martes, 27 de junio de 2017

DETRÁS DE UNA PARED PINTADA




Las residentes de Colegio Mayor Goimendi organizaron un ciclo sobre Arte Urbano que concluyó con una 'performance' en la explanada de la Universidad de Navarra.
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«El grafiti y el arte, si para algo sirven, es para conocernos mejor. Primero a nosotros mismos y, después, al mundo que nos rodea», afirma Javier, del área de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, que es quien ha orientado a las residentes de Goimendi en la organización de esta actividad.
La idea surgió el semestre pasado. Las residentes que forman parte de la comisión cultural se pusieron a investigar sobre Arte Urbano, ya que como dice Almudena, la más veterana de ellas, «habíamos organizado ciclos sobre música clásica, poesía, historia… pero un ciclo como éste era toda una novedad».
Buscando en internet dieron con un documental sobre el grafiti en Pamplona, La piel de los muros, que fue dándoles algunas pistas de con quién podían contactar para ir estructurando la actividad. El primero fue el propio Javier, que había sido becario de honor de Goimendi en 2014, y fue invitado para impartir una sesión teórico-visual sobre el grafiti y su historia.
Para que la actividad no se limitara a un plano teórico, la comisión de cultura contactó también con Ángela (investigadora del CIMA y grafitera) y Jabier y Ion Mikel, que tienen un estudio en Huarte, y que se encargaron de la performance que tuvo lugar en la explanada de la Facultad de Comunicación.
El espectáculo combinó la pintura de un mural y un baile. «Ellas están ahora en un punto importante de sus vidas, y la chica mirando al horizonte —elemento central de la performance, con una mochila cargada de experiencias, de conocimientos, viendo hacia donde se va a dirigir, quiere reflejar eso», cuenta Jabi.

Un aprendizaje transversal
«Dicen que la verdadera experiencia universitaria se vive en un Colegio Mayor y yo lo he comprobado aquí en Goimendi», continúa Almudena. Ella, junto con otras residentes, ha organizado el Ciclo Cultural de este curso.
Son las propias estudiantes quienes trabajan en distintas comisiones y se encargan de poner en marcha las actividades que se desarrollan en el Colegio Mayor. «Esto fomenta su iniciativa, les ayuda a descubrir su potencial y les anima a hacerlo realidad», comenta Erika Mauleón, directora de Goimendi.
La misión de la dirección del Colegio Mayor, en este sentido, es escuchar sus propuestas, confiar en ellas y «por supuesto, estar dispuesta a correr riesgos, pero las residentes tienen que notar que son ellas quienes sacan adelante las actividades, siempre con nuestro apoyo, pero siendo ellas las principales responsables», apunta de Mauleón. Es en la organización de Jornadas como estas donde ellas aprenden a trabajar, a superar dificultades y desarrollan una serie de competencias y habilidades «que me van a pedir cuando acabe la carrera y que van más allá de tus estudios”, comenta Almudena. «Este modo de funcionar saca lo mejor de cada una», añade Mafe, otra estudiante que este año ha vivido su primera experiencia formando parte de una comisión.
«Todo grafiti no es arte porque no todo se hace con la intención de que lo sea», aseguró Javier en el Ciclo sobre arte urbano.«Todo grafiti no es arte porque no todo se hace con la intención de que lo sea», aseguró Javier en el Ciclo sobre arte urbano.

«Me contagió su entusiasmo, sus ganas de saber y eso me indujo a colaborar —comenta Javier— dice mucho de esa cabeza abierta, social, interesada por el mundo que nos rodea, que creo que forma parte del ADN de este Colegio Mayor».
Juntos organizaron este ciclo cultural que ha cambiado su forma de ver la ciudad. «No se me había pasado por la cabeza que algo tan sencillo y que ves todos los días como un grafiti, podría ser algo tan interesante y con tanta historia detrás», cuenta emocionada Paloma, que formó parte de la organización de este proyecto que —añade—, ha unido a todo el Colegio Mayor: «al final todas las residentes se han involucrado y ha colaborado para que esto salga adelante». «Hemos visto como si pones esfuerzo y dedicación, las cosas salen. La gente se va interesando por el proyecto, te ayuda, y eso te motiva para seguir adelante», concluye Mafe, que ya está pensando en el ciclo cultural del próximo curso.
Más información
• Diario de Navarra El espray que sale de los muros para bailar (vídeo)

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