísima Virgen del Rosario.

Sí, hoy quería daros las GRACIAS  mostrando LA OTRA CARA DE VILLALUENGA, la que nos une, la que nos hace un pueblo único, lleno de vida y de esa belleza que no se compra en una galería de arte, en un supermercado ni se pone en la pared o en una estantería.

Hoy, en este domingo último de este mes de junio cuando poco a poco va anocheciendo y las campanas de las cercana Iglesia de San Miguel Arcángel dan las nueve de la noche y escucho a Antonio Machin que canta una canción que uno a Villaluenga por toda la eternidad como es "Toda la vida,  os quiero dar simplemente las GRACIAS.

Jesús Rodríguez Arias

Las fotografías de este artículo tan personal, tan mío, tan íntimo son de mi buen y querido amigo Tachy Barea.

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