martes, 17 de octubre de 2017

800 AÑOS DE FRANCISCANOS EN TIERRA SANTA, P. MICHAEL PERRY: "NUESTRA PRESENCIA ES PARA TODA LA HUMANIDAD"



Un aniversario histórico, para celebrar a lo grande: 800 años de presencia franciscana en Tierra Santa. El 16 de octubre han empezado oficialmente en Jerusalén las celebraciones de los frailes de la Custodia y continuarán hasta el 18. Para este momento histórico de la provincia misionera franciscana, también el ministro general de la Orden de los Frailes Menores, Michael Perry, ha llegado a Tierra Santa y ha estado involucrado desde el primer encuentro. Con el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton y el ecónomo, fray RamziSidawi, agradecía a los colaboradores que permiten a la Custodia participar en múltiples proyectos, ofreciéndoles medallas almérito.
Por la tarde, una ceremonia litúrgica presidida por el ministro general de la Orden daba inicio a las celebraciones del aniversario. En la iglesia de San Salvador, se recordaba la fundación de la provincia que ahora es la Custodia de Tierra Santa y el padre Michael Perry pronunciaba la homilía. Más tarde, el padre general quiso reunirse personalmente con los frailes de la Custodia, junto al padre vicario de la Orden, fray Julio César Bunader.
Acompañan a los franciscanos en los festejos también importantes personalidades como el cardenal Sandri, que el 17 de octubre traerá un mensaje del papa Francisco.

El padre Michael Perry expresaba su alegría por las celebraciones de los 800 años de presencia franciscana. Esto es lo que decía en relación al aniversario y a la misión de la Custodia en Tierra Santa.

¿Cuál es la importancia de la Custodia para la Orden de los Frailes Menores y para la Tierra Santa?
Este año jubilar es una bonita ocasión para recordar la presencia de Cristo, su misericordia, su amor en esta tierra y en todas partes del mundo. Si alguien me preguntase cuál es el significado de nuestra presencia aquí, como frailes franciscanos de la Orden de los Frailes Menores, le respondería que es precisamente esto: acompañar a todos los cristianos y al pueblo que pasa por aquí, para comunicar este amor, esta misericordia, esta alegría de la vida en Cristo y en Dios. Nuestra presencia es un acontecimiento no solo para todos los cristianos, sino también para toda la humanidad. Sí, nuestra presencia es para toda la humanidad. Esta era también la visión de Francisco de Asís, que quiso visitar la Tierra Santa, llegando hasta Damieta, en una situación de deshumanización. También en la actualidad existen estos movimientos deshumanizadores. La visión de la Custodia es promover el diálogo y la armonía entre las personas y fomentar un desarrollo integral de la humanidad.

Respecto al camino recorrido en estos 800 años, ¿por qué cree que debe dar gracias a Dios?
Siento que tengo que dar gracias a Dios por los frailes que han trabajado aquí, pero no solo por ellos. A lo largo de la historia siempre ha habido laicos que han querido asociarse a este camino espiritual humano. Doy gracias al Señor por los frailes menores y por todos los colaboradores. Aún hoy la presencia franciscana tiene sentido, porque no solo es importante para acoger a los peregrinos, sino también para acompañar a toda la humanidad en esta zona, que ha vivido momentos horribles de violencia. Pero nuestra presencia sigue recordando la dignidad de cada persona y tenemos la vocación de promover la paz entre todos los seres humanos.

¿Cuáles son los retos futuros que tendrá que afrontar la Custodia de Tierra Santa?
Para entender de qué forma continuará la obra de los frailes franciscanos de la Custodia en el futuro, debemos mirar lo que están haciendo hoy. Los retos del mañana son los mismos del pasado. Hoy los frailes acompañan a los peregrinos, acompañan a los cristianos en los diferentes países en los que están presentes, promueven el diálogo y dan testimonio con su vida. Una vida que encuentra sus raíces en el mensaje de Dios, a través de los padres y madres de la historia de la salvación.
La Custodia tiene el desafío de implicar a cada persona en la búsqueda de Dios, pero también de la dignidad humana, de la dignidad del planetamismo, de la que habla el papa Francisco en la encíclica Laudato si’, “robando” las palabras a San Francisco. Esta búsqueda de armonía, como un baile espiritual, como una danza cósmica, es el futuro para todos nosotros en Tierra Santa.


Beatrice Guarrera

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