jueves, 18 de enero de 2018

EN DAMASCO, CONVENTOS E IGLESIAS BAJO LAS BOMBAS




Un centenar, tal vez más. Una auténtica lluvia de bombas cae desde el lunes 8 de enero sobre los barrios cristianos en el interior de la ciudad vieja de Damasco. Han sufrido las consecuencias sobre todo el patriarcado greco-católico (melquita) y la parroquia regentada por los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, dedicada a la Conversión de San Pablo, en el barrio de Bab Touma. En la parroquia franciscana, afortunadamente, solo ha habido daños materiales pero ninguna víctima.
Diferente suerte han corrido algunos fieles del patriarcado greco-melquita. En la zona donde se alza la catedral y la sede patriarcal han caído al menos treinta proyectiles. Algunas fuentes hablan de cinco víctimas. Los ataques proceden del área de Guta oriental, en las afueras de la capital, controlada por los rebeldes anti Assad.
Los bombardeos no tienen un objetivo determinado. Su finalidad es sobre todo alimentar la tensión, después de un largo periodo de considerable tranquilidad, sobre todo cuando en el horizonte hay perspectivas de negociaciones a nivel internacional.
Fray Bahjat Elia Karakach, fraile menor, es responsable de la parroquia de la Conversión de San Pablo. También el 15 de enero, nos cuenta, cayó sobre el convento y la parroquia un proyectil. Los daños a la iglesia y a las estructuras parroquiales fueron significativos. Escombros por todas partes, ventanas destrozadas por la onda expansiva. Una bomba en concreto destruyó un muro exterior de la iglesia. «La situación – explica el fraile – sigue siendo enormemente inestable».

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