martes, 14 de noviembre de 2017

LOS PÁRROCOS DE LA CUSTODIA REUNIDOS EN EL MONTE TABOR




Dos días de trabajo en las parroquias de Tierra Santa para compartir experiencias pastorales. Los párrocos de la Custodia de Tierra Santa se reunieron a finales de octubre en el convento del Monte Tabor en Galilea, según lo previsto en el programa trienal para la formación permanente de apoyo a los párrocos. Las reuniones se llevaron a cabo a iniciativa del moderador para la formación permanente de la Custodia de Tierra Santa, fray Marcelo Cichinelli, y del secretario para la evangelización misionera de la Custodia, fray Abdel Masih Fahim, también coordinador de los párrocos. Fueron dos días intensos que contaron con la participación del vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Dobromir Jasztal y del Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton.

Se debatió el programa pastoral de la diócesis, el apostolado de la familia y sobre cómo atraer familias para evangelizar en las parroquias. «La actividad del párroco debe cubrir los ámbitos de Cuidar, Santificar y Enseñar – decía fray Abdel Masih Fahim - . En estas jornadas hemos decidido profundizar en el aspecto de “Cuidar”. El párroco, de hecho, no es simplemente un sacerdote, sino que también es pastor que debe interesarse por todos: grandes y pequeños, ricos y pobres, sanos y enfermos, familias en crisis».

El padre Dobromir recordó la legislación de la orden y de la Iglesia para la función del párroco y abordó la cuestión desde el punto de vista del derecho canónico y de las constituciones generales de la orden. A continuación, se realizó una Lectio divina mediante la lectura de un fragmento del Evangelio de Juan. Fray Patton, durante el segundo día de encuentro, habló de la relación entre ser fraile franciscano y ser párroco en el contexto de una fraternidad. Recordaba así que la misión de la parroquia se confía a una provincia de la orden, la provincia la confía a una fraternidad concreta y el párroco es uno de los hermanos, que tiene una función específica. El Custodio habló del papel del párroco en relación a su vida de oración, en relación a la participación en su vida franciscana y del espíritu franciscano para dirigir una parroquia.

Un momento importante fue la eucaristía presidida por el Custodio, en la que se rezó por la evangelización de los pueblos y por los que han sido enviados a los diversos pueblos para anunciar el Evangelio, como ha hecho la Custodia durante estos 800 años de vida.
Fueron muchos los temas tratados, según afirmaba fray Marcelo Cichinelli: «Pastoral, jóvenes, cómo ayudar a las personas a volver a los sacramentos, cómo mejorar la catequesis de los niños, cómo hacer más eficaz la participación de las familias en la misa dominical, cómo involucrar a laicos y religiosos de forma que la parroquia siga siendo el centro evangelizador de la iglesia».
Una gran comunión unía a los participantes cuando llegó el momento de compartir la experiencia personal en la parroquia. «El entusiasmo de los participantes y su comparación entre los desafíos en los distintos lugares es algo de lo que podemos aprender unos de otros, porque cada parroquia tiene sus características», decía fray Abdel Masih Fahim.

Fray Abdel Masih Famih también es párroco de la parroquia de Ramla y por eso encontró útil reunirse con otros párrocos: «Personalmente estoy muy contento de reunirme con mis hermanos, vivir juntos durante dos días y escuchar las experiencias de todos. Me han gustado especialmente los temas que han presentado el Custodio y el vicario custodial».
Ramla tiene una parroquia pequeña con 1.400 fieles de rito latino, que conviven en un contexto de 4.000 cristianos, 16.000 musulmanes y 53.000 judíos. «Desarrollamos nuestra actividad principalmente con niños y jóvenes – explicaba fray Abdel -. Aquí he visto cómo viven en paz juntos sin grandes problemas políticos. Esto no significa que no haya retos, especialmente con los niños y jóvenes que asisten a las escuelas públicas y no hablan bien el árabe». ¿Qué Biblia deben leer estos niños? ¿En qué misa tienen que participar? Estas son solo algunas de las preguntas que se hace el párroco de Ramla, y no es el único. Los párrocos de la Custodia de Tierra Santa siguen trabajando día tras día, año tras año, para servir a las parroquias con atención, caridad y cuidado. Para no dejar nunca a ninguna oveja perdida.


Beatrice Guarrera

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