Hoy, un nuevo Lunes de Gloria que tiene sabor y recuerdos de Lunes Santo.
Hoy, mi artículo de todos los lunes en Información San Fernando va dedicado a un cofrade regio, a un caballero cristiano, a un hombre de Fe inconmensurable.
Hoy, os quiero hablar de Antonio Sánchez Mallou que se fue a la Casa del Padre el sábado 7 de abril dejándonos un testimonio de vida que hace entender la nuestra.
Hoy, quiero hablaros a corazón abierto de Tolín Sánchez Mallou y de esta forma manifestar mi pesar a su Familia.
Hoy,...
Jesús Rodríguez Arias
TOLÍN
SÁNCHEZ MALLOU
El sábado 7 de abril marchaba
a la eterna casa de hermandad celestial un hombre muy querido en San Fernando,
en el mundo cofrade y más concretamente donde era un significativo hermano.
Moría después de luchar durante mucho tiempo con una enfermedad que está dando
demasiadas cornadas. Lo hizo asumiendo la misma con una inmensa Fe y eso se le
notaba cuando hablabas con él o simplemente lo mirabas a los ojos ya que de
ellos se irradiaba esa llama de amor profundo hacia Dios Padre.
Antonio Sánchez Mallou,
patriarca de una luenga familia de buenos cofrades, de hombres de Iglesia, que
dedican horas y horas a servirla en el modo y manera que esta quiere ser
servida. Él era de esos cofrades antiguos que transmitían el sabor, el saber y
la sabiduría de lo que siempre han sido las Hermandades y Cofradías en esta
bendita tierra. Esta esencia se las transmitió a sus hijos, esta esencia la
compartió con su mujer que estuvo a su lado siempre. Esta esencia es la que
debemos preservar todos los cofrades, de cualquier edad y generación, porque en
ella está la pureza auténtica de la Fe vivida en modo y manera que requiere
nuestro apostolado.
Reconozco me acuerdo de
Antonio Sánchez Mallou en Afligidos donde él era un hermano respetado y antiguo
mientras yo, se puede decir, que acababa de llegar. Siempre lo consideré fiel a
sus principios, coherente en su coherencia y un cristiano-cofrade a tener muy
en cuenta por su bagaje, por su testimonio, por su vida dedicada a la
hermandad. Tolín, como cariñosamente se le llamaba os diré siempre fue un gran
referente para el que esto escribe.
Pero hoy no quiero hablaros
tanto del cofrade sino del cristiano que sentía verdadera pasión por Jesús
Eucaristía, por Jesús en Presencia Viva en el Sagrario. Sí, era un enamorado de
Cristo sentimientos que compartíamos porque a Jesús hay amarlo sin fisuras, sin
límites y con total entrega.
A Tolín tuve el placer de
conocerlo y tratarlo de tú a tú no en nuestra Cofradía sino delante del
Sagrario de la Iglesia Mayor Parroquial al que iba acompañado de su mujer
diariamente como el que suscribe. Y ese hombre de aspecto serio se transformó
en una persona muy cercana y cariñosa, preocupada por los demás, interesándose
de cómo iba mi vida y rezando, me consta, mucho ante Él, ante el Señor, cuando
me intervinieron quirúrgicamente en Madrid recibiendo su llamada en esa fría
habitación de hospital, todas las son, para interesarse, dar palabras de ánimos
y de Esperanza.
Supe que Tolín seguía
batallando sin descanso con esa enfermedad que era y ha sido su espada de
Damocles. Hizo cuanto tenía que hacer para no rendirse, para no bajar los
brazos, para seguir adelante pero siempre con la fuerza de la Fe, del Amor a
Dios, y a la Madre Iglesia a la que servía sin descanso.
Me enteré de su fallecimiento
el sábado 7 de abril cuando ya la noche se hacía madrugada mientras la lluvia
rompía con fuerza contra los cristales del lugar donde escribo en mi Atalaya de
Villaluenga del Rosario. Me enteré y debo reconocer que lo sentí verdaderamente
e hice lo único que sé: Rezar.
Rezar por su alma que ya está
en Presencia de Cristo al que tanto amaba, rezar por su viuda, hijos, familia,
amigos, hermanos cofrades para que el Señor los consuele ante una pérdida tan
honda, tan profunda, tan irreparable y también lo hice por San Fernando porque
pierde uno de sus vecinos más comprometidos. Él ya está con Dios, ya consiguió
la meta, ya está en Casa porque para los que vivimos desde la Fe sabemos que la
muerte no es el final.
He querido dejar este público
sentimiento de pesar ante la muerte de mi querido hermano en la Fe, en
Afligidos y Amargura, en el Amor a Cristo en Presencia Viva que todos los días
nos sigue esperando con paciencia en el Sagrario, porque así de esta manera
digo al mundo cuanto lo admiré, lo respeté, lo quise y cuanto me enseñó con sus
palabras y silencios en esa preciosa Capilla Sacramental de nuestra Iglesia
Mayor de San Pedro y San Pablo.
A su viuda, hijos, familia,
amigos, hermanos cofrades y esta bicentenaria Ciudad de San Fernando a la que
siempre sirvió deciros que os acompaño en ese sentimiento de tristeza aunque
lleno de Esperanza por la pérdida de Antonio Sánchez Mallou, Tolín para todos.
Jesús Rodríguez Arias
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